Seis libros para las vacaciones
Una ola de libros
Jueves 14 de julio de 2016
Barcos, azules, celestes, verdes agua: los seis libros que presentamos como novedades hoy se encuentran con el fuego de los lectores para dar a sus imaginaciones una forma más real que la del mundo. Le Clézio, Saer, Somers, Flaubert prologado por Borges, Taborda y PJ Harvey: compañeros de lujo para los que tengan la suerte de tomarse vacaciones de invierno. Y para los que no, las vacaciones son un estado de la conciencia. Váyanse de viaje a alguno de estos libros. Sáquense fotos, traigan regalos.
Azar
J.M.G. Le Clézio
Adriana Hidalgo, 304 páginas
En Azar, Le Clézio –ganador del Premio Nobel de Literatura 2008– relata el viaje marítimo y poético de Nasima, una niña/adolescente en busca de su padre, que la abandonó. La tristeza de Nasima se termina cuando aparece en el puerto el barco de Juan Moguer, un reconocido cineasta de pasado oscuro, que despierta las ansias de libertad de Nasima. Entonces decide embarcarse clandestinamente a bordo del barco. Con Juan Moguer, Nasima hace su aprendizaje de mujer y sufre por segunda vez el abandono. Nasima pone fin a su itinerario rindiendo un homenaje al hombre que no ha podido ser su padre, con un acto tan grandilocuente como explosivo.
Tríptico darwiniano
Armonía Somers
El Cuenco de Plata, 128 páginas
"A mi entender la creación no puede ser considerada un fenómeno continuo como algunas funciones del cuerpo. No se agrega, no se aspira, no se espira creatividad.
Pero quien diga yo estoy creando en forma permanente por imperiosa necesidad interior, o engaña o ha llegado a una profesionalización tan alarmante que lo transforma en un esclavo de sus automatismo, o de su ansiedad de poder. O es un Balzac, y entonces las cosas cambian. Narrar es en primera instancia acopiar materiales, sensaciones, situaciones, en un acto a veces involuntario de almacenamiento. Luego adviene una arquitectura que puede resultar estable o venirse abajo según la buena o mala disposición de los elementos. Y en último extremo se trata de formular una invitación a estar juntos con el lector, lo que depende de un soplo vital sin el que aquella forma pura sería sólo eso, forma, aunque con minúscula".
Una forma más real que la del mundo
Juan José Saer, conversaciones compiladas por Martín Prieto
Mansalva, 232 páginas
La publicación, a principios de los años 90, casi en continuado, de El río sin orillas, Lo imborrable y La pesquisa y la reedición, a partir de entonces, de toda su obra –que ya sumaba una extensa decena de títulos– en una de las mayores editoriales de la Argentina promovió una inusitada presencia de Juan José Saer en los medios gráficos: anticipos de sus nuevos libros, anticipos de los viejos libros agotados o descatalogados, reseñas y entrevistas. Muchísimas entrevistas. El adorniano Saer, aquel que parecía haber hecho propia la figura de Witold Gombrowicz –“el escritor no es nada, nadie”– se somete, en Una forma más real que la del mundo, a las exigencias de la industria cultural.
Los entrevistadores quieren saber. Y puestos a saber, quieren saber todo. Desde el argumento de Nadie nada nunca hasta si Saer “se considera un hombre feliz”. Sin embargo, toda la parafernalia de la intimidad del autor queda resguardada detrás de una potente figura que va siempre detrás de su obra. Y lo personal, lo íntimo, queda reducido a lo que los cronistas “ven” antes de que empiece la conversación. Si está descalzo. Si tiene puestas unas sandalias franciscanas. Si los zapatos parecen viejos. Si la camisa está entreabierta. Si tiene puesta la misma ropa que “ayer”. Si toma whisky. Si toma agua. Si fuma mucho. Si está en su casa, en París. O en la casa de unos amigos (en Buenos Aires, o en Colastiné). O en un bar. O en un hotel. O en un auto. Inmediatamente después de esa impresión de superficie, que es todo lo que Saer “deja ver” a sus interlocutores de ese otro que también es él, se pone a hablar.
Bouvard y Pécuchet
Gustave Flaubert
El Cuenco de Plata, 320 páginas
"Las negligencias o desdenes o libertades del último Flaubert han desconcertado a los críticos: yo creo ver en ellas un símbolo. El hombre que con Madame Bovary forjó la novela realista fue también el primero en romperla. Chesterton, apenas ayer, escribía: 'La novela bien puede morir con nosotros'.
El instinto de Flaubert presintió esa muerte, que ya está aconteciendo -¿no es el Ulises, con sus planos y horarios y precisiones, la espléndida agonía de un género?-, y en el quinto capítulo de la obre condenó las novelas 'estadísticas o etnográficas' de Balzac y, por extensión, las de Zola. Por eso, el tiempo de Bouvard et Pécuchet se inclina a la eternidad; por eso, los protagonistas no mueren y seguirán copiando, cerca de Caen, su anacrónico Sottisier, tan ignorantes de 1914 como de 1870: por eso, la obra mira, hacia atrás, a las parábolas de Voltaire y de Swift y de los orientales y, hacia adelante, a las de Kafka. Hay, tal vez, otra clave. Para escarnecer los anhelos de la humanidad, Swift los atribuyó a pigmeos o a simios; Flaubert, a dos sujetos grotescos. Evidentemente, si la historia universal es la historia de Bouvard y Pécuchet, todo lo que la integra es ridículo y deleznable".
Jorge Luis Borges
Las carnes se asan al aire libre
Oscar Taborda
Mardulce, 192 páginas
En 1996 Oscar Taborda publicó una novela en una pequeña editorial en Rosario, de circulación limitada. Con el paso de los años esa novela se volvió inhallable. Durante ese tiempo, haber leído esa novela funcionó como una especie de contraseña secreta, un pacto entre lectores fieles. Era hora de darle al fin buena circulación a esa novela. Y esa novela es Las carnes se asan al aire libre.
Historia de viaje, locura, y muerte en un fin de semana desquiciado, del Río Paraná a Buenos Aires. Las carnes se asan al aire libre es una novela de aprendizaje del mal. Prepárense para una experiencia intensa.
El hueco de la mano
PJ Harvey & Seamus Murphy
Sexto Piso, 231 páginas
Entre 2011 y 2014 PJ Harvey y Seamus Murphy emprendieron una serie de viajes a Kosovo, Afganistán y Washington D. C. Murphy tenía una amplia experiencia fotografiando conflictos y la vida cotidiana durante muchos años en Kosovo y Afganistán; hacía mucho que PJ Harvey sentía fascinación por ambos países. Washington D. C. representaba la última potencia mundial que vivía con su propio desasosiego. Compartiendo un anhelo y un propósito comunes, Harvey recogió palabras y Murphy coleccionó imágenes. El hueco de la mano es el primer poemario que publica PJ Harvey y se trata de una colaboración única con Seamus Murphy, donde se combinan fotografías que éste tomó durante más de dos décadas con el trabajo creado en los viajes que la pareja realizó junta.