El día que Virginia Woolf se negó a editar a James Joyce
El destino del Ulises
Jueves 28 de mayo de 2020
Lo que decía la autora de Orlando en correspondencias y diarios al respecto de la obra más famosa de Joyce es contundente, y no quiso publicarla en el sello que mantenía con su marido.
Por Valeria Tentoni.
"Nos han pedido que imprimamos la nueva novela del señor Joyce, ya que todos los impresores de Londres y la mayoría de los de las provincias se han negado. Al comienzo, hay un perro que c..., luego un hombre que hace lo propio —y se puede ser monótono incluso sobre este tema—; además, no me parece que su método, que está muy desarrollado, signifique mucho más que eliminar las explicaciones e incluir los pensamientos entre guiones. Asi que no creo que lo hagamos", le escribe en una carta de abril de 1918 Virginia Woolf a Lytton Sctrachey. El sobre parte de Hogarth, y antes de despedirse agrega el recordatorio de un préstamo no devuelto: Retrato del artista adolescente.
La "nueva novela del señor Joyce" era nada más y nada menos que Ulises. En sus diarios, Virginia anotó que abandonó la lectura en la página 200. Escribió que era la obra de un “autodidacta, egoísta, insistente, teatral, y en última instancia, abominable. Es el esfuerzo de un estudiante nauseabundo reventándose los granos. (...) Si puedes cocinar la carne ¿por qué comerla cruda?”.
El extracto en el que decide no publicarla está tomado de 600 libros desde que te conocí (Pensamientos), con traducción de Socorro Giménez. Según se consigna allí, la primera edición de la correspondencia entre la autora de Las olas y Strachey fue censurada por el esposo de Virginia, Leonard Woolf, y el hermano de Lytton, James. Las cartas están cargadas de conversaciones sobre sus propias escrituras pero también sobre las ajenas, y no siempre con benevolencia. A Strachey Virginia lo había conocido como un amigo de su hermano, pero luego forjó una gran confianza no sólo epistolar con quien devino uno de los críticos y ensayistas más relevantes de la época.
Como editora, Virginia Wooolf compartió la aventura con su marido Leonard: en 1917 nació así la británica Hogarth Press, que publicaría autores modernistas clave así como traducciones. En su catálogo, por caso, además de la propia Woolf y sus trabajos más experimentales, se contaban La tierra baldía de T.S. Eliot, o las obras de Sigmund Freud.
En el flyer de lanzamiento de la editorial, se lee: "Nuestro objetivo con Hogarth Press es el de publicar a bajo precio obras breves de mérito, en prosa y poesía, que no podrían, por causa de sus méritos, atraer un público numeroso". Las tiradas no excedían los 300 ejemplares y casi todo el proceso de impresión estaba a cargo de los Woolf.