Tres libros para perderse en el maravilloso mundo de Tove Jansson
Literatura finlandesa
Viernes 15 de abril de 2022
"Amor y trabajo", fue su lema: la biblioteca para adultos de la maestra finlandesa era un tesoro secreto hasta que Cía. Naviera Ilimitada encaró, junto a Christian Kupchik, su traducción.
Por Valeria Tentoni.
Nacida en Helsinki en 1914 y fallecida en 2001, Tove Jansson atravesó el tiempo y las naciones con sus archiconocidos personajes para niñas y niños: los Mumin. Sin embargo, la autora finlandesa —cuyo lema era "trabajo y amor"— también escribía novelas y cuentos a los que no se les dieron tanta trascendencia en su momento, probablemente eclipsados por el éxito de sus troles escandinavos, quienes incluso llegaron a convertirse en dibujitos animados y tiras gráficas y en 1966 le valieron el Premio Hans Christian Andersen de literatura infantil,
La biblioteca para adultos de esta genia era un tesoro secreto hasta hace algunos años para quienes leemos en Argentina. En concreto, hasta que Cía. Naviera Ilimitada encaró, junto a Christian Kupchik, su traducción, y se lanzó con El libro del verano en 2019. En 2020 siguieron con La verdad increíble y en 2021 salió Juego limpio.
En traducción, firme, fluído y maravillosamente competente, siempre Kupchik —además escritor, además editor en Leteo y, por fortuna o quizás milagro para los libros de Jansson, viajero empedernido que pasó unos cuantos años de su vida en Estocolmo. Y es que la finlandesa, para escribir, eligió el sueco, una idioma minoritario en su nación.
La vida de la propia Tove es una novela, tanto así que en 2020 se estrenó una película al respecto, dirigida por Zaida Bergoth. Mucho de lo que allí se cuenta puede leerse en espejo con el último libro que Naviera puso a disposición en librerías: Juego limpio.
En textos breves y encadenados, esa novela cuenta la vida compartida de dos mujeres: Mari, una escritora, y Jonna, artista. Viven en una isla solitaria, reciben pocas visitas. Trabajan y juegan, que para ellas es lo mismo. En sus páginas podemos apreciar el enorme esfuerzo que supone una convivencia entre dos almas creativas. Miran películas, salen a navegar, alimentan o matan animales, discuten, sufren las exigencias familiares, se pasan facturas viejas. También sacan fotos, se corrigen entre sí, entrenan sus críticas constructivas: aprenden a emitirlas y también a tolerarlas. "Hay veces en que una cierta falta de consideración, una dosis de sana crueldad, parece ser lo único correcto", leemos.
Y también: "Se sabe que los momentos de gracia creativa pueden se breves. De repente y sin previo aviso, las imágenes desaparecen o son ahuyentadas por alguna interferencia, alguien o algo que corta de manera irremediable el frágil deseo de capturar una observación, una intuición".
No es esa la primera isla en estas novelas de Tove: ya habíamos conocido la que comparten Sophia y su abuela en El libro del verano. Y es cierto que, si bien tenía un estudio en Helsinki, Jannson pasó gran parte de su vida en una pequeña isla llamada Klovharu en el golfo de Finlandia. Allí residía junto a su pareja, la artista gráfica Tuulikki Pietilä.
Volviendo a sus libros y, en especial a El libro del verano, originalmente publicada en 1972, su traductor nos explica que se trató de la primera obra para adultos en Jansson: "Se abre a un nuevo espectro de público, aunque utilizando los mismos ingredientes –más sazonados con sutileza, quizás– con los que ya había conquistado a sus lectores más jóvenes", dice.
La novela transcurre en ese escenario asombroso y recupera una intimidad con la naturaleza que quizás sea lo más impresionante del libro, cuya trama Kupchik resume del siguiente modo: "Sophia y la abuela se unen en un mismo afán, explorar el inconmensurable paisaje tanto interno como exterior que las circunda. Un contrapunto generacional que cruza dos extremos de la vida. Y en esa búsqueda, una puede llegar a ser la otra y viceversa".
El libro del verano es de una belleza tan alta que difícilmente encuentre resistencias, y para comenzar a leer a Tove no parece haber mejor camino.
La verdad increíble, por su parte, también toma algo de la biografía de Jansson: es la vida, también en un entorno solitario, de una anciana ilustradora de libros infantiles, Anna. Además, como en los dos anteriores, Jannson acude a la figura del par por base de elenco, y a Anna la acompañará Katri.
Otra vez el frío, otra vez la nieve, otra vez la distancia y los pueblos pequeños. Pero ahora, quizás, más cerca del thriller y de preguntas sobre la ambición y su precio. Jannson siempre está explorando la condición humana, sus límites y sus libertades, y aquí se detiene, por ejemplo, en el derecho a rechazar la admiración, en el derecho a permanecer en soledad. "Cada uno es infeliz a su manera, y creo que tienen derecho a serlo", leemos. Y después: "Con el tiempo, poco a poco, terminé por aprender que todos, absolutamente todos, buscan algo. La gente quiere cosas y les parece natural conseguirlas a cualquier precio". Aunque La verdad increíble es también, vale aclararse, un libro acerca de la compasión y la generosidad.
"Mira las rocas de allí. ¿No parecen flores?": el espíritu libérrimo de esta escritora podría sintetizarse en una línea así, ¡pero cuánto más placentero que resumir es tirar esa gota de aceite en el agua y observarla navegar los océanos congelados de sus islas distantes, libro tras libro!