1. ¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás?

De mi vida, un traje de yudo que usaba en segundo grado, en 1977. Tiene mi apellido bordado por mi mamá. De mis ancestros, un Nuevo Testamento en catalán editado en 1888 que perteneció a mi bisabuelo Juan Riera, cuya historia me reservo para mi próxima novela. 

2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?

Cualquiera de Salinger. Siempre me deja la sensación de “hasta acá se llegó”. Y paso a lecturas recientes de escritores argentinos vivos, para no aburrir hablando sólo de clásicos: Once sur, de Cecilia Pavón, es un libro maravilloso que produce al primer contacto la muy falsa idea de “Ah, pero esto lo puede escribir cualquiera”, hasta que comprendés que es exactamente al revés, que sólo lo puede escribir ella. Me gustaría tener el oído de Zuhair Jury en El romance del Aniceto y otros cuentos. Me gustaría poder escribir ensayos con la amabilidad digresiva de Fabián Casas en Cómo encontrar poesía en el interior de un auto.  

3. ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?

No es muy original lo que voy a decir: libros hermosos para leer, algunos amigos escritores, algunas páginas propias felices. Cuando era chico –calculo que más o menos a los siete, ocho años- leí una novela llamada El sumergible fantasma. La leía por la noche, en mi habitación, cuando el resto de mi familia dormía. Todo lo que pasaba en esa novela me daba mucho miedo, y así fue como descubrí la sensación maravillosa de que una novela me pudiera dar miedo.

Lo peor es que dos amigos escritores se hayan muerto demasiado pronto, cuando recién empezaba a disfrutar tanto de su literatura como de su amistad: me refiero a Felipe Granados y a Carlitos Busqued. 

4. ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?

Al margen de que por una elemental cuestión aritmética los libros que los escritores regalamos más son siempre los propios (Cada vez que publicás uno las editoriales te dan al menos 10 para que puedas hacerlo), recuerdo haber pescado hace muchos años el Borges de Bioy (la edición original, gigante y en tapa dura) en un ofertón absurdo a precio de saldo, en una librería de Avenida de Mayo. Compré varios y quedé como un campeón con unos cuantos amigos. Últimamente regalé dos o tres veces seguidas Escribe Eva Perón, un libro muy lindo y muy poco conocido de artículos de Evita para el diario Democracia. 

5. ¿Como qué disco suena la música funcional de tu cabeza?

Varía mucho según la época. Hoy puedo decir el lado B de Tattoo You, de los Rolling Stones; Say No More, de Charly García; Siervo, el disco póstumo de Palo Pandolfo; Y la marcha peronista, que suena más linda cuando se canta con los compañeros, justamente durante marchas peronistas. 

6. ¿Cuál fue el color más hermoso que viste en tu vida y dónde aparecía?

Más que un color, elijo combinaciones de colores, en ambos casos de mis perros. Los tostados oscuro y claro en el pelaje del Purvi, que ya no está entre nosotros. El blanco y el negro en el pelaje del Manchi, que me acompaña mientras respondo este cuestionario. 

7. ¿Con qué escritor o escritora que ya no pisa el mundo de los vivos quisieras tomar un taller literario?

Adolfo Bioy Casares. 

8. Un libro que hayas prestado y no te devolvieron.

No cosas, de Byung-Chul-Han. El amigo al que se lo presté había entendido que se lo regalaba, y me terminó dando pena que me lo devolviera. 

9. ¿Cómo ordenás tu biblioteca? ¿Nos mandás una foto?

Mi biblioteca está esparcida por toda la casa: en el living, en el hall de distribución y en el dormitorio. Por eso con una sola foto no me alcanza. Tengo una pretensión temática, pero los libros comprados más recientemente tienden a juntarse independientemente del género.