Un montón de libros nuevos
Ensayos, novelas y traducciones
Miércoles 13 de setiembre de 2017
Entre los recién llegados, hay ejemplares de Monte Hermoso ediciones, nuevo sello al que le damos una calurosa bienvenida. Además, hay reediciones, estrenos y ensayos, como para que nadie se quede sin ganas de venir a visitarnos.
Monte Hermoso es una playa del sur argentino, tiene playa ancha y arena marrón, agua marrón, muchas aguavivas. Depende del humor del viento. Ahora también es una editorial, y le damos la bienvenida en el blog y en la librería compartiendo una de sus novedades, escrita por Edgardo Cozarnisky.
Además, dejamos libros para todos los gustos, como una traducción de Strindberg, autor al que quería mucho Kafka.
Como verán, es sólo un muestrario: hay más, mucho más, y más también. Si vienen, se enteran. Mientras tanto, acá va.
El vicio impune
Edgardo Cozarinsky
Monte Hermoso
Fue Valery Larbaud quien llamó vicio impune a la lectura, y es cierto que sus adictos son aún más tenaces y voraces que los de esos paraísos que Baudelaire llamó artificiales. Las notas de lectura que Edgardo Cozarinsky ha reunido en este volumen ignoran toda disciplina crítica y comunican al lector la curiosidad no domesticada de la asociación libre y la digresión cultivada. Que se trate de Marguerite Duras y Graham Greene, del oscuro Kurban Said o del infame Pitigrilli, Cozarinsky rastrea, como en sus novelas y cuentos, los lazos invisibles que atan al individuo a su tiempo, al creador a sus fantasmas. Puede ser la payada política de Borges versus Martínez Estrada, o las ilusiones de un congreso del PEN Club en el fatídico 1936, pero siempre el humor, amable o filoso, recorre este volumen que solo desea prolongar el civilizado placer de la buena conversación entre lectores amigos.
Solo
August Strindberg
Marmara
«Lo que he ganado con la soledad es poder decidir por mí mismo mi dieta espiritual. No tengo que ver a mis enemigos en mi propia casa, sentados a mi mesa, ni escuchar en silencio mientras alguien se burla de lo que yo más estimo; no tengo que escuchar, dentro de mi casa, la música que aborrezco; evito ver periódicos, tirados por ahí, con caricaturas de mis amigos y de mí mismo; me he liberado de leer libros que desprecio y de visitar exposiciones y admirar cuadros que no me gustan. En una palabra, soy dueño de mi alma en aquellos casos en los que uno tiene algún derecho de serlo, y puedo elegir mis simpatías y antipatías. No he sido nunca un tirano, lo único que he pretendido es dejar de ser tiranizado, cosa que no soportan las personas tiránicas. Al contrario, siempre he odiado a los tiranos, y esto es algo que los tiranos no perdonan».
«Me siento mucho mejor porque he leído a Strindberg».
Franz Kafka
La casa de los veinte mil libros
Sasha Abramsky
Periférica
Durante décadas, Chimen Abramsky y su esposa, Miriam, organizaron encuentros épicos en su fascinante casa llena de libros, y reunieron a muchos de los grandes intelectuales de la época, de Eric Hobsbawm a Isaiah Berlin.
Hijo ateo de uno de los rabinos más importantes del siglo, Chimen nació en 1916 cerca de Minsk y pasó sus primeros años de adolescencia en Moscú; luego emigró a Londres, donde descubrió los escritos de Karl Marx. Asistió brevemente a la Universidad Hebrea de Jerusalén, hasta que la Segunda Guerra Mundial interrumpió sus estudios. De regreso en Inglaterra, se casó, y durante muchos años él y Miriam se ocuparon de una respetada librería judía en el East End de Londres. Cuando los nazis invadieron Rusia en junio de 1941, Chimen se unió al Partido Comunista, convirtiéndose en una figura destacada del Comité Nacional judío. Fue miembro del mismo hasta 1958, cuando, sorprendentemente, un día por fin reconoció los crímenes cometidos por Stalin. En la madurez, Chimen se reinventó a sí mismo una vez más, en esta ocasión como pensador liberal, humanista, profesor universitario y experto en manuscritos de la casa de subastas Sotheby’s.
Su nieto, el periodista Sasha Abramsky, recrea en estas fascinantes páginas un mundo perdido, dando vida a la gente, a los libros y a las ideas que llenaban la casa de sus abuelos, combinando cuatro tipos de historia (la familiar, la política, la judía y la literaria) en un magnífico y absorbente texto.
Ciudadanos a las urnas
Thomas Picketti
Siglo XXI
¡Ciudadanos, a las urnas!, el más reciente libro del economista más influyente de los últimos tiempos, asume el desafío de ayudarnos a entender un mundo atravesado por contradicciones: los proyectos de integración regional europea chocan con el Brexit, las promesas de regulación financiera no hacen mella en los paraísos fiscales, un avance tecnológico que habilita un progreso social sin precedentes convive con formas extremas de sacralizar la propiedad privada y estigmatizar a los perdedores. En crónicas ágiles, polémicas y ricas en hipótesis originales, Thomas Piketty se nutre de su formidable corpus de datos pero también de sus conversaciones con estudiantes, militantes, lectores, autores, actores de la sociedad civil y del mundo económico, cultural y político, y confirma su talento como uno de los intérpretes más lúcidos del mundo actual.
Decidido a interrogar acontecimientos que reconfiguran el mapa de Europa, los Estados Unidos, América Latina y Oriente, Piketty considera alternativas y luchas posibles allí donde parecería que los caminos están cerrados. Así, discute en términos precisos y llanos cómo pensar el mundo del trabajo, las instituciones políticas, las reglas electorales, los sistemas sociales y fiscales, las infraestructuras públicas y educativas. Contra la idea de que determinados países deben priorizar el pago de sus deudas públicas resignando su crecimiento y su futuro con recetas de ajuste y austeridad, aconseja revisar qué sucedió en la Europa de la segunda posguerra, cuando naciones como Francia y Alemania se beneficiaron de una reconstrucción que anulaba las deudas del pasado. Rompe con la nostalgia por los “Treinta Gloriosos”, ese mundo legendario que transcurre entre mediados de los años cuarenta y los setenta del siglo XX, porque constata que el Estado de Bienestar iba acompañado por discriminaciones y desigualdades, y no se trata de un proceso históricamente cerrado.
En tiempos de conflictos vertiginosos y preocupantes, Piketty propone una lista de prioridades y convoca a construir “otra globalización”, poniendo el acento en el poder de las sociedades para decidir, inventar y organizar mejores versiones de democracia participativa.
Las canciones escritas
Pablo Dacal
Mansalva
Durante décadas, Chimen Abramsky y su esposa, Miriam, organizaron encuentros épicos en su fascinante casa llena de libros, y reunieron a muchos de los grandes intelectuales de la época, de Eric Hobsbawm a Isaiah Berlin.
Hijo ateo de uno de los rabinos más importantes del siglo, Chimen nació en 1916 cerca de Minsk y pasó sus primeros años de adolescencia en Moscú; luego emigró a Londres, donde descubrió los escritos de Karl Marx. Asistió brevemente a la Universidad Hebrea de Jerusalén, hasta que la Segunda Guerra Mundial interrumpió sus estudios. De regreso en Inglaterra, se casó, y durante muchos años él y Miriam se ocuparon de una respetada librería judía en el East End de Londres. Cuando los nazis invadieron Rusia en junio de 1941, Chimen se unió al Partido Comunista, convirtiéndose en una figura destacada del Comité Nacional judío. Fue miembro del mismo hasta 1958, cuando, sorprendentemente, un día por fin reconoció los crímenes cometidos por Stalin. En la madurez, Chimen se reinventó a sí mismo una vez más, en esta ocasión como pensador liberal, humanista, profesor universitario y experto en manuscritos de la casa de subastas Sotheby’s.
Su nieto, el periodista Sasha Abramsky, recrea en estas fascinantes páginas un mundo perdido, dando vida a la gente, a los libros y a las ideas que llenaban la casa de sus abuelos, combinando cuatro tipos de historia (la familiar, la política, la judía y la literaria) en un magnífico y absorbente texto.