Nueve preguntas a Deborah Eisenberg
Martes 06 de agosto de 2024
La escritora estadounidense, autora de libros como La venganza de los dinosaurios y Tajmahal (Chai) visitará Buenos Aires para participar de la Feria de Editores.
1. ¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás?
Durante el largo, largo curso de mi vida y sus distintas mudanzas de un lugar a otro, supongo que he conservado algunas cosas y sé que he perdido muchas otras. Supongo que algunos (o la mayoría) de esos objetos alguna vez fueron preciados para mí, pero el único que recuerdo es un traje de baño con el que me encontré anoche, de casualidad. Le pedí prestado ese traje de baño a la madre de una amiga hace casi medio siglo. La madre me lo reclamaba, pero yo nunca lograba encontrarlo para devolvérselo. Falleció hace mucho tiempo, y su hija, mi amiga, también está muerta ahora. Pero el traje de baño -que nunca me quedó bien- seguía ahí, acusativamente, esperando a que revuelva mi ropero, cosa que hice anoche, con total inocencia, mientras buscaba un zapato perdido.
2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?
Todo libro excelente –o cada libro que me impresiona como excelente cuando lo leo- libera en el aire o en zonas profundas de la mente un intenso tumulto de sensaciones frescas y pensamientos. Dudo que haya dos escritores que amplíen y activen el universo de quien lee de la misma manera, razón por la cual hay más de un libro en el mundo. Probablemente cada escritor, incluyéndome a mí, aspire a penetrar y transmitir algo esencial, a comunicar de manera resonante las más delicadas, sutiles, aventureras posibilidades de la percepción.
3. ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?
Digamos que la narrativa o la poesía malas no son literatura. Mucha narrativa e incluso mucha poesía es mala, y probablemente esto haya sido así desde que la poesía y la narrativa llegaron al planeta. En mi opinión, la verdadera literatura no puede hacerte daño. Toda la literatura (y dejaré a otros la definición de qué es la literatura) ofrece un tipo de alternativa, cierto más allá en contradicción con lo recibido –un modo diferente de entender las cosas, nuevos lenguajes y nuevas estructuras narrativas con las que concebir la vida, sentimientos desconocidos, una belleza o un terror impactantes, un universo posible y nonato.
4. ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?
Regalo libros para que gusten a una persona en particular, y por ninguna otra razón, sin mensajes secretos, correctivos, notas de amor ni reclamos. También regalo libros si me han gustado mucho y pienso que quien lo recibirá no podría encontrarse con ese libro salvo que yo intervenga. No hay un libro en particular que suela regalar, pero me parece que sí he regalado los cuentos de Bruno Schulz al menos a varios amigos, así como Buenos días, medianoche de Jean Rhys o Aguas de primavera de Ivan Turgenev.
5. ¿Como qué disco suena la música funcional de tu cabeza?
No existe un disco así.
6. ¿Cuál fue el color más hermoso que viste en tu vida y dónde aparecía?
Los colores más hermosos que he visto son los colores del agua. Crecí cerca de un lago muy grande, del tamaño de un mar interior, y era difícil no sentarse a mirar las modulaciones de sus colores hora tras hora.
7. ¿Con qué escritor o escritora que ya no pisa el mundo de los vivos quisieras tomar un taller literario?
Pasé aproximadamente cuarenta años enseñando eso que llaman escritura creativa en talleres. Trabajé mucho y me encontré con personas notables con las que he mantenido incluso amistades. Pero, si bien hay decenas –posiblemente centenares- de autores muertos con los que me encantaría cenar, no hay autor muerto, vivo, ni persona alguna con la que quisiera tomar un taller.
8. Un libro que hayas prestado y no te devolvieron.
Por la historia del traje de baño que mencioné antes, ¡nunca, nunca presto libros!
9. ¿Cómo ordenás tu biblioteca? ¿Nos mandás una foto?
Una buena parte de mi departamento está dedicado a bibliotecas, pero en Manhattan, donde vivo, sólo los residentes más ricos tienen espacio suficiente para sus libros. He intentado implementar un plan personal de modificación de conducta para poder deshacerme de muchos ejemplares, pero es difícil. Diferentes áreas de mis estanterías están dedicadas a narrativa, no ficción, poesía, teatro y así siguiendo, y dentro de cada área los libros están ordenados alfabéticamente por autor o, en la sección de biografías, alfabéticamente por tema. Pero más allá de cuán racional sea el ordenamiento, ¡no hay espacio suficiente! La consecuencia queda demostrada en la foto que envío adjunta.