La vuelta al mundo en diez festivales
Por Lala Toutonian
Jueves 27 de diciembre de 2018
¿Qué tienen en común Islamabad, Edimburgo, Jaipur, Bogotá, Hong Kong, Zurich, Hollywood y Sarajevo? Pues que todas estas ciudades celebran la lectura a puro festival y tiran los libros por la ventana para la ocasión.
Por Lala Toutonian.
¿Qué tienen en común Islamabad, Edimburgo, Jaipur, Bogotá, Hong Kong, Zurich, Hollywood y Sarajevo? Pues que todas estas ciudades celebran la lectura a puro festival y tiran los libros por la ventana para la ocasión. En este informe repasaremos estas exposiciones, algunas más destacadas, otras más originales, decididamente todas ellas abocadas a la encomiable tarea de consagrar a los libros, la herramienta más noble de contagio cultural. Siempre ensamblados en fundaciones, estos eventos resultan la celebración de la palabra escrita.
El Pen World Voices Festival America tiene una particularidad -o dos, en rigor de verdad-: fue creado por Salman Rushdie tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos y su premisa es la de escribir sin temor a las consecuencias. El año pasado, por ejemplo, las autoras Jennifer Egan y Chimamanda Ngozi Adichie fueron las principales voces que arremetieron con discursos a favor del colectivo LGTB e introdujeron nuevos conceptos en la lucha feminista que recorre el mundo entero, y del que el literario se hace eco.
En mayo de 2019, la ciudad de Nueva York volverá a recibir a escritores de todo el mundo (suman casi sesenta diferentes lenguas) y esperan unos 150.000 asistentes. Fake news, la labor de las traducciones, la escritura en tiempos de guerra y activismo social son algunos de los temas que repasan esos días: un atractivo más que llamativo a la hora del compromiso intelectual.
Los primeros diez días de marzo, el Festival Literario Emirates hará del Medio Oeste una fiesta. Desde 2009 asomó con timidez, primero fueron apenas uno sesenta autores que se presentaron y hoy son casi 200 los exponentes. La convocatoria supera los 50.000 lectores que se acercan a Dubai para disfrutar no sólo de las letras árabes sino también de visitas y lecturas internacionales. La característica es que contempla una cantidad de concursos literarios que atraen a autores noveles e inéditos a participar con jurados de primer nivel, y es la celebración literaria más grande del mundo árabe. Su identidad: la transmisión del amor por la lectura y el énfasis en la educación de los niños y jóvenes quienes, a través de estos concursos, pasan a sentirse pequeños héroes.
El Festival Hay de Literatura y Arte comenzó en 1988 y dijo de él, y con razón, Bill Clinton: “Es el Woodstock de la mente”. Se lanzó en el idílico Hay-on-Wye de Gales pero se replica en Colombia, Perú, Italia, Brasil, México y España, entre otros lugares. El popularísimo festival dura diez días entre los meses de mayo y junio. Cientos de artistas -escritores, músicos, performers- se dan cita junto a libreros y editores para conocer e intercambiar proyectos editoriales. Han pasado personajes de la talla de Gabriel García Márquez, Germaine Greer, Almudena Grandes y Mario Vargas Llosa.
El Festival del Libro de Edimburgo es el más grande de todo el mundo, no solo por los tres meses de celebración, desde junio hasta septiembre (o sea, todo el verano europeo), sino por la calidad de sus asistentes: J.K. Rowling, Margaret Atwood, Salman Rushdie. Por supuesto que la ciudad colapsa, así que conviene reservar espacio de hospedaje con antelación. Si bien la entrada es paga, existen mil y una actividades en lugares públicos que cierran el evento a toda pompa con fuegos artificiales por toda la capital escocesa.
El ZEE, Festival de Literatura de Jaipur, en India, es sobrecogedor: 800.000 visitantes y más de dos mil expositores se agrupan durante apenas cinco días en el mes de enero. Gratuito y abierto a todas las comunidades, los indios empiezan el año celebrando las letras entre miles de stands con libros, mesas de debate, invitados internacionales y, como no puede ser de otro modo, la comida como protagonista. Un placer para todos los sentidos.
África cuenta con centenas de celebraciones al libro: el Festival Accra International Book de Ghana, por ejemplo, recibe a más de mil autores. O el Port Harcourt Book Festival de Nigeria que acoge a más de mil visitantes por año.
En Inglaterra, una isla tan pequeña y sin embargo generadora de escritores y lectores desde tiempos tan viejos, no podía ser el centro de las letras. Y entre los tantos festivales, contamos el Festival de Cheltenham, por ejemplo, un evento internacional situado en la ciudad que le nombre, en la región de los Cotswolds, uno de los parajes más de ensueño en esas tierras. Tras los festivales de carrera de caballos, de jazz, el de ciencias y el de la música (desde abril hasta julio), el pueblo se vuelve a abrir en octubre para recibir a más gente y albergarlos entre libros y poesía. Otro, el Cliveden Literary Festival, en la Cliveden House de Buckinghamshire en los últimos días de septiembre, da lugar a los relatos de historias que han alimentado esa región de Inglaterra con sus propios escandaletes de sexo, espionaje, política y aristocracia. La tradición comenzó en 1666 con reuniones literarias que albergaron desde a Winston Churchill hasta Alexander Pope. O el Queen’s Park Book Festival, donde Londres agasaja durante un fin de semana a los amantes de la lectura. Poetas, autores y artistas en general se dan cita en el mismo parque, donde reservan un espacio para los niños. Por allí han pasado mujeres maravillosas de la literatura como Zadie Smith, Tessa Hadley y Eleanor Catton. Y hay una celebración de la novela negra en tierra británica: el Theakston Old Peculier Crime Writing Festival. Apenas tres días de julio en el hotel Old Swan Hotel de Harrogate. El crimen de ficción se junta aquí desde hace quince años y se agota meses antes de su lanzamiento.
El entusiasmo del lector es el gran disparador de estas fiestas, verdaderos espacios donde se respira felicidad y esa libertad que solo la lectura otorga. Darle un marco a esta sensación única, con las voces de escritores, el aplauso del amante de los libros, hacen de los festivales literarios un Disneylandia para quienes aprecian a las letras como lo que son: el gran motor de una vida plena.