Elección del libro de 2009: Bajo este sol tremendo

Viernes 13 de noviembre de 2009
Damián Ríos eligió Bajo este sol tremendo, de Carlos Busqued, como uno de los libros que compite por ser el libro de 2009.
Por Damián Ríos
Casi premiado en España, el autor es chaqueño y vivió mucho tiempo en Córdoba. Ésta es su primera novela. El clima y algunos personajes recuerdan algunos relatos de Elvio Gandolfo; algunos recursos hacen pensar en una novela de Alejandro López; El extranjero, de Camus, parece una referencia inevitable y Busqued mismo es el primero en mencionarlo. Hay por supuesto una fuerte filiación con cierta literatura anglosajona: Cormac McCarthy es la más evidente, pero Bajo este sol tremendo también me llevó a la lectura de otra novela, inglesa, hace años ausente de las librerías: El encierro de las bestias, de Magnus Mills.
Es muy justo que aparezca en Anagrama porque hay un modo de entender la literatura que está patentado por esa editorial, que viene dibujando un mapa desde hace décadas y que al estar muy bien construido termina influyendo en modos de hacer literatura en todos los países de lengua hispana. La novela me hizo olvidar que estaba leyendo literatura argentina y más: me hizo olvidar que estaba leyendo literatura, me hizo olvidar el castellano apropiado, las horas pasadas en busca de una palabra, la elección correcta de un paisaje.
En la novela de Busqued el mundo es desolado y, al parecer, intolerable y lo único que lo hace tolerable, al menos para Cetarti –un personaje inolvidable-, es la marihuana y los documentales acerca de animales que consume. Gran parte de la historia transcurre en un pueblo chico, Lapachito, en medio del Chaco: una novela argentina que no sucede en Buenos Aires ni en sus alrededores y que por eso mismo es muy argentina. Justamente, esa “locación” y un enterrador, los policías, los lugares que visita Cetarti, hubiesen dado para la construcción de una narración de corte costumbrista, pero cuando, más por indolencia que por otra cosa, Cetarti se va metiendo en una trama que incluye secuestros, torturas y crímenes, del cuadro de costumbres no quedan sino retazos.
Algunos han dicho que los personajes de la novela son todos parecidos. Más sutil, Busqued construyó un juego de espejos entre Danielito y Cetarti y lo puso a funcionar. Viene a cuento decir que es una novela con pocos personajes, todos muy bien delineados, todos imprescindibles para el desarrollo de la trama, todos, repito, inolvidables; viene a cuento decir que Busqued pone un cuidado especial en la trama y que tiene la maestría de no hacerlo notar.
Con Bajo este sol tremendo nos llevamos una biblioteca que incluye a los autores que mencioné, pero también a otros, más raros, que Busqued señala en el reportaje público que le hicieran en el blog de Eterna cadencia: los libros de Jean Lartéguy (La trilogía de Argelia) que formaron “parte de la cultura general” de nuestros represores, materiales de los que Busqued se aprovechó para construir el personaje de Duarte.
Entre sus contemporáneos, el libro de Busqued comparte un aire de familia con Iosi Havillio, Ariel Bermani y Hernán Ronsino, aunque son, entre sí, muy distintos.
Para seguir leyendo:
- Glaxo, libro elegido por Juan Martini y Martín Kohan
- Carlos Busqued en el ciclo de los Martes de Eterna Cadencia
- [Votar Bajo este sol tremendo como el libro del año]