"Queremos tender un puente entre nuestra infancia y la de nuestros hijos"
Nace Ralenti, editora LIJ
Lunes 13 de enero de 2020
"Sentarnos a leer, apagar los aparatos, bajar un cambio. Hay que dar una pequeña batalla cotidiana para crear ese momento, esa pausa. Ralenti quiere decir, justamente, cámara lenta". Con distribución de Big Sur, Ralenti llega a las librerías, y conversamos con sus editoras, Joana D'Alessio y Violeta Noetinger.
Por Valeria Tentoni. Foto de Dominique Besanson.
Terminando el año, las editoras Joana D'Alessio y Violeta Noetinger lanzaron Ralenti, una editorial infantil y juvenil cuyos primeros tres títulos dejaron en claro que buscan dejar una marca personal. Por el momento, ofrecen dos colecciones: "Las Súper 8", serie de novelas gráficas que cuentan las aventuras de un grupo de amigas en un camping abandonado donde las siete chicas se embarcan en la resolución de un misterio a partir de unas viejas latas de Súper 8, y "Osa Mayor", colección de poemas narrativos donde se cuentan historias a través de un juego permanente entre versos e imágenes. En ese caso, la lectura está recomendada a partir de los 0 y hasta los 99 años. Sus tres primeras escritoras -Melina Pogorelsk, Laura Wittner y Roberta Iannamico- se cruzan con ilustraciones de Sabina Álvarez Schürmann, Carolina Romano, Pablo Picyk y María Elina.
"La dinámica de creación en equipo Ralenti significa cámara lenta y remite al cine, a la percepción del paso del tiempo. Ralenti es un término que ya no se usa, y trae asociados objetos o ideas del pasado de las que nos queremos volver a apropiar en relación a la infancia: la lentitud, lo analógico, lo artesanal", explican.
Joana D'Alessio, apenas un par de días después de la presentación, aceptó responder por correo electrónico algunas preguntas en nombre de la dupla, que se conoció porque tenían familia y amigos en común. "Nos hicimos muy amigas, supongo que detectamos que lo que teníamos en común era mucho y era, tal vez, lo que más nos importaba. Una mirada del mundo, podríamos decir, que es más todavía que compartir intereses", explica Joana.
¿En qué momento decidieron emprender el armado de la editorial? ¿Por qué?
Violeta había trabajado de editora de libros infantiles durante quince años en Santillana y en Random y yo soy productora de cine, pero había empezado a escribir, me habían publicado cuentos en algunas revistas y en una antología. Yo quería acercarme más a los libros, pero no tenía claro cómo. Un día apareció en mi cabeza la idea de una editorial de libros infantiles. Tengo debilidad por los libros como objetos, por los niños, por la ilustración; por todo lo que implica el micro universo que encierra un libro infantil. Y también había una idea comercial: que los libros para niños se venden más. Incluso la gente que no lee mucho le compra libros a sus hijos, porque sostener un libro, aprender a pasar las páginas, leerle de noche, aprender a leer, todo eso es parte de la eduación. Cuando se lo conté a Viole me empezó a ayudar, muy a su estilo, que es el estilo de la generosidad total. Y un día, en una charla de esas que no terminan más, con el auto prendido y estacionado, nos dimos cuenta de que en realidad queríamos hacer esto juntas.
Ralenti alude a un cambio de velocidades, más allá de lo cinematográfico: ¿cómo piensan el vínculo entre lentitud y lectura, entre escritura y "tiempo no apurado", al decir de María Elena Walsh?
Yo no quiero renegar de nada de lo que implica el presente, el discurso anti tecnología me parece poco productivo, porque la tecnología es un hecho y trae también cosas buenas. Pero la realidad también es que criar un niño en esta ciudad y en esta época implica un desafío en cuanto a cómo va a ocupar su tiempo libre. Y, en ese sentido, lo que fui detectando que me funciona a mí es tender un puente de intereses comunes. Me gusta sentarme a dibujar o hacer manualidades con mis hijas, cocinar, ir a andar en rollers, no sé, son cosas que a ellas las convocan, y a mí también. Lo mismo pasa con los libros. Sentarnos a leer, apagar los aparatos, bajar un cambio. Hay que dar una pequeña batalla cotidiana para crear ese momento, esa pausa. Ralenti quiere decir, justamente, cámara lenta. Cuando yo estudiaba cine decíamos así. Ahora se dice slow motion. Recuperar esa pausa. Mucho de lo que nos motiva tiene que ver con eso.
¿Qué toman del cine y por qué acuden a él?
Son varias cosas. La más evidente es que en todos nuestros libros hay un cuidado de la imagen, hacemos como una curaduría, elegimos los ilustradores para cada proyecto e incluso buscamos artistas plásticos que todavía no han hecho libros infantiles, como es el caso de Carolina Romano que ilustró Las Súper 8. Queremos que sean imágenes nuevas, que no se parezcan a algo anterior. También todos nuestros libros incorporan la imagen dándole una función narrativa, nunca es únicamente ornamental. La imagen cuenta, si la sacamos el relato pierde sentido. La otra cosa muy importante que tomamos del cine y que también se une con lo anterior, porque es condición necesaria, es una metodología de trabajo en equipo. Nos sentamos en una mesa editoras, diseñadores, ilustradores y escritores. Y pensamos juntos qué vamos a contar y cómo. Violeta me contaba que en la industria editorial muchas veces el escritor y el ilustrador no se ven las caras, se manda el texto por mail y se ilustra, son compartimentos estancos. Nosotras queremos trabajar en equipo, pensamos que en esa mesa surgen ideas que jamás existirían de otra forma. Aunque claro, tampoco es siempre así, a veces llega un texto que está re bueno y elegimos un ilustrador que no vive acá y entonces no se da siempre de forma ideal. Porque además otra cosa que nos interesa es trabajar con escritores e ilustradores argentinos y que vivan en distintos lugares del país. También estamos haciendo una colección de libros mudos y contratamos un guionista. Estos libros no tienen ni una palabra más allá del título, pero queríamos que fueran muy narrativos. Y hay otra cosa más: en algunos libros le damos lugar al cine como tema. En Las Super 8 hay un misterio alrededor de las latas de super 8 y en la segunda parte las amigas se ponen a filmar una película.
Incluyen en las dos colecciones de lanzamiento poesía: ¿cómo piensan este género ofrecido a los niños y niñas?
Para mí es un sueño tener a Laura Wittner y a Roberta Ianamico en Ralenti. Laura estuvo en el inicio, ella nos ayudó a pensar ideas, colecciones, gente para trabajar. Yo hacía taller con ella y me encanta la poesía. A los chicos les gusta la música. ¿Por qué a los chicos no les gustaría la poesía? Tengo guardado en el cajón un papelito que dice *Versos* de mis hijas cuando estaban aprendiendo a escribir, jugábamos a hacer rimas. Violeta por su parte es muy musical, le lee a Iván los libros inventando canciones. Es como una evidencia que a los chicos les gusta la poesía pero a mí todo el mundo me decía: ¡no se venden los libros de poesía! Y nosotras queremos hacer libros que se vendan, porque queremos que el proyecto sea sustentable y a largo plazo. Entonces lo que pensamos es hacer libros muy atractivos para los padres, porque ellos son los que compran. Queremos tender un puente entre nuestra infancia y la de nuestros hijos. Son diferentes, ¿pero qué hay en común?
¿Y de qué van los dos libros de poesía?
El libro de Laura tiene como protagonista a un tortugo que es fue una mascota clásica de nuestra infancia, además de ser un personaje literario que traspasa las fronteras generacionales. Las ilustraciones hermosas de María Elina completan la propuesta. Y el libro de Roberta son micro-relatos que tienen un fuerte componente de misterio o terror y unas ilustraciones espectaculares en blanco, negro y amarillo de Pablo Picyk. También ahora estamos haciendo un libro de poesía con Pedro Mairal, de hecho es una canción que él compuso para su proyecto musical y un día dijimos: ¡esto es un libro! Lo estamos trabajando con el ilustrador y con él. Esperamos tenerlo para Marzo, junto a la segunda parte de Las Super 8, el primer libro mudo y otra novela gráfica que estamos haciendo con Nico Schuff.
¿Y a la novela gráfica? ¿Por qué decidieron ir por ese género también?
En el caso de Las Super 8 queríamos hacer una novela que puedan leer también chicos que no sean necesariamente super lectores. Tiene mucho color, cómics, viñetas, ilustraciones y todo eso la vuelve muy llamativa, además es una historia de aventuras con un misterio que se va revelando lentamente. También tenemos para el año que viene dos proyectos de cómics, porque creemos que es la entrada a la lectura para muchos chicos. Nos interesa especialmente atraer a niños que están empezando a leer o que no son tan lectores.
¿Qué entiende Ralentí por "literatura infantil"?
Diría que estoy un poco en contra de ponerles edad a los libros porque hacemos libros que no tienen edad, por ejemplo en el caso de la colección de poesía de Osa Mayor son libros que sin dudar me compraría para mí, y que muchos amigos ya se compraron para ellos aunque no tengan hijos ni sobrinos. Claro que también entiendo que es importante catalogarlos para poder venderlos, pero es una forma de responder tu pregunta. Siempre hablamos mucho de que la literatura infantil no es una literatura solo para niños, sino que es también para niños. Como dice María Teresa Andruetto: la literatura infantil es una literatura a secas, sin adjetivos, una literatura que llega a todos, incluso a los niños.