María O’Donnell: “El periodismo lleno de certezas me aburre”

Foto por: Jiniva Irazábal
Miércoles 26 de marzo de 2025
Como parte del Club Eterno, la periodista participó del ciclo “Teoría de los conjuntos” y conversó en vivo con Nacho Damiano en la terraza de la librería.
Por Nacho Damiano. Fotos de Jiniva Irazábal.
Como parte del Club Eterno, arrancó el ciclo “Teoría de conjuntos”. La búsqueda de estos encuentros mensuales es discutir ideas que nos ayuden a entender un poco más el presente casi distópico que nos toca vivir. Para eso, vamos a apoyarnos, como siempre, en libros: ensayos, filosofía, historia, sociología, antropología, divulgación científica y todo texto de “no ficción” que sume herramientas para un debate profundo y razonado.
En el primer encuentro charlamos con María O’Donnell. Politóloga de formación y periodista de profesión, es, además, la autora de dos libros (Aramburu y Born y Quieto, ambos publicados por Planeta), ambos muy valiosos para entender los entretelones de la historia de Montoneros, actor ineludible de los agitados años 70 de nuestra querida República Argentina.
En la charla discutimos sobre los puntos de contacto que existen entre esa época y la actual, los peligros del aumento de la violencia simbólica (que más temprano que tarde se transforma en concreta) y las enseñanzas que podemos sacar para no repetir la historia. También conversamos sobre los secretos del oficio de María en su faceta de autora: ¿cómo trabaja las fuentes documentales? ¿Dónde termina el trabajo de la investigadora para darle espacio a la narradora?
A continuación, algunos momentos destacables de lo charlado. Si querés conocer más, en breve va a estar disponible la charla completa en formato podcast.
Foto por: Jiniva Irazábal
La charla arrancó directo al grano, empezamos tratando de pensar dónde y cómo empieza la violencia y cuáles podrían ser las señales de alerta de que la escalada puede estar subiendo más de lo aconsejable. “La violencia a los 70 se engendra mucho antes, se podría rastrear a lo largo de casi toda la historia argentina (según quién la cuente)”. Ese “según quién la cuente” es el corazón del conflicto: “El solo hecho de que el caso Aramburu para algunos sea un asesinato y para otros un ajusticiamiento, habla del debate que había y en cierta medida sigue habiendo alrededor del tema. El suceso que marca el nacimiento de Montoneros es una respuesta a los 18 años de proscripción del peronismo, los fusilamientos de José León Suárez, la desaparición del cadáver de Eva Perón. En un contexto, además, en el que estaba extendida la idea de que la lucha armada era una forma legítima de pelear por una manera de entender la sociedad”.
Con el correr de la conversación nos fuimos acercando al presente para buscar, si es que hay, puntos de contacto entre distintos momentos de la historia y la actualidad. El objetivo estaba claro: sacar alguna enseñanza que nos ayude a no repetir errores. “El mundo está muy convulsionado, se están poniendo en cuestión ciertos consensos alrededor de lo que significa un sistema democrático”. Hablando específicamente de la violencia que parece aumentar todos los días (en especial la ejercida por el propio Estado), María dejó una reflexión en la que vale la pena detenerse: “es común que [al principio de un nuevo gobierno] se den procesos de ‘permisos iniciales’, que hacen que hoy a mucha gente le parezca razonable que las fuerzas de seguridad estén prácticamente impidiendo el ejercicio del derecho a la protesta. Pero, en Argentina, un muerto en una manifestación no es joda: el caso de Kosteki y Santillán volteó un gobierno. Hay un valor de la vida frente a la protesta que tiene que ver con la experiencia de la dictadura y los traumas que dejó esa experiencia”.
Tratando de desentrañar los motivos que llevan a la sociedad (sobre todo a los sectores más jóvenes, y dentro de este grupo, en especial a los varones) a aumentar esos grados de permisividad, O’Donnell remarcó una cuestión que viene siendo analizada por especialistas de distintas disciplinas humanísticas: “El gran dilema de los progresismos y las centroizquierdas de hoy es lo que marca Stefanoni en ¿La rebeldía se volvió de derecha?: hoy es mucho más rebelde ser anti woke, anti progre, porque la izquierda está a la defensiva: es conservadora del Estado, de los derechos adquiridos. Hoy, lo que desafía el status quo es la derecha”.
Con el correr de los minutos cambiamos el eje para meternos en otra cuestión también apasionante: ¿cómo elige los temas de sus libros? “Una de las cosas que más me gustó de escribir Aramburu es que es un tema muy incómodo, en eso estoy marcada por el periodismo: me encantan los temas incómodos. Cuando presenté Born, una persona del público levantó la mano y me dijo “yo soy la hija de Muscat” [asesinado por Montoneros para presionar a la familia Born a pagar el rescate] “y quería agradecerte porque lo que yo tengo de mi viejo es un expediente que dice ‘riña en calle’. Su muerte nunca tuvo lugar en ningún lado”. Esas situaciones son muy difíciles, porque las víctimas de la guerrilla quedaron muy vinculadas a organizaciones que defienden el terrorismo de Estado solamente por no haber sido recibidas en ningún otro lado”.
Pero no todo es incomodidad, también hay algo apasionante en la historia del caso Born: “Lo que me interesó, lo que me hizo escribir un libro al respecto, es que es un thriller alucinante: el secuestro más caro de la historia, una persona secuestrada nueve meses, uno de los hermanos que se quiebra, el padre que durante mucho tiempo se niega a pagar el rescate. Y, ahora hablando de la segunda versión, me encanta que dentro del libro haya algún hallazgo periodístico, que es lo que conseguí en el caso de Born y Quieto: la grabación de las negociaciones entre Quieto y la familia Born. Que, además, aporta narrativamente porque me ofreció mucho diálogo muy riguroso históricamente hablando”.
Pasando a la cuestión de su forma de trabajar, de encarar el oficio, me interesaba saber cómo hace para lograr esos artefactos hipnotizantes, que se leen con tanto placer e interés. ¿Cómo hace para congeniar la rigurosidad académica del estudio historiográfico con el estilo divulgativo más propio del periodismo? ¿Y cómo combina todo eso con el ritmo y la estructura del thriller? “Lo que trato de hacer en mis libros es contar las historias y darles contexto, porque la manera más simple y más habitual de tergiversar una historia es sacarla de contexto, editarla en función de la necesidad de quien la cuenta. Primero necesito estar segura de dónde estoy pisando. Después, siempre que termino un libro Federico Lorenz me sugiere lecturas y discutimos algunos puntos concretos. Me sirve mucho alguien que me confirme que la parte académica está bien, que no estoy cometiendo errores conceptuales o de datos en el aspecto histórico. En este tipo de temas no existe la objetividad, pero sí cierta honestidad en términos de complejizar la cuestión hasta entenderla a fondo. El periodismo lleno de certezas me aburre, no me interesa, no me despierta curiosidad”. Respecto a las herramientas narrativas en sí, también es un aspecto que trabaja de forma minuciosa y sobre el que reflexiona mucho: “Me interesan las herramientas del periodismo narrativo. No tengo ninguna ambición de escribir ficción, me sale un género más híbrido, en un punto bastante sui generis. Me lleva mucho tiempo porque voy probando distintas opciones. Al texto hay que entrar con mucha más información de la que realmente se va a usar. Quizás incluso escribirlo, pero después simplificar. Al revés de lo que se pueda pensar, simplificar es un ejercicio que requiere muchísimo conocimiento. Cuando el autor sabe más de lo que está diciendo se nota. Una vez que tengo la información, me pongo a trabajar en la trama de la escritura. Hice dos años de taller con Leila Guerriero y me ayudó mucho a pensar la estructura del libro. Mi papá escribía textos muy académicos, pero siempre se preocupó porque los textos fueran claros, sencillos, entendibles. Eso me dejó una marca grande, incluso como periodista: la idea de que si el texto no se entiende la culpa es mía, no del lector. Por más sofisticado que sea se tiene que entender, la profundidad tiene que convivir con la simpleza”.
Foto por: Jiniva Irazábal
Finalmente, como lo que más nos gusta en la vida son los libros, le pedí a María que nos recomiende lecturas para seguir indagando en el tema. Eligió estas:
La llamada de Leila Guerriero
Una historia sencilla de Leila Guerriero
La voluntad de Martín Caparrós y Eduardo Anguita
Los pasajeros del Anna C. de Laura Alcoba
La patria fusilada de Paco Urondo
La pasión según Trelew de Tomás Eloy Martínez
Che Guevara de Jon Lee Anderson
Lo que acabás de leer es apenas un recorte de la charla de más de una hora, en la que nos permitimos una profundidad que no se ve reflejada en estos fragmentos. Hablamos de los códigos de conducta de las organizaciones armadas, de los procesos que llevaron al Cordobazo y del espacio incómodo que ocupan quienes sobrevivieron al terrorismo de Estado. Si querés escucharla entera, en breve vas a poder hacerlo en formato de podcast.
Si te interesó la propuesta, solo como adelanto te cuento que el miércoles 16 de abril vamos a charlar con Pablo Semán, coordinador del libro Está entre nosotros. ¿De dónde sale y hasta dónde puede llegar la extrema derecha que no vimos venir? En palabras del propio texto, “este libro es un llamado a la realidad: no se trata de clasificar a la derecha como quien completa un casillero de categorías zoológicas (fascista, autoritaria, etc.), sino de entender qué demandas, experiencias y sensibilidades heterogéneas la atraviesan, y qué responsabilidad le cabe a la política democrática si no quiere aislarse de la sociedad”.
Como todas las actividades del Club Eterno, es abierta al pública de forma libre y gratuita.
¡Te espero!