Cinco novedades para regalar
Con o sin excusa
Jueves 13 de octubre de 2016
Una novela inédita de Simone de Beauvoir, las crónicas de Vallejo, teatro de Marguerite Duras y mucho, mucho más (rima incluida) en esta bandeja de novedades listas para que las aproveches con tu mamá, solo, sola, o con quien se te antoje.
Cinco libros maravillosos para regalar, con o sin la excusa del día-de, aunque se puede aprovechar el que viene, de la madre. Para ellas o para cualquiera, grandes nombres aterrizan en la mesa de novedades por estos días: una novela inédita hasta ahora en español de Simone de Beauvoir, una colección de las crónicas y notas de César Vallejo en una edición que incluye pequeñas reproducciones de obras de los artistas argentinos Mazzucchelli & Cohen, obras de teatro de Marguerite Duras a cargo de El Cuenco de Plata y una porción del clásico de Schwob ilustrado en un volumen para atesorar.
Además, Mansalva hace sus apuestas por Miserere, novela de un autor del que María Moreno predica: "Si fuéramos colonizados diríamos que Nanina, el libro que Germán García publicó a los veinte años es nuestro Demian o nuestro El gran Meaulnes pero preferimos considerarlo un Raucho o una Juvenilia para atorrantes".
Una experiencia del mundo
César Vallejo
Excursiones, 136 páginas
César Vallejo es más conocido por escribir poemas que cambiaron el modo de concebir el género en el siglo XX, pero además formó parte de una tradición de poetas latinoamericanos devenidos periodistas que escribían crónicas para ganarse el sustento y tenían una labor política militante.
La experiencia material, las relaciones del arte con la sociedad y las condiciones de producción de los artistas forman parte del conjunto de sus reflexiones periodísticas. Tal es así, que este libro da cuenta de una mirada atravesada por las novedades de la vida moderna, como el automóvil y el cine, y el modo en que estas impactan sobre la sociabilidad de la época. Asimismo, retoma problemáticas políticas de arrastre histórico, como la guerra, la relación de Latinoamérica con Europa y el avance de un nuevo proletariado. Todos estos elementos se condensan de algún modo en la producción artística, la cual Vallejo describe como una operación de alquimia o transmutación. “El artista absorbió y concatena las inquietudes sociales y ambientales y las suyas propias individuales, no para devolverlas tal como las absorbió sino para convertirlas en puras esencias revolucionarias”, escribe en una de sus crónicas, pero bien podría ser el postulado con el cual recorrer este libro.
Vera Baxter. El Square. Aguas y bosques
Marguerite Duras
El cuenco de plata, 192 páginas
"Vemos lo que ella mira: la turbulencia exterior. Ella está en escorzo en la imagen. La miramos con ella. De pronto, en la otra terraza (la del lugar de la turbulencia) aparece alguien. De ropa oscura. Un hombre. Está lejos. No vemos en rostro. No sucedamos lejos, con Vera Baxter, sobre la terraza de "Las columnatas". Y ve. Ve que hay una mujer allí, sobre una terraza. Y se detiene a su vez y mira a su vez. Se establece el lazo de una mirada -luego del lazo del ruido. Vera Baxter ha sido vista. Y ve." M.D.
7 vidas imaginarias
Marcel Schwob, ilustrado Renata Schussheim
Liberalia Ediciones, 54 páginas
Marcel Schwob vivió 38 largos años. Muy largos, si se considera la totalidad de su creación:Doble corazón; Mimos; El rey de la máscara de oro; El libro de Monelle; Vidas imaginarias; La cruzada de los niños e innumerables escritos sobre la risa, el arte o la perversidad. Muy largos también, si se tiene en cuenta su decisiva influencia, prolongada deGuillaume Apollinaire hasta la segunda mitad del siglo XX, en la obra de algunos de sus autores más brillantes, como William Faulkner o Jorge Luis Borges. Años largos y enriquecidos con la vida y obra de escritores en quienes largamente se detuvo para estudiarlos en profunidad, como François Villon y Robert Louis Stevenson, o bien para traducirlos, como William Shakespeare o Daniel Defoe.
Marcel Schwob, André Marcel Mayer, nació en Isla de Francia en 1867 y murió en Parísen 1905. Dijeron de él los hermanos Goncourt que era “el más maravilloso resucitador del pasado”; hoy sigue presente y es uno de los escritores simbolistas de culto, por su estilo y por su maestría en fundir y confundir ficción y realidad histórica.
Así, en estas Vidas imaginarias, de las que hemos elegido cabalísticamente siete, los personajes surgen desde un difuso e intenso recuerdo colectivo para tomar la apariencia que les da Renata Schussheim en Buenos Aires, en 2014.
Malentendido en Moscú
Simone de Beauvoir
Navona, 136 páginas
Novela inédita en España. Nicole y André forman una pareja de profesores franceses jubilados que viajan a Moscú para visitar a Masha, hija de él, nacida de un primer matrimonio. En un sutil juego de pensamientos y reflexiones de los dos personajes principales, al margen de sus actividades viajeras, se va configurando la conciencia que tienen de sus vidas en el momento presente, como si el distanciamiento de su vida parisina habitual hiciera de revulsivo para adquirir un conocimiento final de sí mismos y de su relación. La autora utiliza sus personajes para abordar temas personales como la crisis de pareja, el temor a envejecer o el sentimiento de fracaso por no haber alcanzado la meta de sus ambiciones juveniles y, a la vez, inspirada en sus estancias con Sarte en la Unión Soviética durante la década de los 60, contrapone el entusiasmo por aquel país en sus primeros contactos a la decepción posterior ante la desaparición de un puro y soñado ideal socialista.
Miserere
Germán García
Mansalva, 176 páginas
«El narrador de Miserere, un nihilista jocoso que parece deslizarse entre el maestro Suzuki y el neo marxista Kojève, accede a las tramas cultas de la derecha nacionalista argentina –sus debates e interpretaciones en torno al sueño llamado Patria que solían hacerse sobre mobiliario inglés con algún tertulio alemán (entre Heidegger y Clausewitz) y algún milico propio– antes de que fueran las botas y no las alpargatas las que se opusieran radicalmente a los libros y de algunos de sus devenires en acción durante los años que se pronuncian en una sola palabra totémica (losesenta).
El secuestro de Adolf Eichmann por la Mossad durante el gobierno de Frondizi, el asalto al Policlínico Bancario, la Dolce Vita criolla con sus fiestas negras, el asesinato de Norma Mirta Penjerek y sus implicancias políticas, la aparición del petitero grupo Tacuara, contados por la voz irónica de alguien cuyo Virgilio son las mujeres; una suerte de Antoine Doinel a la Truffaut que entra y sale con inteligencia de las coaliciones masculinas guerreras pero que parece permanecer siempre del lado de Ellas –musas, iniciadoras, anfitrionas. Miserere es también una autobiografía falsa, la que se escribe con lo que no se ha vivido y que no por eso puede traducirse en ficción.
Si fuéramos colonizados diríamos que Nanina, el libro que Germán García publicó a los veinte años es nuestro Demian o nuestro El gran Meaulnes pero preferimos considerarlo un Raucho o una Juvenilia para atorrantes, aunque mucho más letrada puesto que fue escrita en una ciudad cuyos bares y librerías ofrecían más lecturas críticas que la universidad y más maestros que profesores.
Germán García nunca hizo literatura del yo, a menos que se acuse de lo mismo al coronel Mansilla y el General Sarmiento en lugar de reconocer en todos una historia personal de sus lecturas y una ficción; como lector fue desde Miller (Henry) a Miller (Jacques Alain) sin dejar de ser un escritor. “¿De dónde viene?” le preguntó Jacques Lacan durante su visita al estudio de la calle Lille, “de la literatura” respondió y el otro hizo uno de esos enigmáticos gestos que fijaban como los de un chamán.
El estilo tardío de Miserere no es el de la vejez sino el de la calma de las identificaciones querellantes en nombre de un savoir faire capaz de volverse síntesis, tributo y soltura, sin el peso de los mandatos y extintas –es decir vueltas históricas–, las adorables histéricas.
Un estilo que regresa para adelantar: un libro vertiginoso que se lee de un tirón».
María Moreno