El dragón leyó tantos cuentos
Lunes 01 de febrero de 2016
Andrés Sobico escribe sus Pequeñas teorías sobre el comportamiento animal (Editorial La Bohemia) y Josefina Wolf las ilustra con una belleza que rememora a los antiguos manuales de ciencias.
Por Coni Salgado.
Viajar. Observar a la naturaleza. Tomar apuntes. Relacionar comportamientos. Ser genial. Escribir un libro.
Andrés Sobico escribe sus Pequeñas teorías sobre el comportamiento animal y Josefina Wolf las interpreta e ilustra con una belleza que rememora a los antiguos manuales de ciencias. A través de las páginas se vuelve inevitable pensar como resultado de la minuciosa observación entre texto e imagen. Dos conceptos son indisociables como objeto de lectura y estudio: el humor y la verdad. Y sabemos que entre ambos existe una relación clara.
El conejo tiene muy mala suerte.
Trae buena suerte una pata de conejo.
Este libro se va a abrir cientos de veces. Uno vuelve, piensa. Sigue, disfruta. Sonríe. Relaciona. Entrelaza. No existe nada que divida el sentir humano del animal. En este libro somos, en varios sentidos literales, iguales.
El erizo sabe que no hay amor sin espinas.
La tortuga no es lenta. Tiene tiempo.
Las diferentes especies actúan y sienten como el lector. Y el lector siente en la propia piel, lo que viven los animales con la profundidad de pensamientos metafóricos.
La portada como un libro viejo, la etiqueta antigua, la tipografía: todo esta cuidadosamente diseñado. Una lograda pieza literaria de colección. Un componente no debe faltar, en mi opinión, para que un libro se vuelva especial, y es eso que genera la sensibilidad de quien vuela como una mariposa con las palabras y con la maravillosa posibilidad de acceder a todos los mundo posibles.
El dragón leyó tantos cuentos que cree que existe.