Los libros llegan, junio se va
La bandeja de los viernes
Viernes 25 de junio de 2021
Cinco novedades en el último viernes del mes, directo de También el caracol, Anagrama, Impedimenta, Salamandra y Caja Negra.
El frío persiste, pero, por suerte, las lecturas también, y acá va una selección de cinco nuevas, especialmente curada desde nuestra librería.
Autores y autoras de Japón, Francia, Estados Unidos y más. Vean de qué van estas nuevas obras por acá abajo:
La ópera japonesa de los tres centavos
Rintaro Takeda
También el caracol
«Hoy ha muerto una anciana a la que yo quería. A menudo pensaba: ”Le debo tanto.“ O: ”Sin ella, probablemente ya no estaría aquí.“ Pensaba: ”Es tan importante para mí.“ Importar, deber. ¿Es así como se mide la gratitud? En realidad, ¿fui suficientemente agradecida? ¿Le mostré mi agradecimiento como se merecía? ¿Estuve a su lado cuando me necesitó, le hice compañía, fui constante?», reflexiona Marie, una de las narradoras de este libro. Su voz se alterna con la de Jérôme, que trabaja en un geriátrico y nos cuenta: «Soy logopeda. Trabajo con las palabras y con el silencio. Con lo que no se dice. Trabajo con la vergüenza, con los secretos, con los remordimientos. Trabajo con la ausencia, con los recuerdos que ya no están y con los que resurgen tras un nombre, una imagen, un perfume. Trabajo con el dolor de ayer y con el de hoy. Con las confidencias. Y con el miedo a morir. Forma parte de mi oficio.»
A ambos personajes –Marie y Jérôme– los une su relación con Michka Seld, una anciana cuyos últimos meses de vida nos relatan estas dos voces cruzadas. Marie es su vecina: cuando era niña y su madre se ausentaba, Michka cuidaba de ella. Jérôme es el logopeda que intenta que la anciana, que acaba de ser ingresada en un geriátrico, recupere aunque sea parcialmente el habla, que va perdiendo por culpa de una afasia.
Y ambos personajes se involucrarán en el último deseo de Michka: encontrar al matrimonio que, durante los años de la ocupación alemana, la salvó de morir en un campo de exterminio acogiéndola y ocultándola en su casa. Nunca les dio las gracias y ahora querría mostrarles su gratitud...
Escrita con un estilo contenido, casi austero, esta narración a dos voces nos habla de la memoria, el pasado, el envejecimiento, las palabras, la bondad y la gratitud hacia aquellos que fueron importantes en nuestras vidas. Son las respectivas gratitudes las que unen a los tres inolvidables personajes cuyas historias se entrelazan en esta conmovedora y deslumbrante novela.
La deseada
Marysé Conde
Impedimenta
¿Qué sucede cuando se ha de crecer en medio del dolor y la falta de identidad? ¿Cómo se puede vivir en el misterio y la inquietud de no tener una historia que contar? En La Deseada Maryse Condé responde a estas preguntas a través del relato de tres generaciones de mujeres isleñas unidas por la fuerza de la sangre, los abusos y la violencia. Esta novela es también el viaje que inicia Marie-Noëlle desde Guadalupe hasta Francia, pasando por EE. UU., para unir las piezas del puzle de su individualidad dejando a un lado las versiones de su madre Reynalda, su abuela Nina y su nodriza Ranélise. Con maternidades no deseadas y hombres de dudosa moral, La Deseada responde a un grito particular: solo desde la invención de un lenguaje propio se empieza a vivir.
Una dulce venganza
Jonas Jonasson
Salamandra
Victor Svensson, un tipo ambicioso y sin escrúpulos, se casa con la hija de un multimillonario galerista en los últimos momentos de la vida de este. Cuando el hombre fallece, Victor engaña a su mujer y logra hacerse con el negocio y ver colmadas por fin sus ansias de dinero y poder. Sin embargo, la aparición en escena de un hijo bastardo de Victor, fruto de una antigua relación, podría dar al traste con sus planes, y no está dispuesto a permitirlo. A partir de este punto se desarrolla una divertidísima trama de enredos que mezcla de forma asombrosa la realidad de las tribus masáis, la obra de la pintora Irma Stern, la figura de Hitler y el papel del arte en la configuración de su destino y, sobre todo, la sed de venganza de un joven sin nada que perder.
K-Punk. Volumen 3
Mark Fisher
Caja Negra
Si bien el principio que organiza los escritos reunidos de Mark Fisher no es cronológico, este tercer volumen refleja de manera fiel aquellas problemáticas que lo desvelaron los últimos años de su vida. En varias de las entrevistas seleccionadas para este libro, así como en sus numerosas intervenciones online entre las que destacan escritos como “Spinoza, k-punk, neuropunk”, “Bueno para nada” o el audaz, y en su momento muy debatido, “Salir del Castillo de Vampiros”, Fisher confrontaba una vez más con el purismo paralizante de la izquierda. Solo que en esta oportunidad su foco está puesto fundamentalmente en cómo las redes sociales, con sus ejércitos de trolls tóxicos y moralismo de caza de brujas, amplifican nuestros peores impulsos, incentivando por medio de algoritmos la indignación rápida y desmantelando casi por completo todo sentido de camaradería, conciencia de clase y solidaridad. Un fenómeno que, por supuesto, no ha dejado de crecer y que demuestra cuán efectivas son las tecnologías sociales del capitalismo comunicativo a la hora de exacerbar ciertas pulsiones y bloquear otras.
Pero, como suele ocurrir con la obra de Fisher, a la crítica de los mecanismos que empobrecen nuestra potencia política le sigue el señalamiento sobre la positividad de aquello que “el capital se ve obligado a obstruir siempre: la capacidad colectiva de producir, cuidarnos y disfrutar”. En esta última entrega de K-punk, lo que funciona como coda inspiradora y luminosa son las mismas páginas que estamparon el final abierto con el que concluyó su legado intelectual. Nos referimos a la introducción a Comunismo ácido, el libro en el que estaba trabajando al momento de su muerte. Mucho se escribió y se seguirá escribiendo al respecto de su última visión para una política emancipadora. Comunismo ácido iba a ser un programa materialista y psicodélico destinado a liberar la imaginación política del constreñimiento del realismo capitalista, a partir de retomar la revolución social y psíquica que la contracultura de los años sesenta había comenzado y que el neoliberalismo tan eficazmente supo desarticular. Que el proyecto haya quedado inconcluso puede interpretarse como una invitación a continuarlo allí donde él lo dejó, teniendo siempre presente que la invención de un horizonte inédito de activismos culturales y políticos debe exceder la subjetividad de un escritor para volverse una tarea colectiva.