Charlas breves
Martes 06 de octubre de 2015
Charlas breves
Poemas de Anne Carson. Traducción de Ezequiel Zaidenwerg.
Charla breve sobre las esperanzas
Pronto espero vivir en una casa totalmente de goma. Imaginen qué rápido podría pasar de un cuarto a otro. Basta con rebotar y ya llegaste. Tengo un amigo al que en la guerra una bomba incendiaria le derritió las manos. Ahora, una vez más, aprenderá a pasar el pan a la hora de la cena. La vida es aprender. De hecho, espero invitarlo esta noche. Aprender es del mismo color que la vida. Él dice esas cosas.
Charla breve sobre las casas
Algo que podés hacer si no tenés casa. Ponete varios sombreros: tal vez tres o cuatro. En caso de que llueva o nieve, sacate el/los que se moje(n). En segundo lugar, ser dueño de casa es cuestión de rituales. La función principal de los rituales es diferenciar lo horizontal de lo vertical. Empezar el día en tu casa implica “levantarse”. Cuando el viejo tío Pedro venga a tomar el té le vas a “hablar en voz alta”, porque últimamente su audición se está viniendo “a pique”. Si su mujer viene con él te vas a asegurar de haber “levantado” las cosas de la cocina y de la sala, para no “caer en desgracia” con ella. Verlos a los dos, sentados uno junto al otro en el sofá fumando un cigarillo, te “levanta el ánimo”. Estos modelos de arriba y abajo se pueden imitar, fuera de la casa, en los diseños verticales y horizontales de la ropa. Las líneas no son difíciles de hacer. No es necesario decorar los sombreros porque se te van a “encimar” en la cabeza por sí mismos, en tanto sombreros, si entendiste mis primeras instrucciones.
Charla breve sobre adónde viajar
Me fui de viaje a un lugar en ruinas. Había tres portones entreabiertos y un alambrado roto. No eran las ruinas de nada en particular. Allí llegó un lugar y se estrelló. Quedaron, luego de eso, las ruinas de un lugar. Y la luz se posaba sobre ellas.
Charla breve sobre la rectificación
A Kafka le gustaba adelantar su reloj una hora y media. Felice se la pasaba poniéndolo en hora. Sin embargo, durante cinco años estuvieron a punto de casarse. Él hizo una lista de argumentos a favor y en contra del casamiento, incluyendo su incapacidad de hacerle frente a los embates de su propia vida (a favor) y la contemplación de camisones sobre la cama de sus padres a las 10:30 (en contra). La hemorragia lo salvó. Cuando los médicos del sanatorio le recomendaron que no hablara, dejó frases de vidrio esparcidas por todo el suelo. A Felice, dice una de ellas, le quedaba demasiada desnudez.
Charla breve sobre la lluvia
La noche que me fui estaba más oscuro que una aceituna. Cuando pasé corriendo por los palacios, extrañamente alegre, empezó a llover. ¡Qué concepto, esas formas minúsculas! Me perdía al contarlas. ¿A quién se le ocurrió? ¿Y cómo se lo habrá explicado a los demás? Allá, en el mar, también cae la lluvia. No cae sobre nadie.