¿Todo fenómeno narrativo es traducible?
Martes 01 de diciembre de 2009
Enrique Pezzoni y Alberto Girri hablan de la traducción en un rescate de la Audiovideoteca de Buenos Aires.
En una charla previa –publicada aquí la semana pasada– Enrique Pezzoni y Alberto Girri hablaban de “el extraño matrimonio entre el cine y la literatura”. En ese diálogo mencionaban que, en última instancia, una película podría considerarse como la traducción de una obra literaria. Partiendo de esta definición, en la charla que traemos hoy gracias al rescate de la Audiovideoteca de Buenos Aires, Pezzoni y Girri en el que se abocan al problema de la traducción.
Durante los primeros minutos parecen rodear el tema. O entrar en calor. Pasado ese momento, la charla gana en intensidad. Señalan los errores de tomarse demasiadas libertades (como le pasó a Neruda frente al Romeo y Julieta de Shakespeare, por ejemplo). Pezzoni –traductor de Nabokov, de Melville–, Girri –traductor de Elliot y Robert Frost–: dos viejos amigos que, tal vez por esa amistad, no dudan en defender sus posiciones aún a costa de criticar al otro. Ni evitan señalarse mutuamente los errores incurridos.
Alberto Girri: De lo que debiéramos dialogar es de los criterios aplicados a la cuestión. Por ejemplo, yo recuerdo que en una encuesta sobre este problema aparecida en un diario de Buenos Aires, una de las cosas que yo decía es que el criterio que yo aplicaba a la traducción de poemas de otros idiomas al español, independientemente de otros matices, es no exagerar lo literal, pero tampoco tener un excesivo temor a lo literal. Menciono esto porque usted en esa misma encuesta se refería a lo literal de una manera absolutamente despectiva identificando literal con servil. Yo creo que no exactamente así, pero de todos modos me gustaría saber cuál es el criterio con que usted aboca un libro.
Enrique Pezzoni: Cuando yo desdeñaba lo literal es porque me estaba refiriendo a una distinción que suele hacerse y que para mí no existe entre la traducción literaria y la traducción literal. Yo no creo que haya traducciones literarias y literales. Creo que hay ¡solamente! traducciones literarias. Que las llamadas traducciones literales no existen, no sirven. Ahora qué entiendo por una traducción literaria: algo que enseña solamente la experiencia al traductor y que ninguna teoría de la traducción puede enseñarle: el momento en que el traducción tiene que tomarse una libertad, porque si no se la toma traiciona aquello que está traduciendo. O el momento en que no necesita tomarse una libertad. Mi experiencia de ver traducciones que aparecen en las editoriales es que hay traductores que tienen la manía de alterar el texto original.
Diecinueve minutos imperdibles:
Notas relacionadas:
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