Siete consejos para escribir una novela
Foto: Magdalena Siedlecki
Lunes 04 de setiembre de 2023
Félix Bruzzone, autor de novelas como Las chanchas o Los topos, entrega 307 consejos para escribir una novela en La Crujía Editora.
Félix Bruzzone nació en Buenos Aires en 1976. Publicó el libro de cuentos 76, las novelas Los topos, Barrefondo, Las chanchas y Campo de Mayo. También es autor de las aguafuertes Piletas y de los libros álbum Julián en el espejo, Julián y el caballo de piedra, y Julián es un pulpo. Fue traducido en Francia, Suecia y Alemania, donde recibió el premio Anna Seghers, que se entrega a un autor latinoamericano cada año. Algunos de sus libros fueron adaptados para cine, teatro y ópera. Escribió la obra de sitio El silencio de las piedras, dirigida por Emilio García Wehbi; hizo las performances Campo de mayo, con Lola Arias y Lucas Balducci; Cuarto intermedio, con Mónica Zwaig y Juan Schnitman; y el documental Camuflaje, dirigido por Jony Perel.
Además, Bruzzone es profesor de la carrera Artes de la Escritura de la UNA, de la Maestría en escritura Creativa de la UNTREF, y da talleres de escritura de todo calibre. De ese trabajo vienen sus 307 consejos para escribir una novela, editados por La Crujía, de los cuales elegimos siete.
1. Borrar no es lo mismo que apretar delete. La novela es un botón con algunos agujeros muy evidentes que sirven para pasar el hilo que la unirá a la camisa. Sin esos agujeros se caería, como las monedas que caen del bolsillo. También tienen otros agujeros que solo los ven las moscas. Las moscas que pueden ver los agujeros que tienen las novelas somos nosotros dentro de uno o dos siglos. No importa tanto contar una historia como cortar una historia. Cortar no es lo mismo que rebanar o fracasar. La forma de la novela es tan importante que conviene darle forma. La ética del novelista va desde arriesgar la vida persiguiendo ballenas blancas hasta mirar, sin hacer nada, una pared blanca.
2. Pasado, presente y futuro son importantes, pero más importante es desmenuzar la tierra que hay abajo de las uñas de los pies.
3. El fuerte giro hacia lo solemne que se percibe en todas partes no debería torcer la novela. Si la novela sigue esa curva, frenar, oler el pasto al borde del camino y tratar de salir volando con algún pájaro que pase cerca.
4. Nunca hacer trampa salvo que la trampa te haga a vos.
5. Las novelas redondas no duran mucho, se van rodando con el viento. Un caballo blanco persigue a la luna en el horizonte. La nieve tiene tres metros de espesor. Si el caballo se hunde en la nieve la novela no va a funcionar. Si se hunde la luna, sin embargo, todavía hay cierta esperanza. Lo ideal sería que la novela no tenga objetivo ni objeto. Pero como va a tener ambos, lo ideal sería olvidarse de lo ideal.
6. El sentido del gusto es muy importante. Desarrollarlo mirando comer a un canario.
7. Los ravioles tienen que llevar el relleno justo. Si llevan de más, explotan. Si llevan de menos, preferible comer masa sola. La novela es la masa. El relleno siempre hay que descubrirlo entre los pliegues de las olas del mar.