Cinco libros de poesía infantil

_{Por Sandra Comino.}

La poesía infantil tiene un largo camino recorrido, que se ensanchó en la edición en los últimos años: claro que siempre estuvo ahí, pero la atención de los sellos tardó en llegarle. Su auge en la edición vino de la mano del libro álbum, y ahora nos encontramos con rescates de nanas, rimas, haikus, límericks, cuentos-poema que hacen que la poesía -a veces, tan temida por los “grandes” que no les llega a los chicos-, hoy goce de una bella plenitud.

Dice Laura Devetach que tal vez se le tema a la poesía “porque propone caminos infinitos, de metas insondables a través de los que las personas no pueden sino ir reproduciendo cambios sustanciales”. El mundo sería otro si viéramos qué hay en los ojos de los otros, nos dice Laura, y nos anima a acercarnos a saborear la poesía cotidiana en su libro Oficio de palabrera, un imprescindible de la LIJ.

Sin duda, la poesía es el primer género que se transita, aun sin saberlo. En Argentina podemos hablar de una tradición literaria y nombrar a pioneros como José Sebastián Tallón, Javier Villafañe, Edith Vera, María Elena Walsh, Elsa Bornemann, Laura Devetach y Gustavo Roldán. Reconocer a los que sostuvieron el género cuando se editaba poca (o casi nada) poesía, como Mirta Colángelo, María Cristina Ramos, Silvia Schujer, Iris Rivera, María Teresa Andruetto, María Rosa Mó, Jorge Luján. Y disfrutar de aquellos poetas que tienen hoy el placer de vivir el boom de la edición como Cecilia Pisos, Laura Escudero, Roberta Iannamico, Ruth Kaufmann, Eduardo Abel Gimenez entre otros.

Acá, una lista de recomendados que pueden encontrarse en las librerías para seguir disfrutando.

Con el sol en los ojos

Jorge Luján – Morteza Zahedi

_Comunicarte

La poesía de Jorge Luján bucea en lo cotidiano, quita velos en lo que está ahí y que de tanto estar ahí no vemos: nos sumerge en un mundo maravilloso que retoma el vuelo en la ilustración. Es un libro que pertenece a la colección Vaquita de San Antonio.

El sol en un balde/ se lava la cara./ El sol en el río/ camina descalzo./ El sol a las noches/ ¡las pasa en la luna! Y explota el azul con una escena que aporta lírica, narra también la imagen para incluir otra visión.

Una calle como un tronco de almendro, el maíz que se queda en el aire, una canción para que dos se quieran, una gallina, el silencio que aturde, una muñeca que busca quien la quiera. Una niña y un niño que habitan lo posible y también lo imposible descubren la maravillo en lo habitual.

Dentro de una palabra

María Cristina Ramos – Claudia Degliuomini

_Sudamericana

María Cristina Ramos apela a la descripción de un mundo que nos hace respirar placer. Una brevedad que despierta lo cercano y muestra con extrañamiento la proximidad de todas las cosas y las emociones. Corazón de durazno, guárdame un beso/ dentro de una palabra/ si no regreso.

Su decir camina por senderos que restablecen la ternura, rehabilitan la magia, construyen lo verdadero, posibilitan el encuentro. Son historias con recursos de la acumulación, efectos sonoros y un mundo que cobija.

Apenas cuatro paredes/ y un sombrero de papel./ una puerta de hoja verde,/ y otra hojita de mantel. Algunas de estas poesías fueron musicalizadas por el grupo musical Unicanuez.

Ris Ras

Roberta Iannamico – Claudia Legnazzi

_Capin

Es en la poesía y en la LIJ donde todo puede suceder y sucede. Tan placentero es leer que hay una vaca con pelos de pasto, como osos solares o un río que ríe.

El río se rié/ con dientes de piedra…Tiré una pena al río/ pa’que se la lleve el agua…

Animales, escenas de la naturaleza: hay acumulación, animismo, metáforas. Roberta Iannamico trabaja el lenguaje, lo hace maleable, lo estira, pone a la palabra en una anarquía donde las voces interpelan lo establecido, robustecen la fantasía, construyen mundos fantásticos. Hay momentos  de humor, descripciones intensas, desparpajo y ternura.

Dije Chau/ y me fui a vivir a las lechugas/ con esas sábanas/ el camisón/ no vale la pena.

Sinsentidos comunes

Ezequiel Zaidenwerg – Raquel Cané

_{Bajo la luna}

Los límericks fueron muy popularizados en Inglaterra por Edward Lear. En Argentina, los introdujo María Elena Walsh: son historias en cinco versos donde el primero, segundo y quinto son endecasílabos y el tercero y cuarto heptasílabos.

Había un cirujano de la Plata/ que operaba vestido de pirata:/ “Es que así me relajo/ y nunca yerro el tajo”,/ argüía el cirujano de La Plata.

Este libro es una fiesta de límericks donde cada uno es una historia que se ubica en una zona geográfica cercana o lejana, los lugares pasan a ser escenarios para el disparate o lo absurdo. Respiran el nonsense y son un deleite para todas las edades. Hay límericks hasta para la presentación de los autores.

Tus ojos

Eduardo Abel Giménez – Cecilia Afonso Esteves

_{Calibroscopio}

Un libro con todos los poemas sobre un tema: “Tus ojos” donde las posibilidades y las comparaciones se multiplican pero no se repiten.

Tus ojos son// como la pausa/ antes del segundo abrazo,/ como la caricia/ de una pluma transparente,/ como la sombra del zapato/ en el piso de madera,/ como un beso nunca dado,/ como una maraña/ de porvenires/ y sobrentendidos.

Los poemas comienzan con comparaciones y se deslizan, se desglosan en figuras, caricias, sabores, esperanzas, estaciones, reflexiones.

Cecilia Afonso Esteves reúne elementos, compone un mundo paralelo, a veces opuesto, que obliga a releer el poema y como consecuencia también nos incita a la relectura de ese mundo visual.

Para leer más:

• Ema y el silencio, Laura Escudero – Roger Ycaza
• Perlas de bruja, María Rosa Mó – Leicia Gotlibowski
• Bicho hambriento, Iris Rivera – José Sanabria
• Avión que va, Avión que llega, Laura Devetach – Istvansch
• Poemas de alta mar, Canela – Cecilia Afonso Esteves
• Dos arbolitos locos, Federico García Lorca – Valeria Cis
• Nubes de colores, Rafael Alberti – Estrellita Caracol
• De espuma y de mar, Alfonsina Storni – Azul de Corso