Libros para el fin de semana largo
Cinco libros recién llegados
Miércoles 12 de abril de 2017
"No creo en la filosofía no erótica. No me fío del pensamiento que se libera del sexo" escribió Gombrowicz, uno de los autores de esta bandeja de entrada, en sus diarios. Aquí lo encontramos con Pornografía, junto a otras novedades excelentes, como el libro de Marcos López que publicó Interzona. Además, con Los arreglos y La chica del milagro, le damos la bienvenida a un nuevo sello que aterriza en la librería: Rosa Iceberg.
Pasen y vean, hay para todos los gustos.
Verdad Consecuencia
Marcos López
Interzona
Conocí a Marcos López a comienzos de los 80, cuando fotografiaba en blanco y negro imágenes documentales. Imágenes que registraban su amor constante por América latina, la cultura popular y los seres que la vida arroja a los márgenes vibrantes de la existencia. Desde el comienzo también fue un gran retratista (quizá el más grande que ha dado América del Sur en el último medio siglo). Es capaz de establecer con el retratado una empatía extrema que se conjuga con su capacidad, también extrema, de distanciarse emocionalmente de lo que lo conmueve hasta las lágrimas. Marcos es, a la vez, un ser que vive en carne viva cada una de las situaciones que enfrenta y un frío entomólogo que diseca con maestría a los seres que su ojo capta. Ahora ha llevado esta maestría a la escritura. Sospecho que quiso ser fotógrafo para ser un artista que iba a ir más allá de la fotografía. Cuando logró ser un artista contemporáneo en todo soporte imaginable (desde la performance a la pintura, desde la escultura al teatro) se puso a escribir y se transformó en un poeta cimarrón que ahora el lector puede disfrutar desde la primera a la última página. No creo que la escritura sea la estación terminal del camino imperial de Marcos López. Su objetivo real es conquistar el universo. Transformar lo real en un mundo propio. Con este libro ya lo logró en parte: luego de leerlo sentimos que la literatura argentina canónica es una especie de balbuceo incoherente que estaba esperando su clave. Esa clave es nada menos que la puesta en escena que hace Marcos López de la gauchesca vista como una de las bellas artes. Me da un poco de envidia no haber escrito este libro. // Daniel Molina
Los arreglos
Marina Yuszczuk
Rosa Iceberg
En el centro de Los arreglos hay una casa, pero es una casa rota. Una familia nueva que busca su lugar mirando a otras familias. La precariedad de la vida juntos se filtra en distintos géneros, más cerca del terror cuando los cuentos se ocupan de una pesadilla que rompe la familiaridad en medio de la noche, o de una casa cuyos cimientos húmedos y oscuros capturan la imaginación de la narradora, o de lo fantástico cuando se trata de mirarse en el espejo terrible de las caras de los viejos. En el espectro de casas, relaciones y familias que abre Los arreglos aparece la dificultad material de la vida, el fin de la juventud y todo el imaginario que se construye por encima de cosas tan básicas como la vivienda y el reparto del trabajo, en un momento en el que surge la pregunta por las cosas que pueden arreglarse y las que no, y la melancolía por lo que está roto. Estos cuentos conforman el primer libro de narrativa de Marina Yuszczuk, que hasta el momento publicó los siguiente libros de poesía: Lo que la gente hace, Blatt & Ríos, 2012; Madre soltera, Mansalva, 2013, y La ola de frío polar, Gog y Magog, 2015.
Pornografía
Witold Gombrowicz
El Cuenco de Plata
La tristeza, la añoranza, la belleza de aquella silueta delgada que teníamos enfrente, ¿de dónde venían si no del hecho de que no era un hombre? Porque nosotros le habíamos llevado a Henia, como una mujer a un hombre, pero él aún no lo era… no era un macho. No era un amo. No era un señor. Y no podía poseer. Nada podía ser suyo, no tenía derecho a nada, era aquel que debe servir y someterse. Pornografía. Dos señores mayores se ven arrastrados hacia abajo... hacia la carne, los sentidos, la adolescencia... Al escribirlo, no me sentía del todo bien. Pero la “física” me era necesaria, incluso indispensable, como contrapeso de la metafísica. Y al revés: la metafísica clamaba por el cuerpo. No creo en la filosofía no erótica. No me fío del pensamiento que se libera del sexo... // W. G., Diario
Florentina
Eduardo Muslip
Blatt y Ríos
“Aparece Florentina”, así empieza esta novela que se concentra en el recuerdo vívido de una abuela. Florentina aparece en un cuarto, pero está en una sala de estar. Su sola presencia le impone al narrador esta novela. Retrato e hilvanado relato, "Florentina" es una muestra de la destreza con la que Muslip se entrena en el ejercicio de la narrativa: la abuela, el recuerdo de Galicia, el anticlericalismo, la alimentación, el mundo de las primeras lecturas, diez años en la vida del narrador y diez años en la vida de Florentina, la vejez, el amoroso diálogo con los muertos, le dictan al autor una novela conmovedora y extraordinaria.
Descubrí que estaba muerto
J.P. Cuenca
Tusquets
En 2011, J.P. Cuenca recibe la noticia de que un cadáver fue identificado por la policía con su partida de nacimiento. Luego de ser citado en una comisaría y de tener un expediente con documentos que prueban su propia muerte, Cuenca inicia una alucinante y vertiginosa investigación para intentar explicar el hecho. Con la ayuda de un periodista y de un detective privado, en la búsqueda de sí mismo como difunto Cuenca recorre con desesperación febril la geografía del Río de Janeiro preolímpico, en pleno proceso de transformación, mientras describe el repertorio cínico de intelectuales, burgueses, artistas y seudoartistas con los que se cruza en su descenso al Hades tropical. Ensimismado en esa investigación criminal, el protagonista se sumerge en el inframundo de la ciudad y de su propia existencia. J.P. Cuenca, seleccionado por la revista inglesa Granta como uno de los jóvenes escritores brasileños más destacados, mantiene en vilo al lector hasta la última página de esta aventura autobiográfica narrada desde un improbable borde más allá de la muerte.