Claudia Rankine y Judith Butler: un cruce maestro
Presentación de Sólo nosotros
Viernes 04 de marzo de 2022
"No entiendo a quienes creen que las instituciones puedan cambiar sin que haya cambios internos en las personas". Una conversación entre Judith Butler y la autora de Solo Nosotros. Una conversación estadounidense, uno de los últimos libros publicados por Eterna Cadencia Editora.
"Si la gente blanca no ve su blanquitud, ¿cómo pueden hablar de ella?", se pregunta Claudia Rankine en Solo Nosotros. Una conversación estadounidense, uno de los últimos libros publicados por Eterna Cadencia Editora.
En Solo nosotros, Claudia Rankine recorre espacios liminales como un aeropuerto, una sala de teatro, una reunión de padres en una escuela, una cena, una sala de espera en un consultorio médico, y en cada uno observa y reflexiona sobre los alcances y las consecuencias de la discriminación estructural.
En Argentina salió con traducción de Cecilia Pavón, pero para el lanzamiento del libro en inglés, que se llamó Just Us, Rankine conversó con la gran Judith Butler, autora de Desposesión: lo performativo en lo político. "Quería pensar en el hecho de que el cultivo de estas ideas de la supremacía blanca en los blancos empieza desde el principio", le dijo Rankine, entre otras cosas, en ese encuentro. “Esta obra brillante y de múltiples capas de Claudia Rankine es una llamada, una oferta, una exigencia insistente, con razón, impaciente de una conversación pública sobre la blanquitud”, expresó Butler.
Aquí, algunos de los destacados de ese intercambio en 2020, parte de las Visionaries series del New Museum, que incluyó una lectura de Rankine.
Judith Butler: Claudia Rankine es una visionaria por sus grandes contribuciones al arte y la cultura, y por imaginar activamente un futuro mejor. (...)
Claudia Rankine: Vos sos una heroína para mí, mi visionaria.
Judith Butler: Tus libros anteriores tenían el subtítulo "Una lírica estadounidense" y este dice "Una conversación estadounidense". Me pregunto si querrías hablarnos de la relación entre lírica y conversación.
Claudia Rankine: Bueno, como sabés, la lírica siempre ha sido entendida como una suerte de escucha de los pensamientos privados, y se basa en los aspectos sintientes del ser humano. Pensé que Don't let me lonely y Ciudadana estaban intentando hacerse tangibles a partir de la lírica, de las emociones, de los gestos invisibles y las cosas que ocurren tan rápidamente y después habitan tu cuerpo. Mientras tanto, Solo nosotros es más bien la anatomía de una conversación; el intento de desfamiliarizarnos de una conversación al convertirla en un documento (...) Y analizar el modo en que un comentario cualquiera tiene una larga historia, que tiene sus raíces en un racismo estructural, y que no se trata de la opinión suelta y desafortunada de una persona, sino que tiene bases muy profundas en nuestra sociedad.
Claudia Rankine: Yo quería pensar en el hecho de que el cultivo de estas ideas de la supremacía blanca en los blancos empieza desde el principio. Uno no tiene que crecer para convertirse en Mitch Mcconnell.
Judith Butler: Es algo que está justo ahí, esperando por vos. Siempre me sorprende el modo en que decís las cosas, tan directamente, o cómo te movés y te acercás a las personas, incluso quizás a hombres blancos muy desagradables, y escuchás lo que tienen para decir, te interesás. Generás una apertura que la mayoría de las personas no genera. (...) Muchas personas se preguntarían para qué generar estas conversaciones que no conducen a ningún lado... Pero a tu modo les decís a la vez "¡hola!" y "estoy acá, todavía estoy acá", lo que produce una apertura profundamente inesperada. ¿Lo hacés esperando que algo ocurra? Me pregunto cómo se interrelacionan la lírica y la conversación ahí.
Claudia Rankine: Hay muchas respuestas para eso. Si pensás en la lírica como en un modo de reconocimiento recíproco, en cierto sentido, eso es a lo que me arrojo. Una de mis palabras favoritas entre todas las palabras es la palabra "aquí", sobre la que escribí en Don't let me lonely. Se trata de la presencia, también la de ser un regalo para el otro. Una nunca sabe cuán lejos pueden ir las conversaciones con extraños. Y son los momentos en los que siento que puedo decir: "Estoy acá. ¿Y qué vamos a hacer con eso?", y al decirlo también comprendo que el otro está acá también. (...) Cuando se me ocurrió la idea de acercarme a personas blancas, hombres blancos -y no todos son desagradables, mi esposo está bien, por ejemplo [risas]-, estaba realmente interesada en ellos. Estoy rodeada de personas blancas y vinculada a personas blancas de muchas maneras, no sólo en mi matrimonio. Mis alumnos, el empleado del banco... Este es el mundo que tenemos. Y si vamos a divorciarnos de ciertas personas en la sociedad, entonces habremos renunciado al poder de comprometernos en un cambio juntos.
(..)
A veces me reclaman estar demasiado enfocada en el mundo interior, me dicen que no es el tiempo de enfocarse en eso sino en el mundo exterior. Las personas hablan de cambios sistémicos e institucionales, pero ¿cómo es que no conectan a los individuos con las instituciones? ¿Cómo es que no ven que si una persona no cambia intermamente, lo que se verá replicado en la institución es aquello en lo que creen y lo que son? A vecs me pregunto si se me pasó algo por alto, porque no entiendo a quienes creen que las instituciones puedan cambiar sin que haya cambios internos en las personas. Lo que hemos visto es que hemos obtenido cambios insitucionales, políticos, legislativos, pero las personas no hemos cambiado. Fueron cambios importantes, no digo que no, pero no estaríamos otra vez en el mismo lugar si hubiese sido suficiente.