Una intensidad misteriosa y abierta
Martes 11 de enero de 2011
Osvaldo Aguirre -que ha prologado Veinte años de poesía argentina de Urondo- nos deja la recomendación de amigo de esta semana: leer la poesía de Sonia Scarabelli.
Por Osvaldo Aguirre. Foto: Sebastián Suárez Meccia.
Recomiendo Flores que prefieren abrirse sobre aguas oscuras, de Sonia Scarabelli (Bajo la luna, 2008).
Frases como “nueva poesía argentina” o “poesía argentina contemporánea” me dejan a veces confundido, preguntándome qué tendrá de nuevo lo que aparece como tal. En esos momentos es bueno volver a Flores que prefieren abrirse sobre aguas oscuras, uno de los libros de poesía más intensos y mejor escritos que pude leer en los últimos tiempos. En la antología Las 40. Poetas santafesinas 1922-1981 (compilación de Concepción Bertone, UNL, 2008), Sonia Scarabelli planteó lo que parece una poética: “Allí donde el sentimiento de lo familiar, de lo propio, se instala y zozobra cada vez, la poesía se ofrece como una intensidad misteriosa y abierta, como un llamado y, al mismo tiempo, como una portadora de nombres, capaz de renovar (…) el recuerdo de nuestra mutua, contradictoria y amorosa pertenencia”. Ligado también a su episodio de iniciación literaria, lo familiar retorna en los poemas de Flores que prefieren abrirse sobre aguas oscuras no como la afirmación de un pasado dichoso ni como una cápsula para protegerse de los peligros del exterior sino como un mundo conmovido por la experiencia de una pérdida que pone en suspenso la posibilidad de un relato (la “novela”, podría decirse) y con él sumerge en interrogantes el sentido del presente y la historia de quien habla. Poesía de primera.