_{Por Frank O'Hara y Larry Rivers. Traducción de Claudio Iglesias.}

Un estudio detallado del acto creativo

1. Vaciate de todo.

2. Pensá en cosas lejanas.

3. Son las doce del mediodía. Despertá al adulto que hay en vos y sacalo de la cama. Deberías trabajar a tus anchas y cuando quieras, sabés, solo cuando no haya nada más que hacer. Si hay alguien más en la cama con vos, tendrías que decirle que se vaya(n).

4. Si sos el tipo de persona que piensa con palabras, dedicate a pintar.

5. Pensá en un gran color. ¿A quién le importa si la gente te menciona a Rothko? Soltá tu infancia. Soltala.

6. ¿Los escuchaste decir que la pintura es acción? Decimos que la pintura es la tímida evaluación que los leones hacen de vos mismo.

7. Dicen que tus paredes y tus obras no tendrían que verse esencialmente distintas, aunque esa es una predicción muy débil. Sabemos que el ego es el verdadero protagonista de la historia, y si no lo es, tampoco es tu asunto.

8. Dicen que la pintura es acción. Nosotros decimos que te acuerdes de los enemigos y atesores hasta el menor insulto. Presentate como Delacroix. Cuando te vayas, dales tus crayones húmedos. Estate siempre preparado para admitir que los celos te mueven, más que el arte. Dicen que la pintura es acción. Bueno, no es así, y todos sabemos que el expresionismo ya se ha mudado al suburbio.

9. Si te interesan las escuelas, elegí una escuela que también se interese por vos. Piero Della Francesca está de acuerdo con nosotros y dice: las escuelas son para los tontos. Pero nos da demasiada vergüenza elegir el abordaje correcto. De todas maneras, hemos observado que las escuelas, buenas y malas, son en realidad compañías de seguros. Entrá en cualquiera de ellas y seguro obtendrás una buena posición. No importa cuánto los odiemos, los prerrafaelitas llegaron para quedarse.

10. No trates de solamente pintar. Más bien, tratá de convertirte en un picaflor de las cosas como Baudelaire.

11. Acordate siempre de despreciar a tus profesores, o para el caso, a cualquiera que te trate de explicar algo mirándote por encima del hombro. Esto es muy importante. Por ejemplo: a esta altura ya debés pensar que leernos a nosotros dos es un desperdicio total del tiempo, que somos orientales, comunistas y judíos. Esta actitud va a ayudarte mucho en la vida, y decimos la vida, antes que el arte. Cualquier otra posición al respecto ya se ha hundido en el pantano tedioso de la dedicación. Nadie pinta porque elige pintar.

12. Si no hay un pintor mayor que admires, pintá como vos mismo pero al doble de intensidad y pronto te vas a convertir en él.

13. La juventud quiere quemar los museos. Pero nosotros estamos en los museos. ¿Entonces? Mejor disolver los olores del zoológico. ¿Cómo podemos pintar los elefantes y los hipopótamos? Aferrate a la burguesía con toda tu fuerza. Cien años de rompernos los dientes nos han dejado exhaustos. ¿Cómo vamos a llenar el gigantesco lienzo vacío al fondo del gigantesco loft vacío? ¿Tenés un loft… no tenés?

14. ¿Es la belleza de lo feo lo que hechiza al joven pintor? ¿La formalidad se acompasa con las ciudadelas rugientes de la imaginación? Ya mismo te decimos: cosé y dibujá, fornicá y odiá hacerlo. Te estamos diciendo que empieces. ¡Empezá! Empezá por donde puedas. Tal vez en algún lugar de la garganta de tu madre gritona y mal llevada. ¿Está bien? Y qué tal agregarle un poco de rojo naranja en la condescendencia cotidiana e insoportable de tu profesor. Hacé un intento con algo que saque el aire de un par de globos semánticos populares: la esencia, la pura pintura, lo plano, el catalizador, y qué tal algunos títulos: Innscape, Suburbios y noche en Noruega, No. 188, 1959, Ey, bebé de mamá, Mondula, Naturaleza muerta con nariz. Incluso si es un cuadro pequeño, digamos un metro por dos, ya es un buen comienzo. Si es apenas más grande que un collage, decí que es un collage, pero empezá por lo que más quieras.

15. Al intentar un cuadro negro, pensá que la verdad es belleza, pero la basura es basura.

16. Al intentar un cuadro con una figura, considerá que por más que la distorsiones el cuadro no va a parecer más relajado. Hay que convencer a los demás antes incluso de que nos reconozcamos a nosotros mismos. Al comienzo, la identidad es un sueño. Al final, es una pesadilla.

17. No estés nervioso.

18. Odiá a los animales. Son la muerte de la pintura.

19. Si te metés con la abstracción, tratá de no incurrir en simbolismos personales, a menos que el punto al que querés llegar sea el chisme… Todos saben que el tamaño importa.

20. Cuando te pregunten por los grandes maestros, asegurate de responder mencionando el cambio cultural y que una obra de arte existe solamente como una parte minúscula de la gran imaginación humana. Los griegos coloreaban sus estatuas, los españoles masacraban sus toros, los alemanes inventaron Hasenpfeffer. Soñamos y actuamos impacientemente, esperando que la fama llegue sin esfuerzo, que la admiración no tenga contrato con cláusulas, que el sexo tenga una erección. Los nigerianos son quienes más odian a los negros.