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María Gainza: "Soy una escritora muy lenta que escribe en la oscuridad"

Su novela será traducida a 15 lenguas

La autora de El nervio óptico (Mansalva, reeditado por Anagrama y a punto de ser traducido a 15 lenguas) habla de sus procesos de escritura y adelanta su próximo libro: La luz negra. "Hay batallas que misteriosamente a uno le conviene perder o, dicho de otra manera, hay que trabajar las limitaciones propias hasta volverlas un estilo": con ustedes, María Gainza.

Por Valeria Tentoni.

"Así como de un río se alimenta de muchos afluentes, la lectura de una obra de arte está hecha de un centenar de datos dispersos e impredecibles", explica María Gainza para inaugurar sus Textos elegidos, una publicación que Capital Intelectual hizo en 2011. En la solapa se la presenta como crítica de arte y ensayista, colaboradora de medios como Radar, ArtForum de Nueva York, The New York Times en Buenos Aires, además de editora de la colección de libros sobre artistas argentinos contemporáneos de Adriana Hidalgo editora. Y se dejaba consignado que algunos de sus cuentos habían salido en revistas.

En 2014, Mansalva publicó ese libro extraordinario que se llama El nervio óptico, cruza de historia del arte y crónica íntima, según lo presenta Ernesto Montequin. Ya casi no se consigue esa edición, y la que comenzará a circular de ahora en más será la de Anagrama, que planea traducir el libro a 15 idiomas en 2018. Y que además prepara su próximo título: La luz negra.

Es probable que nadie que haya leído El nervio óptico no vaya a buscarlo. Y es probable que nadie que vaya a leer La luz negra no quiera ir a buscar el anterior, si es que aun no lo leyó. 

La entrevista que sigue se realizó vía correo electrónico.

 

 

En Textos elegidos (Capital Intelectual) hacés una cita de Peralta Ramos: "Lo que no está adentro tuyo, no es tuyo". ¿Cuándo te encontraste no tanto con esa cita como con esa conciencia, específicamente con respecto a tu escritura? Pregunto por el momento en que decidiste ir hacia ese fondo privado.

Cuando empecé a escribir sobre artes plásticas —para Radar, allá por 2002— noté que la mayoría de los críticos de arte de otros medios usaban un tipo de lenguaje leguleyo que parecía inteligente pero que en realidad no decía nada. Yo había estudiado historia del arte pero no manejaba teoría y no estaba dispuesta a incorporarla. Mi cuerpo se resistía. La teoría me resultaba aburrida y seca, mi mente no funcionaba en esos desiertos. Me acuerdo que estaba en el supermercado chino y sonaba Frank Sinatra en un parlante y el chino de la caja tarareaba la canción re copado y yo pensé: qué lindo hacer algo así, una nota sobre arte que sea como una canción que llegue a todos. Después cuando empecé a profundizar esa veta más personal me di cuenta que eso que vos llamás “mi fondo privado” era una zona de exploración riesgosa porque sin la protección de la teoría es fácil caer en lo cursi, lo vacuo, lo sentimental, pero a la vez no me importaba mucho.

El de la cita es un mecanismo que regresa mucho en tu escritura, no sólo en ese libro también en El nervio óptico, ¿cómo lo generás a ese cuerpo de citas? ¿Qué te detiene de una línea que te lleva a atesorarla así? 

A veces son cosas obvias como una buena idea, la eufonía de una palabra o una descripción aguda, pero otras veces son sólo cosas con las que estoy conversando en mi cabeza en ese momento. Cosas que si leo unos meses después capaz que no entiendo. A veces subrayo, a veces las paso a una libreta, a veces las memorizo y me olvido de quién son. Soy muy asistemática. 

¿Y de un cuadro? ¿Qué te detiene al punto de generar escritura en vos?

Pálpito. O lo que los norteamericanos llaman Blink. Un proceso de elaboración de mucha información dispersa que sucede en un segundo y que comúnmente llamamos intuición. Lo que sí sé: los mejores cuadros no siempre te sacan las mejores líneas. Es fácil caer en el lugar común frente a un buen cuadro. En cambio un cuadro al que no le sacás la ficha te puede generar un estado de inestabilidad interesante. Y a veces esa inestabilidad te lleva por calles misteriosas.

¿Es cierto que no escribís textos de arte por encargo?

Hay artistas relajados y otros controladores. Si te toca uno de estos últimos te puede enloquecer. Yo tuve una mala experiencia y quedé traumada. El texto por encargo suele pagarse bien pero a cambio te quita libertad. Durante mucho tiempo, varios años te diría, no acepté encargos y preferí ganarme la plata como periodista o dando taller. Ahora sólo lo hago cuando confío mucho en la persona que me encarga el texto. Como soy desconfiada, no sucede a menudo.

¿Cómo te disponés ante una obra o un conjunto de obras para poder escribir sobre ellas?

Cuanto más tiempo dejo que la imagen gire dentro de mi cabeza, más ideas, más asociaciones, más memorias, se me ocurren. Soy una escritora muy lenta que escribe en la oscuridad. Muchas veces no tengo la menor idea hacia a dónde voy, no veo nada, pero sigo adelante y de repente, con suerte, la casa se me va amueblando. 

También se dice en El nervio óptico que siempre que se escribe sobre una cosa se termina escribiendo sobre otra: ¿por qué creés que el arte es tu coartada?

Siempre tuve una inclinación natural hacia las imágenes. Sin darme cuenta, fui cultivando ese jardín. Fue algo que se dio, no lo calculé. Yo no puedo escribir persiguiendo un objetivo. Si lo razono me paralizo, un poco como el ciempiés que si piensa cómo mueve sus patitas de manera coordinada, se bloquea.

¿Cuándo comenzaste a escribir? ¿En la infancia?

En la infancia no escribía pero durante los almuerzos contaba unos cuentos interminables. Me acuerdo que empezaba a contar y mis hermanos uno a uno se iban levantando de la mesa y el único que se quedaba escuchando era mi papá. Yo tenía un truco para alargar el cuento: cuando veía que la historia estaban llegando a un punto muerto le ponía un “y entonces…” y esa conjunción, que manejaba con total impunidad, me permitía llevar adelante el cuento durante horas. He perdido esa impunidad, qué lástima.

¿Escribiste poesía? ¿Escribís poesía?

Escribí durante un tiempo pero sinceramente el mundo puede vivir sin mis poesías.

¿Cómo comenzaste a leer y de qué biblioteca? ¿Cómo fuiste modificando tu conducta lectora, cómo leés ahora?

Fui a un colegio inglés. Era un lugar claustrofóbico para alguien con inclinaciones artísticas pero tenía un programa de literatura muy bueno. En las secundaria uno podía elegir las materias que quería cursar y como nadie quería cursar literatura en inglés porque tenía fama de difícil, terminamos siendo seis alumnas en la clase. Nos tenían al trote y nos hacían memorizar párrafos de Joyce, monólogos de Shakespeare, poemas de Thomas Hardy, que luego debíamos usar en nuestros ensayos. Quizás mi gusto por la cita venga de ahí. Hoy en día leo todo lo que caiga sobre mis rodillas. No sé si es una virtud o un defecto pero todo lo escrito me genera curiosidad, hasta la información nutricional en la caja de cereales.

¿De qué cantera provienen las experiencias de la protagonista de El nervio óptico? ¿Cómo trabajaste esos materiales?

De una cantera heterogénea que se llama la vida y que mezcla arcoíris y cal. Trabajé con algunas anécdotas que había escuchado de joven, cosas que había visto o creía haber visto por el rabillo del ojo, historias que inventé o que le sucedieron a terceros y que yo me robé. Un poco como trabajan todos, tengo entendido. Al principio me preocupaba no tener suficiente material pero como esas bolitas de biogel que al sumergirlas en agua se hidratan, cuando me puse a escribir de golpe las microanécdotas empezaron a inflarse.

La narradora hace un movimiento constante hacia dentro y hacia fuera, se mira y mira al mundo, sus pintores, sus museos; ¿cómo diseñaste ese vaivén, por qué?

Escribí sin pensar demasiado y sólo más tarde me di cuenta que ahí había un diseño. El trabajo fue de postproducción, digamos. Fue una situación ideal a la que dudo pueda volver, me refiero a la de escribir sin pensar.

¿Pudiste escribir esa "novela redonda" que se menciona en El nervio óptico? 

Todavía no escribí mi novela redonda pero ya no me desvela. Hay batallas que misteriosamente a uno le conviene perder o dicho de otra manera, hay que trabajar las limitaciones propias hasta volverlas un estilo. Lo importante es encontrar un molde adecuado para tu material.

¿Y en qué estás ahora?

El nervio óptico, que no es un libro redondo sino más bien astillado, fue reeditado por Anagrama (llega a Buenos Aires en marzo) y va a ser traducido a 15 idiomas. Y mi libro nuevo, La luz negra, que de redondo no tiene nada, sale a fines de 2018, también por Anagrama.

¿Cómo escribís?

Como un pintor que trabaja al óleo y por capas. Primero pongo un fondo, dejo secar, después esbozo otras formas, dejo secar y así. Tardo mucho. Si logro alguna veladura toco el cielo con las manos.

¿Por qué escribís?

Porque me gusta más la persona que soy por escrito. Y porque cualquier otro trabajo me supondría lidiar con gente y cumplir horarios.

Si en este momento tuvieses que elegir una obra de algún pintor que te represente, ¿cuál serías?

Sería la obra del pintor sobre el que estoy escribiendo ahora pero no quiero nombrarlo. Es como cuando estás saliendo con alguien y no querés que nadie se entere para no arruinar ese estado de enamoramiento y misterio.

Si en este momento tuvieses que elegir una obra que represente al estado de tus deseos, ¿cuál sería?

Tengo muy presente ese dicho: “tené cuidado con lo que deseas.” ¿Será por eso que no siento un deseo fuerte por nada? ¿o será desapego? No sé. Cuando sos chico es más fácil pero de grande te vas desconectando de tus deseos y resulta difícil saber lo que hay de verdad adentro de nosotros. Quizás no desear sea una manera de defenderme, cada cual tiene su propia manera de defenderse en esta vida. Pero bueno, ahora que lo pienso, es casi el mediodía y mi heladera está vacía… una naturaleza muerta de Osias Beert bien podría representar mi deseo actual: una mesa con unas rodajas de pan, unas naranjas a medio pelar, un bol de uvas, una tabla de quesos, ostras en una fuentecita de plata, un vaso de vino y un cuchillito cerca, me haría instantáneamente feliz.

 

 

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