Nueve preguntas a Cristina Macjus
Cuestionario fijo
Martes 12 de mayo de 2020
"Escribir es como abrir conversaciones con el mundo", dice la autora de libros como Mal día para ser mala y La remolacha gigante, nacida en Buenos Aires en 1976.
1. ¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás?
Un juego de té. Lo heredé de una mujer que fue la amante del abuelo de una amiga. Siempre quise una tetera con historia, tazas de las que hubieran bebido mis abuelas y sus amigas. Pero mis abuelas no tuvieron porcelana. El juego llegó de forma inesperada.
2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?
Muchos. Los últimos son La analfabeta, de Agota Kristof, El ensayo de cristal, de Anne Carson, y Memorias de Africa, de Karen Blixen.
3. ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?
Escribir es como abrir conversaciones con el mundo, con lectores, periodistas, docentes, alumnos. Y leer es como salir a buscarlas. La literatura me dio eso por sobre todas las cosas, conversaciones, de un lado y del otro del libro. Como escritora, también viajes y amigos. Lo peor: no es una actividad bien paga ni laboralmente protegida.
4. ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?
A Berta le encanta amasar a su gato, de Ema Wolf, porque es un libro poderoso, y porque yo quise abrazar a los agasajados con el mismo entusiasmo que Berta a su gato.
También regalo los últimos libros que leo y me gustan. El año pasado fueron: Avión, de Eduardo Muslip, Manual para mujeres de la limpieza, de Lucía Berlín y Estanque, de Claire Louise Bennett.
5. ¿Como qué disco suena la música funcional de tu cabeza?
Como Pynandí, del Chango Spasiuk, el tema 7.
6. ¿Cuál es el color más hermoso que viste en tu vida y dónde aparecía?
Los blancos nocturnos. Como el de las garzas, los jazmines o las flores del almendro, todos vistos de noche.
7. ¿Con qué escritor o escritora que ya no pisa el mundo de los vivos quisieras tomar un taller literario?
Con Natalia Ginzburg.
8. ¿Un libro que hayas prestado y no te devolvieron?
Solo los libros que subrayé me duelen cuando no vuelven, porque algo ahí se pierde que no puedo recuperar. El resto, muchas veces se merece otro dueño, soy medio animista, creo que las cosas tienen que estar con quienes saben quererlas.
9. ¿Cómo ordenás tu biblioteca? ¿Nos mandás una foto?
En este momento tengo una parte de los libros apilados en el piso, haciendo peso para dejar lisitas las plantas de un herbario. Las estoy prensando para un taller de poesía y botánica que voy a dar.