Nueve preguntas a Olivia Teroba
Cuestionario fijo
Martes 25 de enero de 2022
La autora de Un lugar seguro (Las Afueras) llega al blog con sus respuestas a nuestro clásico cuestionario.
1. ¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás?
Soy muy desapegada y un tanto descuidada con los objetos. Varias veces he perdido anillos, collares, bufandas y otros regalos que me han obsequiado. Me consuela saber que el gesto se queda conmigo, que el afecto y la gratitud trascienden el regalo.
Quizá lo único que no pierdo con facilidad son los libros. Tengo uno, por ejemplo, de cuentos de Bioy Casares, editado por La Nación. Lo compré en Buenos Aires y me lo llevé cuando viajé por la Patagonia cuando tenía 22 años. Me gusta porque me recuerda aquel viaje, la sensación de asombro al conocer la literatura y el paisaje argentino a la par.
También conservo algunos libros que leí de niña y compartí con mis hermanos cuando eran pequeños: Las aventuras de Ásterix, el galo, ¿Quién ha incendidado la biblioteca? y Willie, el perro doctor.
2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?
El nombre del mundo es bosque, de Úrsula K. Le Guin. Quisiera narrar lo maravilloso y lo terrible con ese ritmo y precisión que incita preguntas en quien lee, que lleva a cuestionarse paradigmas que creemos establecidos, como nuestra manera de habitar el mundo.
3. ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?
Lo mejor: afectos, compartir la vida con personas con las que puedo dialogar de cualquier tema y aprender juntes. También las lecturas que llevan a nuevos lugares, a nuevas preguntas.
Lo peor: conocer el mercado editorial, sobre todo aquel que tiene una visión comercial y apela constantemente a la competencia entre escritores. Da la impresión de que nunca será suficiente: la calidad de la obra, la difusión al libro, las actividades para promocionarlo. Como todo mercado, es insaciable. Tengo que situarme constantemente, recordar para quienes escribo, por qué lo hago, cuáles son mis ideas sobre la escritura.
4. ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?
Mi primer libro, Un lugar seguro. Como salió originalmente en una edición estatal, me dieron una buena cantidad de ejemplares. Organicé una fiesta con varios amigues y se lo regalé a todes. Eso me hizo muy feliz, ya que fue todo un logro después de varios años intentando publicar.
5. ¿Como qué disco suena la música funcional de tu cabeza?
A soundtracks de animé, como el de Samurai Champloo y Cowboy Bebop. También a cantoras latinoamericanas: Mercedes Sosa, Chabuca Granda, Liliana Herrero. A veces, a Café Tacuba.
6. ¿Cuál fue el color más hermoso que viste en tu vida y dónde aparecía?
En el glaciar de Perito Moreno, que visité en el viaje que te mencioné en la pregunta anterior. Por el clima que hace en México, acá no vemos glaciares y me impresionó mucho: el blanco tan intenso y a ratos azul, tan contrastante con el cielo, tan inmenso. Recuerdo que al mirarlo me llegaban frases a la cabeza que apenas alcanzaban a describir lo que sentía: “la infinita soledad del hielo”, por ejemplo.
7. ¿Con qué escritor o escritora que ya no pisa el mundo de los vivos quisieras tomar un taller literario?
Con Mario Levrero. Creo que los mejores talleres son con autores que tienen interés en compartir su manera de escribir, y a partir de eso crean métodos, teorías o manuales, no pensando en imponerse, sino en explicar un proceso que es muy personal y a ratos misterioso. Creo que es el caso de Levrero.
8. Un libro que hayas prestado y no te devolvieron.
Pedro Páramo, de Juan Rulfo, se lo presté a un compañero de la universidad. Era una edición muy barata pero en ese entonces yo no tenía dinero suficiente para comprar libros. Lo presté con la ingenuidad de que podría compartir esa lectura con él y platicar al respecto. Hace años que no lo veo y lo que me incomoda no es la falta del libro, sino la sensación de que él seguramente nunca lo leyó.
9. ¿Cómo ordenás tu biblioteca? ¿Nos mandás una foto?
Hace algunos meses junté la biblioteca con mi pareja. Juntas, nuestras bibliotecas ocupan varios estantes desperdigados por la casa. Están ordenadas por editorial, aunque hay estantes especiales para la poesía, la ciencia ficción y los libros que ocupo para mis proyectos de escritura, que van cambiando según lo que estoy escribiendo.