Maximizar lo mínimo
Jueves 17 de noviembre de 2011
Una lectura de Poemas de alta mar, un libro de poesías de Canela ilustrado por Cecilia Afonso Esteves.
Por Coni Salgado.
Si el minimalismo tiene que ver con reducir a lo esencial las características de las cosas, la poesía y la ilustración de lo simple podrían seguramente hacer un buen equipo.
Ahora estoy en la plaza, les digo a Juana y a su hermana que vamos a ver si la calesita está abierta. Las pierdo de vista casi instantáneamente. Las nenas corren gritando como si las hubiera invitado al parque temático más grande del mundo. La calesita de la plaza está vieja. Los animales que la integran nunca fueron actualizados. Me atrevería a decir que tal vez se trate de la misma escenografía de mi infancia.
Lo cierto es que una vez que ingresamos (tiene rejas ahora) el tiempo se detiene y un sentimiento minimalista se apodera de mí. Podría recortar el mundo exterior y situarme solo en ese instante. La nostalgia me toca el alma y puedo comprender a mi ahijada y a su hermana, que algo similar les sucede por primera vez.
Juana me pregunta qué es lo que manipula una mujer parada cerca de los niños que giran. Le cuento que ese objeto se llama sortija y me pregunta para qué sirve. Se sube a un cisne viejo y la observo a punto de dormirse con el giro tranquilo del antiguo carrusel de la ciudad.
Algo pareciera borrar de la memoria la modernidad de un rato antes y me devuelve una paz extraña que hace años no sentía.
La vida girando a mil reduce su adrenalina en una vieja calesita de plaza que gira lento, tan lento que cuando nos vamos todavía me quedan ocho boletos en la billetera. Me da la sensación de que cada vuelta fue interminable y eterna. Me parece entender que el tiempo en el universo se modifico significativamente con el paso de los años. Nos vamos calladas. Algo me dice que en su silencio, las nenas querrán volver. Siempre se vuelve a la calesita de la infancia.
Ahora tengo en mis manos un libro que sabe rescatar lo esencial de la poesía. Un libro que resalta la dulzura de las palabras comunes, transfiriéndolas al terreno simple de las cosas esenciales. Un libro de poesías editado por Comunicarte, escrito por Canela e ilustrado por Cecilia Afonso Esteves. Esta artista plástica utiliza como parte de su expresión artística el minimalismo del papel, la simpleza de las texturas y la combinación de aquello que debe elevarse por sobre el resto de las cosas. Son ilustraciones realizadas con escenografías y sombras de papel. Lo básico dice mucho. Lo común se vuelve original y diferente dentro del mundo de los libros para niños. Lo natural hace surgir tantas lecturas posibles como emociones profundas.
El mar, el agua, un barco de papel: palabras protagonistas de estos Poemas de alta mar, en donde el verso lo cubre todo de cielo, de sal y de pájaros. Una princesa de arena que ya no espera y baja de la torre dando pasitos de caracol.
Poesía y minimalismo ilustrado. Una delicia lúdica entre imágenes y palabras. Un encuentro con la simpleza de la literatura. Una vuelta a la poesía esencial de las cosas.
Canela es Gigliola Zecchin.
"Cuando niña crucé el océano y estuve en alta mar... Escribí muchos libros desde entonces. Además de sirenas y ballenas, me gustan las nubes que viajan, los chaparrones y los silbatos de los trenes. Escribo casi siempre de noche, cuando las imágenes que me rondan no me dejan dormir. A esa hora, los gatos andan por los techos y los perros le chumban a la luna. Celebro su compañía".
"Nací en Buenos Aires. Egresé de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Ahora vivo en un pueblo serrano, en la provincia de Córdoba. Ilustro frente a una ventana desde donde miro árboles, pájaros y un camino de tierra. Veo, en los bordes, florecer la hermosura. Me gusta reflexionar, jugar y crear imágenes despejadas, que transmitan serenidad".