Cinco confesiones de escritura de la Nobel Elfriede Jelinek
Mashup de entrevistas
Jueves 21 de febrero de 2019
Dramaturga, ensayista, guionista, poeta y traductora, además de novelista, Jelinek vive entre Munich y una casa al pie de las laderas de los Bosques de Viena. Fue la primera Premio Nobel de Literatura de Austria, aunque ella creía que se lo iban a dar a Thomas Bernhard o a Peter Handke.
Galardonada a sus 57 años por la Academia Sueca con el Premio Nobel de Literatura, la autora de La pianista no gusta de dar entrevistas: sin embargo, aquí hay un entramado posible de algunas pocas que dio, inluyendo la primera que ofreció en Argentina.
Dramaturga, ensayista, guionista, traductora, además de novelista, Jelinek vive entre Munich y una casa al pie de las laderas de los Bosques de Viena. Fue la primera Premio Nobel de Literatura de Austria, aunque ella creía que se lo iban a dar a Thomas Bernhard o a Handke.
Las amantes, Los excluidos, Deseo y Obsesión son otros de sus títulos. Jelinek también escribe poesía y libretos de ópera. En Argentina, la influencia de su literatura podría rastrearse en algunos pasajes de autoras como Ariana Harwicz o Liliana Díaz Mindurry.
Sobre el origen de su vocación
"Como en el caso de la mayoría de los escritores: por un lado, todo lo que hice desde niña fue leer, y era una solitaria, lo que fue promovido por mis padres y por la educación que recibí. Por el otro lado, cuanto más leía más sentía aquella conocida fisura entre el mundo y yo. Eso comenzó muy temprano en mi vida, y después creo que lo que hice fue intentar cerrar esta fisura con algo que me fuese accesible, y todo lo que tenía era la escritura".
De una entrevista con Marika Griehsel
Sobre el motor de su escritura
"La furia es mi motor, sin duda. La furia forjada por las injusticias, del tipo que sean. Por el sistema de valores machista, patriarcal o por las injusticias políticas y sociales en general".
De una entrevista de Silvina Friera en Página/12
Sobre lo autobiográfico en sus novelas
"Preferiría no responder eso, y preferiría también que mi novela no fuese leída como autobiográfica, aunque naturalmente contenga muchos elementos autobiográficos. (...) Pero estoy acostumbrada a ser malentendida".
De una entrevista en Austrian Films
Sobre la influencia de la música
"Mis estudios de música y composición me llevaron a cierto proceso musical del lenguaje en el que, por ejemplo, el sonido de las palabras con las que juego debe exponer su verdadero significado, en contra de su voluntar, para pronunciarse".
De un extracto en Poetry Foundation
Sobre el provincianismo en su literatura
"Soy una escritora muy provinciana porque mi lenguaje apenas se puede traducir. Vengo de una tradición basada en el juego de palabras difícil de traducir a otros idiomas. Por eso me impresiona mucho este premio internacional. (...) Es una tradición austriaca, realizar un trabajo analítico con el lenguaje mismo y elaborarlo en un proceso de composición, fijándose en el sonido. (...) Quiero seguir trabajando en esta dirección aunque implique seguir siendo provinciana. El sonido no se puede traducir. Me han dicho que mis obras traducidas al español no han quedado muy bien, pero no sé, no hablo español".