Libros con historia para chicos curiosos

_{Por Sandra Comino.}

En los últimos años, un nuevo espacio en la edición de literatura infantil y juvenil recupera relatos con temas vinculados a la historia. Así aparecen novelas históricas, biografías, cuentos con personajes históricos y ficciones con contexto histórico, escritores que toman acontecimientos que tienen que ver con una época y se zambullen en la historia social. A veces, son distintos puntos de vista de un mismo acontecimiento. Otras, hechos conocidos abordados desde la visión de los personajes. En este sentido, conforman un gran repertorio con diversidad de temas para contarles a los chicos sobre un tiempo pasado más o menos lejano.

Nos sumergimos en mundos que nos permiten identificarnos o diferenciarnos, y la literatura está ahí para posibilitar el encuentro donde lo individual se vuelve universal. Estas lecturas contribuyen, así, a la construcción de la identidad.

Adela Basch (San Martín caballero de principio a fin, Belgrano hace bandera y le sale de primera) y Laura Ávila (El fantasma del aljibe, Moreno) son las pioneras en atreverse al género. 

Algunos títulos que se suman a las recomendaciones: La moneda maravillosa, de Silvia Schujer; El cruce, historia de una epopeya, de Franco Vaccarini; El fantasma de  Francisca, de Mario Méndez; Albertina, la ayudante de San Martín, de Liza Porcelli Piussi, entre otros.

1492

Jorge Cuello

_{Calibroscopio}

1492 es un libro escrito e ilustrado por Jorge Cuello, y empieza de una manera muy original: “Hace quinientos años, los hombres que se llamaban Cristóbal Colón, pensaban que la tierra era redonda…” La imagen nos muestra a Colón con un huevo en la mano y un puntero. Luego enumera versiones fantásticas del resto de las personas acerca de la forma de la tierra. Pero, de inmediato, nos cuenta: “Parece que la Reina de España de hace quinientos años, no se llamaba Cristóbal Colón, pero le parecía mucho más práctico que la tierra fuera redonda para llegar así a los almacenes de la India… en donde conseguía la pimienta muy barata, para hacer la cazuela de mariscos, que me parece a mí le gustaba mucho al Rey y a los otros invitados”. 

El narrador aclara que no sabe si la Reina le dio barcos usados o los mandó a hacer, pero sí asegura que lo llenó de presos y curas. Y que cuando llegaron encontraron a los que vendían cacao en vez de pimienta. Y que los indios cambiaron oro por espejitos y “otras pavadas”. El humor envuelve una voz que generaliza, opina y reflexiona. 

La edición de este libro también es un viaje: En 1991 fue edición artesanal, en 1997 se hizo una versión junto a Cedilij que obtuvo un Premio al mejor libro editado en Córdoba, y en la actualidad celebramos la edición de Calibroscopio. 

Libertadores

Laura Ávila

_Edelvives

Libertadores es una novela de Laura Ávila que nos sumerge en una atmósfera de época, con un registro que contribuye a la creación de un mundo que nos traslada por completo a otro tiempo. Millary, la hija de Caliquén, el cacique de los pehuenches, se postula para hechicera. Por ese motivo se va del toldo por algunas lunas dispuesta a aprender a revelar el poder. Un día se pierde y encuentra en el bosque a Pedro, el hijo de María huinca, perdido también. Los dos con hambre y desorientados van a parar al campo de los plumerillos donde San Martín prepara un ejército para cruzar la montaña que para los blancos era un límite pero para los pehuenches su lugar en el mundo.

Laura Ávila nos transporta a un mundo lejano y del cual sabemos poco del día a día, de lo cotidiano. Por ese motivo la narración se vuelve atractiva y logra una cercanía atrapante no solo porque nos introduce en la vida de los pehuenches con detalles sino porque lo hace de una manera muy natural. 

Fluye la información que se transforma en literatura gracias a una reconstrucción de hechos, personajes y trabajo del lenguaje. 

Juana, la intrépida capitana

Adela Basch

_Loqueleo

Es una obra de teatro sobre la vida de Juana Azurduy escrita por Adela Basch. 

Un diálogo como prólogo entre el presentador y los actores nos adelanta información sobre la heroína que recibió la espada del general Belgrano. Luego la historia en sí misma, contada en cinco actos, nos acerca a la infancia y a la adolescencia de Juana a fines del siglo XVIII en Chuquisaca donde ella tiene mucha libertad en su casa pero reina un clima opresor en su entorno. Basch habla de su educación: “En el convento, Juana aprendió lo mismo que muchas doncellas, pero, sobre todo, aprendió que ese no era un sitio para ella”, su lucha, su familia. Juana se casa con Manuel, tienen hijos que son encarcelados, junto a ella, para atrapar a su marido. La cárcel, las muertes, la esperanza son parte de estas hazañas contadas con recursos literarios que desdramatizan las tragedias sin quitarle profundidad al relato valiéndose de rimas, ironía y, por sobre todo, de un encuadre de época con una mirada poco frecuente en los libros destinados a los niños.

Adela Basch nos hace bucear en la historia de Juana y todo su aporte en la lucha por la independencia con un lenguaje llenos de humor y desparpajo. Paula Elissambura acompaña con la imagen ese registro expresivo y fuerte que transgrede como la protagonista y la escritura. Aquí la ilustración agrega ternura, destaca la sencillez y le da voz propia a la historia.

Aquel baile del 10 de julio de 1816

Ricardo Lesser

_SM

Arcadio en su vejez recuerda “tiempos idos” de cuando era mocito. Uno de esos recuerdos es el baile, una noche transparente, en Tucumán, el miércoles 10 de julio de 1816. Don Talavera, el tuerto, evoca una época de amor y guerra, recuerda circunstancias y conversaciones que nos permiten reconstruir una época, un panorama político anterior a 1816 hasta 1852. 

No solo el baile viene en la ola de recuerdos sino la Ciudadela, fortificación que levantó San Martín dos años antes donde Juan Bautista Alberdi iba con su padre. Gregorio La Madrid recuerda un desafortunado incidente en 1813 pero el narrador nos adelanta a 1826 y nos trae las luchas contra Facundo Quiroga. Diez relatos que nos hablan de guerras civiles, de unitarios y federales, del Ejército del Norte, de algún que otro traidor, de un indultado por amor, De Rosas, y de aquel 9 de julio. 

Volviendo al Baile, una y otra vez nos enteramos que es Belgrano el encargado de danzar primero y lo hace con Solana que bailan La condición con los primeros acordes a pesar de los dolores de los pies del general. Fue Arcadio quién le acercó aguardiente y esa misma noche Belgrano conoce a María Dolores quién será madre de su hija Manuela, nacida tres años después. El baile es la excusa para recorrer de manera no lineal la historia política y social de una época que a todos nos atrae.