Tarot de Marseille
Alejandro Jodorowsky
$81.900
Alejandro Jodorowsky dijo:«El Tarot es un juego de cartas,
pero de ninguna manera sencillo: es un instrumento creado
por super-mentes misteriosas, una verdadera enciclopedia
de símbolos, al mismo tiempo que un profundo estudio del
espíritu humano. Es un juego que, viniendo del año mil o
antes, es un precursor del psicoanálisis... El Tarot es un
test proyectivo, lo que quiere decir que los Arcanos tienen
mil y una manera de ser interpretados, no son esto o lo
otro, sino esto y lo otro y todo lo demás. Vemos en ellos
lo que en ese momento somos. Hay un cuento que dice:
"Un campesino al que se le desapareció una vaca. vio a su
vecino con cara de ladrón de vacas, gestos de ladrón de
vacas y voz de ladrón de vacas. De pronto, la vaca, que
había estado dando un paseo por el monte, regresó al corral.
El campesino vio a su vecino con cara de hombre honrado,
gestos de hombre honrado y voz de hombre honrado"... El
ser humano se proyecta en cualquier cosa. En manos de un
terapeuta hábil y bien preparado, cualquier herramienta es
útil, ya sea el Tarot, el I-ching, la astrología, el eneagrama,
los intestinos de paloma, los caracoles, los huesos de pollo,
etc... No hay que engañarse: todas las herramientas para
detectar problemas en los que estamos sumidos provocan
gamas de proyecciones subjetivas, tanto del consultante
como del terapeuta. Uniendo ambas intuiciones, se puede
llegar a descubrimientos esenciales. Pero, para ello, hay
que dejar las dudas y aceptar la herramienta, cualquiera
que ella sea. Es indispensable eludir la idea que estos
elementos de apariencia mágica, contienen una verdad
determinada: deben ser manipulados con arte. Su valor
consiste en las interpretaciones que se les proyectan. Si el
terapeuta tiene talento establecerá relaciones entre símbolos,
palabras o números y, gracias a esto, abrirá una puerta
en su inconsciente para que le llegue, de una manera
absolutamente no científica, una solución al problema. Todo
está en cada cerebro. El ego, en un eneagrama, puede
ser ubicado en cualquiera de sus nueve números, pero
el Ser Esencial es la totalidad, el eneagrama entero. Lo
mismo pasa con la astrología: podemos encarcelarnos en un
signo, pero en el fondo somos todos Zodiaco. Igualmente
con el I-ching: cualquier hexagrama que las monedas nos
otorguen nos dirá algo. Somos los 64 hexagramas al mismo
tiempo, tanto como somos al mismo tiempo los 78 arcanos
del Tarot. Lo importante no es la herramienta, sino quien
maneja la herramienta. El mago-terapeuta debe elegir un
utensilio que le convenga y convertirse en su discípulo -
sin necesidad de acumular otros-. Cuando haya incorporado
detalle por detalle, relación por relación, interpretación por
interpretación, hasta lograr que la herramienta forme parte
indisoluble de su memoria, podrá, en estado de trance, entrar
en contacto directo con el inconsciente del consultante y
obtener sanadoras revelaciones.»
pero de ninguna manera sencillo: es un instrumento creado
por super-mentes misteriosas, una verdadera enciclopedia
de símbolos, al mismo tiempo que un profundo estudio del
espíritu humano. Es un juego que, viniendo del año mil o
antes, es un precursor del psicoanálisis... El Tarot es un
test proyectivo, lo que quiere decir que los Arcanos tienen
mil y una manera de ser interpretados, no son esto o lo
otro, sino esto y lo otro y todo lo demás. Vemos en ellos
lo que en ese momento somos. Hay un cuento que dice:
"Un campesino al que se le desapareció una vaca. vio a su
vecino con cara de ladrón de vacas, gestos de ladrón de
vacas y voz de ladrón de vacas. De pronto, la vaca, que
había estado dando un paseo por el monte, regresó al corral.
El campesino vio a su vecino con cara de hombre honrado,
gestos de hombre honrado y voz de hombre honrado"... El
ser humano se proyecta en cualquier cosa. En manos de un
terapeuta hábil y bien preparado, cualquier herramienta es
útil, ya sea el Tarot, el I-ching, la astrología, el eneagrama,
los intestinos de paloma, los caracoles, los huesos de pollo,
etc... No hay que engañarse: todas las herramientas para
detectar problemas en los que estamos sumidos provocan
gamas de proyecciones subjetivas, tanto del consultante
como del terapeuta. Uniendo ambas intuiciones, se puede
llegar a descubrimientos esenciales. Pero, para ello, hay
que dejar las dudas y aceptar la herramienta, cualquiera
que ella sea. Es indispensable eludir la idea que estos
elementos de apariencia mágica, contienen una verdad
determinada: deben ser manipulados con arte. Su valor
consiste en las interpretaciones que se les proyectan. Si el
terapeuta tiene talento establecerá relaciones entre símbolos,
palabras o números y, gracias a esto, abrirá una puerta
en su inconsciente para que le llegue, de una manera
absolutamente no científica, una solución al problema. Todo
está en cada cerebro. El ego, en un eneagrama, puede
ser ubicado en cualquiera de sus nueve números, pero
el Ser Esencial es la totalidad, el eneagrama entero. Lo
mismo pasa con la astrología: podemos encarcelarnos en un
signo, pero en el fondo somos todos Zodiaco. Igualmente
con el I-ching: cualquier hexagrama que las monedas nos
otorguen nos dirá algo. Somos los 64 hexagramas al mismo
tiempo, tanto como somos al mismo tiempo los 78 arcanos
del Tarot. Lo importante no es la herramienta, sino quien
maneja la herramienta. El mago-terapeuta debe elegir un
utensilio que le convenga y convertirse en su discípulo -
sin necesidad de acumular otros-. Cuando haya incorporado
detalle por detalle, relación por relación, interpretación por
interpretación, hasta lograr que la herramienta forme parte
indisoluble de su memoria, podrá, en estado de trance, entrar
en contacto directo con el inconsciente del consultante y
obtener sanadoras revelaciones.»
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Editorial: Varias
Peso: 400000 g
Temática:
ESOTERISMO
Dimensiones: 12 x 7
ISBN: 376-014756001-6
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