Cecilia Pavón: "Escribo en primera persona para reírme de mí misma"
Y su nuevo libro de relatos
Lunes 17 de febrero de 2020
"Para mí lo más importante en la escritura es siempre la emoción": entrevistamos a la poeta, traductora y narradora por Todos los cuadros que tiré (Eterna Cadencia Editora), su último libro. "La escritura es un estado de trance, y los temas son secundarios", respondió.
Entrevista y foto Valeria Tentoni.
"Desde hoy me lo prometo a mí misma y se lo prometo a mis posibles lectores que todo, todo, todo lo que escriba desde hoy y hasta el día de mi muerte será hermoso y genial", leemos en Todos los cuadros que tiré, el libro de Cecilia Pavón que acaba de publicar Eterna Cadencia Editora, catálogo donde ya se había desempeñado como traductora de Lorrie Moore y Chris Kraus. La marca de ambas autoras no pasa desapercibida en este "libro de relatos hecho de inmoladas confesiones, fugaces apuntes en libretitas olvidadas y declaraciones de principios estéticos y políticos", según reza la contratapa.
Pavón nació en Mendoza en 1973 y desde los años noventa vive en Buenos Aires. En 1999 cofundó la galería de arte Belleza y Felicidad junto a Fernanda Laguna. Es Licenciada en Letras y poeta, además de narradora. Coordina talleres literarios desde hace muchos años. Entre sus libros se cuentan Un hotel con mi nombre, Once sur, Los sueños no tienen copyright, o el chileno Pequeño recuento sobre mis faltas, por el que la entrevistamos en 2015.
Le enviamos algunas preguntas por correo electrónico, y aquí sus respuestas:
¿Cuándo se armó este libro? ¿Cómo lo ordenaste y le diste forma?
El primer cuento que escribí es el primero del libro, fue un encargo de una artista visual para una muestra en una galería de Nueva York. Me acuerdo que me dijo que podía escribir lo que quisiera del largo que yo quisiera, y que me iban a pagar un dólar la palabra. Sonaba algo irreal para alguien como yo que viene del mundo de la poesía, donde nunca te pagan por nada. Lo escribí y después la galería decidió no incluirlo en el catágolo porque era demasiado nada que ver con la muestra, pero la artista me había dicho que podía ser cualquier, cualquier cosa, y yo me lo tomé al pie de la letra. Después de ese cuento fui escribiendo otros y muchos tenían que ver de alguna forma ya sea directa o tangencial con el mundo del arte o de la cultura, y con los artistas, que son las personas que me rodean, y así se terminó de armar.
¿Cómo pensaste a la narradora de Todos los cuadros que tiré? ¿Cómo te vinculás con la autoficción? ¿Hay una búsqueda de personaje narrador?
Siempre pienso que el yo o la primera persona son solo una excusa para transmitir un estado afectivo, una percepción del mundo a partir del afecto, un universo concebido y experimentado antes que nada desde la emoción, quizás porque vengo de la poesía, para mí lo más importante en la escritura es siempre la emoción. Y el humor, que es una de las emociones centrales de la vida, no sé si lo logro pero al menos lo intento que el yo sea siempre un chiste sobre el yo, digamos que escribo en primera persona para reírme de mí misma, de las cosas que me pasan. Yo diría que mi ideal es lograr que la vida real deje su gravedad de vida real y se transforme en poema. No sé si lo logro, pero lo intento.
¿Con qué idea de ficción te sentís emparentada cuando escribís cuentos?
La ficción para mí tiene que ver con lo que está pasando aquí y ahora, con reconfirmar que el mundo existe, que no es un sueño y que, al mismo tiempo, también puede ser cualquier cosa distinta, como si todo lo que pasa en la realidad tuviera la potencialidad de tener un final abierto, algo así... Percibir el presente pero intuyendo el futuro que hay en él.
En una entrevista anterior, alrededor del libro que salió por Overol en Chile, decías: "Los cuentos son más conceptuales, para mí. Tardo un montón, me llevan más tiempo; más que escribirlos, pensarlos. Los poemas me salen más espontáneamente, nunca estuve mucho tiempo pensando un poema". ¿Sigue siendo así?
Los cuentos los pienso más tiempo pero me cuesta escribirlos, por eso son tan cortos. Pero más que pensarlos tienen que nacer de una estructura sentimental completa y definitiva, es difícil de explicar. A veces pienso que la literatura lo que hace es agregarle sentidos al verbo "pensar", quizás tenga que ver con la idea de intuición. Audre Lorde, una poeta que ya murió, dice algo así como "la intuición antes que la imaginación" y me identifico mucho con ese pensamiento. Me gustaría decir que mis cuentos (y mis poemas) no son "imaginados" sino más bien intuidos. Pero creo que, al mismo tiempo, el lugar de donde vienen los textos que se escriben está llenos de intenciones diferentes, al final el texto se manifiesta pero una no termina de saber nunca qué quería decir o por qué lo escribió.
¿Por qué te interesa contar el universo de la vida cotidiana, el espacio de la casa?
Creo que, como dije antes del yo, son una excusa. Creo que todo tema en el fondo es siempre una excusa para un movimiento más abstracto que es la escritura vista como acción y como estado de trance. Para mí la escritura es un estado de trance, y los temas son secundarios. Aunque el escribir de lo cercano también tiene algo relacionado con la sinceridad, me gusta pensar en una poética de la sinceridad que va en contra de la idea que siempre se tiene de que todo texto es especulación. Aunque sea una sinceridad construida, estoy a favor de la sinceridad.
"Algo que no sé qué es, pero que tengo la esperanza de que sea literatura", leemos hacia el final del libro. Sos Licenciada en Letras, traductora, docente de talleres: ¿qué idea de literatura tenés? ¿Cómo se fue conformando y qué golpes se dio?
La literatura para mí es el movimiento que te hace ingresar a un mundo paralelo en el que todo lo de este mundo puede ser suspendido al menos por un momento, ¿ese mundo paralelo es la sensibilidad del futuro? No lo sé, pero la literatura para mí debe poder transportarte hacia alguna parte que es el aquí y el ahora, pero transfigurado.
"Escribir es desplazarse, deslizarse, fundirse, fluir, sufrir, soñar, soñarse, drogarse, y también es escuchar la radio Aspen mientras tomo un baño de inmersión un domingo a la tarde". ¿Qué fue lo primero que escribiste? ¿Qué fue lo último que escribiste?
Lo primero que escrbí fue un poema con rima al sol cuando tenía 7 años, lo sabía de memoria pero solo me acuerdo de muy pocos versos. Ayer me invitaron a un encuentro en una universidad y me pidieron que escriba un texto relacionado con el agua. En general, no creo en este tipo de encargos, pero la persona que me invitó es una gran poeta y creo que voy a hacer el intento de escribir algo por ella. Estoy intentando pensar ideas sobre el agua en todo sentido, sobre todo político y viendo cómo lo poético se vuelve siempre inevitablemente político.
Hace un tiempo en Casa Brandon se celebró aniversario de Belleza y Felicidad: ¿cuánto de ese imaginario se coló en este libro?
Belleza y Felicidad fue como escribir un poema pero en tres dimensiones y fuera de la página, en ese sentido fue un lugar muy literario. Como mucha gente dijo, la mezcla de poesía y artes visuales en un espacio era y sigue siendo algo bastante raro. En general, las disciplinas se manejan más bien por carriles separados. Belleza y Felicidad fue una especie de sueño, capricho, o de alucinación, tres cosas que para mí tiene que tener la literatura sí o sí.