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Literatura infantil y juvenil

"El poema es solo uno de los modos de lo poético"

Poeplas

Conversamos con las hacedoras del ciclo de poesía para las infancias que arrancó como antologías de descarga gratuita y no tiene prevista otra cosa que seguir expandiéndose: Valeria Cervero, Florencia Fragaso, Larisa Cumin y Vanna Andreini responden.

Por Valeria Tentoni. Fotos gentileza Poeplas.

 

¿Qué es Poeplas? Hace poco lo conocimos estrenando su versión como ciclo en la Casa de la Lectura, en Buenos Aires, y según nos cuentan se proyectan nuevos encuentros en otros lugares a lo largo del año. Sus organizadoras –Valeria Cervero, Florencia Fragaso, Larisa Cumin y Vanna Andreini– fueron las encargadas de seleccionar una lista notable de músicos y poetas que incluyó nombres como los de Laura Wittner, Juan Lima, Silvia Castro y Georgina Hassan. “La casa prodigiosa”, así le pusieron a esa primera edición que llenó de chicas y chicos la sede de calle Lavalleja.

Pero Poeplas también había sido antes el nombre que la Cervero le había dado a las dos antologías de poesía argentina para chicos publicadas en epub, de descarga gratuita, salidas en las páginas de Poesía Argentina y de Op.cit. y que todavía están disponibles y circulando.

¿Qué se proponen y por qué se embarcaron en esto? Conversamos  vía correo electrónico con ellas y esto es lo que nos dijeron:

 

¿Cómo surgió el proyecto de Poeplas y qué antecedentes tenían presentes al momento de diseñarlo?

Valeria Cervero: El ciclo Poeplas retoma la propuesta de dos antologías de poesía para chicxs en formato epub que compilé en 2013 y 2017, y que llevaron también el título de Poeplas. El primer volumen como parte del proyecto alrededor de lo que fue el sitio Poesía Argentina y el segundo como ebook producido por la revista digital de poesía Op. cit. En ambos casos la edición fue de José Villa y dispusimos que su descarga fuera libre y gratuita. Las dos antologías, que tuvieron bastante difusión, reunieron en total textos de 20 poetas –más y menos conocidos en el circuito de la literatura para chicxs– y la obra de 16 ilustradorxs que sumaron su arte especialmente para estos libros. A partir de la actividad de presentación de la primera de las antologías empecé a pensar en la posibilidad de realizar un ciclo de poesía también para chicxs. Fue algo que postergué durante varios años, pero en 2018, a partir de varias conversaciones con Larisa, por un lado, y con Florencia y Vanna, por otro, nos propusimos formar un grupo para planear este ciclo.

Larisa Cumin: Me crucé con Vale en un par de lecturas o eventos de poesía en 2017 y 2018, justo yo estaba armando un taller para bibliotecarios en Santa Fe y quería juntar más material de poesía para chicxs o que me pareciera adecuada para chicxs (que siempre consideré que es lo menos difundido y por lo tanto conocido, y al mismo tiempo para mí una de las cosas más valiosas), Vale y José Villa me ayudaron a conseguir más material para ese taller. Y de ahí quedamos en contacto, ella me propuso empezar a reunirnos para pensar algo. Ese algo cobró más forma a finales de 2018 en las reuniones que tuvimos también con Florencia y Vanna.

¿Y por qué se pensaron las antologías como libros digitales? ¿Hay proyecto de pasarlas al papel?

V.C.: La idea de que las antologías fueran digitales tuvo que ver con que fueran parte de proyectos de desarrollo digital, como fue Poesía Argentina y continúa siendo la revista-blog Op. cit. En el primer caso, la antología para chicxs integró una biblioteca de ebooks que elaboró el sitio de poesía y podían ser descargados libremente. La ventaja que le dio ese soporte a Poeplas fue la de poder llegar a una cantidad de lectores que está bastante por arriba de la que suelen tener los libros de poesía (incluso para chicxs) y de que fuera descargada desde lugares de todo el país así como de otros países. Con José Villa siempre tuvimos la idea de hacer una edición en papel, pero en su momento no contábamos con los recursos económicos ni dimos tampoco con alguna editorial interesada en encarar el proyecto. Actualmente, con las chicas hemos hablado de la posibilidad de publicar algo en papel en el futuro, si encontramos los medios y una vez que hayamos podido desarrollar más lo del ciclo.

¿Qué objetivos, que la publicación quizás no alcanzaba, se propusieron sumar con la versión en vivo de la poesía en esta lectura? ¿Qué agrega la lectura, la puesta en voz y escena, a los poemas?

Florencia Fragaso: Con nuestras experiencias como público y como invitadas en ciclos de poesía, nos preguntábamos qué pasaría con esa puesta en voz, puesta en cuerpo, tratándose de oyentes niños y niñas. El objetivo es extender la poesía más allá de las fronteras del libro, que es apenas una de sus formas tangibles. Que las familias puedan entrar en una experiencia de lo poético que es visual, auditiva, espacial y colectiva. Esas experiencias se pueden disparar del libro cuando hay una buena mediación de lectura, pero ¿por qué no invitar a los y las propios poetas a ser parte? A eso apuntamos con Poeplas.

V.C.: Como dije antes, en el año 2013 hicimos una presentación de la primera antología en la que participaron lxs poetas de CABA. Fue muy valiosa esa experiencia de lectura, de vivencia colectiva con chicxs y sus familias. Esa vez también expusimos impresiones de las ilustraciones. Es decir que hubo otro tipo de contacto tanto con los textos como con las obras visuales que fue muy rico. La apuesta con la primera edición de Poeplas y con el ciclo que pensamos continuar apunta a ampliar esa posibilidad, a experimentar distintas formas de encuentro con la poesía y sus múltiples expresiones. También nos proponemos generar, con el tiempo, un espacio de circulación de voces y poéticas variadas que actualmente tienen menos posibilidades de ser conocidas. Las antologías son una muestra de unas cuantas voces, pero tienen un límite material. El ciclo, esperamos, nos permitirá difundir a muchxs más.

L.C.: Creo que la poesía vive en la voz, la voz pronunciada quiero decir; es ahí cuando canta. Y a los chicxs les encanta escuchar poesía, están ahí descubriendo todo un mundo de palabras y jugando con eso, como un poeta. Nos pareció hermoso además pensar un ciclo donde se produzca ese encuentro, donde los poetas lean principalmente para chicxs, que es un público distinto al adulto es verdad, y por eso también un desafío al que ponerle voz y cuerpo, y también darle la posibilidad a los chicxs de conocer a los hacedores de los libros en carne y hueso.   

¿Por qué eligieron la línea "poesía para las infancias"? ¿Por qué el plural? ¿Por qué no "poesía infantil"?

L.C.: Creemos que las infancias son muchas, en diferentes contextos, incluso en distintos momentos de la vida, ¿podemos decir cuándo se termina la infancia, como si existiera una clausura? Y también creemos que estos textos no tienen o reciben un único adjetivo, no es lo mismo decir que algo es infantil que decir que es para las infancias, son textos abiertos que reciben múltiples lecturas y lectores.

V.C.: Con respecto al término “infantil”, aplicado a la poesía o a la literatura en general, no creemos que sea el más afortunado. Más de una vez esa denominación va de la mano de una mirada que las subestima. Preferimos denominaciones como “para chicxs”, “para la infancia”. Pero a la vez nos planteamos cuál sería el límite de la infancia. Como dice Larisa, ¿es posible determinar hasta dónde llega la infancia? ¿Hay una sola infancia posible? Creemos que el plural nos abre la posibilidad de convocar a una multiplicidad de formas de vivirla y de edades también.  

¿Cómo quedan los adultos y las adultas ante estos textos? ¿Qué lugar hay para ellos? ¿Es distinto?

F.F.: Distinta es siempre la circunstancia en que un lector o lectora se encuentra con un poema, independientemente de su edad. A veces, una persona grande elige un texto con la intención de acercárselo a una persona chica, y se encuentra profundamente conmovida, sin haber calculado que ese texto era “para ella”. En realidad, siempre que elegimos un libro para otros estamos eligiendo, primero, uno que nos toque o nos despierte el apetito lector. Creemos que la poesía, tal vez más que los cuentos o novelas (aunque hay muchas excepciones) es un lenguaje que puede atravesar edades con plasticidad, si apela, justamente, a la sensibilidad lectora y no a una franja etaria.

¿De dónde viene el nombre Poeplas?

V.C.: El nombre surgió en el momento de pensar la primera antología. En ese entonces mi hijo tenía 10 años y yo solía leerle los textos que estaba teniendo en cuenta para el primer volumen. Al charlar con él sobre la búsqueda del título, se le ocurrió Poeplas. Nos gustó y decidimos que se llamara así.

¿Cómo seleccionan a los y las poetas? ¿Qué esperan de un poema para las infancias?

F.F.: Vamos tirando nombres de autores que nos gustan a nosotras, nos pasamos libros, investigamos qué se está publicando en editoriales más y menos masivas, y también entre contactos de gente que escribe pero no tiene nada publicado. Por ahora, que el proyecto solo tomó forma en C.A.B.A., nos estamos quedando con ganas de invitar a autores que admiramos de otras partes del país, que son un montón.

L.C.: Y quizás también llevar el evento a otras partes… De a poco se va viendo también el tejido de esa comunidad habitada por poetas y lectores de muchos lados y las ganas que había de algo así.

¿Qué reacciones encontraron en los chicos y las chicas que estaban en la lectura?

L.C.: Hay muchas formas de escuchar, a veces estamos acostumbrados a pensar que la escucha es quietos y en silencio como nos propone el modelo tradicional escolar, nosotras dispusimos el espacio en semicírculo con almohadones en el suelo para los niñxs, y el suelo invita al desplazamiento y al juego también. Había chicxs que cuchicheaban, que comían, que se echaban en posición casi de dormir, que se abrazaban, que escuchaban con la boca abierta, que leían libros, que armaban instrumentos con latitas de gaseosa poniéndole dentro aceitunas (souvenir que había llevado Juan Lima de su propio jardín).

F.F.: Encontré una escucha plena, móvil, respetuosa, lúdica, llena de sentido, un silencio plagado de mensajes.

¿Qué papel ocupa la música y cómo desean cruzarla con la poesía?

F.F.: La música y la poesía se cruzan solas, nacieron enredadas. Al proponer lecturas en vivo, tal vez la dimensión musical del poema se despliega más obviamente que en el papel impreso. En la primera edición de Poeplas invitamos a Georgina Hassan, que compone, canta y toca. No para marcar la frontera “hasta acá poesía, desde acá música” sino justamente porque su modo musical de habitar la palabras nos resulta sumamente poético y estaba en sintonía con la propuesta. El poema es solo uno de los modos de lo poético. La canción es otro.

V.C.: No solo pensamos el cruce entre poesía y música. También planeamos ir abarcando las relaciones entre poesía y otras artes, como las visuales, el teatro de sombras, etc., los juegos con exploraciones sensoriales. Algunas veces también encararemos actividades de taller de escritura.

 

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