Tumbas de la gloria
Lápidas y epitafios de escritores
Domingo 02 de abril de 2017
"La muerte no es más que un cambio de misión", decía Tólstoi: acá, una galería para recorrer algunas de las tumbas, lápidas y cementerios del mundo donde se alojan las plumas más adoradas de la literatura universal.
Por Valeria Tentoni.
"No alcanza con pensar en la muerte, sino que se la debe tener siempre delante. Entonces la vida se hace más solemne, más importante, más fecunda y alegre", creía Stefan Zweig. "La muerte no es más que un cambio de misión", creía, por su parte, Tólstoi. ¿Qué ocurre después del último respiro? Esa es una pregunta que solemos hacer en este blog a cada uno de los escritores y escritoras que responden las nueve preguntas. Nada de lo que nos vaticinan es seguro, pero así y todo los materiales y la fuerza de gravedad se reunen para conmemorar a los idos, y sobre ellos se inscriben epitafios.
Para Platón, la mejor tumba era la más sencilla: acá dejamos una galería de lápidas de aquellas y de las otras. Con estelas, con flores, sin flores, abandonadas o de alto tránsito, en distintos puntos del planeta, con la participación estelar del sitio Find a grave. De paso, dos libros recomendados con link temático entre los más nuevos: Toque de queda, de Jesse Ball, novela en la que uno de los personajes tiene por trabajo la redacción de epitafios, y Alguien camina sobre tu tumba, las crónicas de viajes a cementerios de Mariana Enríquez.
Anna Ajmátova. En el Cementerio Komarovo de San Petesburgo se puede visitar a la enorme poeta rusa, ese trueno que Joseph Brodsky describió con una línea inolvidable: "Su sola mirada te cortaba el aliento". El conjunto ofrece incluso un banco de cemento para recordar a esa mujer que falleció de un infarto en 1966, y son muchos los visitantes que se despiden dejando flores.
Kurt Vonnegut. "La vida no es manera de tratar a un animal". "Todas las personas, vivas y muertas, son pura coincidencia, y no debemos buscarles una interpretación". "El tiempo es líquido". "Todo era hermoso y nada dolía". ¡Son varias las líneas del bueno de Vonnegut que podrían haber usado en su lápida! Pero, ya la ven, pelada, así se la encuentra en el Cementerio Crown Hill, en Indianápolis, Estados Unidos.
Nathaniel Hawthorne & Louisa M. Alcott. El Cementerio Sleepy Hollow en Concord, Massachusetts, tiene tantas plumas notables entre sus visitantes permanentes que una sección del predio se llama "Colina de los escritores". Louisa May Alcott, autora de Mujercitas, yace allí, cerca de Nathaniel Hawthorne y Henry David Thoreau. A ellos no les dejan flores, les dejan lápices y biromes.
H. P. Lovecraft. Descansa en el Swan Point Cementery, que lo destaca entre sus "muertos notables". Allí se indica que la línea de su epitafio, "I am Providence", fue tomada de una de sus cartas. Dato curimorboso: Lovecraft tiene, justamente, un cuento de nombre "La tumba". Fue escrito en junio de 1917 y se publicó, hacia 1922, en la revista The Vagrant.
A la izquierda en la imagen, donde se ven esas delicadas flores blancas, yace desde 1927 el escritor japonés Ryunosuke Akutagawa. No es el único notable del gran cementerio público Zoshigaya, en el centro de Tokyo. Allí también reposa, por caso, Natsume Sōseki.
¿Cuál es al verdadera tumba de Dante Alighieri? Mucha agua vio pasar ese puente. Nacido en Florencia en 1265 y muerto en Ravena en 1321, había sido condenado al exilio y por eso no volvieron a casa sus restos. Pero, en 1829, sus coterráneos se arrepintieron: construyeron una tumba para él en la Basílica de Santa Cruz. Desde Ravena no quisieron saber nada con devolverles al más alto poeta, y esa bella construcción permanece vacía.
Dato curimorboso: en 1999, unos bibliotecarios encontraron por casualidad, mientras trabajaban en el departamento de manuscritos, un sobre con cenizas del padre de la Divina Comedia. Es que en 1865 algunos científicos habían abierto su tumba y donado una "pequeña cantidad" de sus cenizas a la Biblioteca de Florencia, para su exhibición.
Otro cementerio famoso es el de Montparnasse, en París. Ahí residen permanentemente varios novelistas y poetas indelebles, como Tristan Tzara, Charles Baudelaire, Samuel Beckett, Eugéne Ionesco, Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, Marguerite Duras, y los latinoamericanos Julio Cortázar, César Vallejo y Carlos Fuentes.
"Lo que el alma hace por su cuerpo es lo que el artista hace por su pueblo", leemos en la lápida de la chilena Gabriela Mistral, Premio Nobel 1945. Su tumba se emplaza en Montegrande, en la región de Coquimbo, y la locación fue elegida por la pedagoga, poeta y escritora en su testamento. Mistral había fallecido en Nueva York, pero pidó expresamente trasladaran sus restos a su país, más precisamente a ese lugar donde tras años como maestra en distintas escuelas, llegó al cargo de directora.
Franz Kafka. En Praga, los empleados del Nuevo Cementerio Judío en Zizkov, al este del centro de la ciudad, en el que reposan los restos del autor de La metamorfosis, se ahorran las preguntas de los turistas con unos carteles que dicen "Franz Kafka" y ofrecen una y otra flecha por respuesta.
Fiódor Dostoievski. "Lo enterraron en el cementerio Tikhvinskoe, del monasterio de Alexander Nevsky, en las afueras de San Petersburgo. Es un hermoso lugar, y la tumba de Dostoievski, rodeada de árboles y de flores, con una hermosa estatua que refleja fielmente sus rasgos adustos y su mirada profunda y afiebrada, colinda con las de otros exponentes del genio creativo ruso: Rimski Kórsakov, Alexander Borodin, Modest Mussorgski, Ilich Tchaikovski, Glimka", describe Mario Vargas Llosa la tumba del autor de Los hermanos Karamazov.
Herman Hesse. El señor de la puertita última, ganador del Premio Nobel en 1946 y autor de libros como El lobo estepario y Siddharta, se casó cuatro veces antes de morirse en 1962 en Suiza. Nacido alemán, se había naturalizado en 1924 en esa otra patria, donde ahora descansan sus restos en el Cementerio de la Iglesia de San Abbondio. "No reniego del patriotismo, pero primeramente soy un ser humano, y cuando ambas cosas son incompatibles, siempre le doy la razón al ser humano", escribió alguna vez.