La novela que se escribe sola es la única capaz de responder
Por Ricardo Zelarayán
Miércoles 19 de mayo de 2021
"La novela se hace sola o, en otras palabras, irá develando el misterio de su estructura al escribirse, y en al caso hay que escribirla despreocupándose de su estructura": compartimos un texto de 1985 rescatado y compilado por Osvaldo Aguirre en Ese maldito canario (Editorial Mansalva) y escrito en una pausa de la composición de Lata peinada.
Por Ricardo Zelarayán.*
“El autor es solo el primer lector” O. N.
¿Qué es hasta ahora Lata Peinada? En el comienzo, un mismo personaje es dividido conscientemente en seis, por lo menos, hasta que todos terminan por desaparecer y la novela sigue lo mismo. ¿Acaso la división del personaje no se ha agotado o es que el autor no la quiso seguir por miedo de llegar o de no poder llegar al límite de esa división y, por lo tanto, por miedo de no poder seguir contando la novela? De todos modos, las vacilaciones y las imposibilidades reales de continuidad en la escritura han modificado profundamente la narración inicial. El capítulo de la persecución de traficantes o contrabandistas cerca de la frontera muestra la muerte de un flaco cuya identidad sería difícil de determinar. ¿Quién será? ¿El fulano o sus dobles? Hasta ahora todo indica que se trata del fulano, que, asediado por su complejo de cobarde, se ha decidido al fin a robar, a traficar. Y pierde… ¿Pero cuál de los personajes que de entrada eran uno solo multiplicado (todos ellos flacos y entrerrianos al parecer: el Fulano, Odracir, Raúl Zutano, Doro, Isidro, Juan…) se dividió primero en los demás? Está bien que el Fulano es el primero en morir porque los otros se han borrado o han desaparecido, tal vez simplemente porque sus actividades, como en el caso de Odracir, ya no le interesan a la novela.
Otra. La memoria de la turca falsa es la primera del fulano, como él mismo lo adivina de entrada. La segunda será la real que no se sabe si existirá en la novela. ¿No será la de él una muerte sin tumba?
Una de dos (o de tres o de cuatro…). El perro no tiene por qué pagar el pato ni el pato al perro. La novela se hace sola o, en otras palabras, irá develando el misterio de su estructura al escribirse, y en 138 tal caso hay que escribirla despreocupándose de su estructura. O bien, hay que tratar de establecer cuál es su estructura para no dispersarse, con lo cual se corre el riesgo de no poder continuarla por agotamiento o aburrimiento de la estúpida conciencia de uno y la del género novela, supuestamente dirigido a lectores.
Por el momento, parece ser lo mejor dejar que la novela se escriba sola. Encima, se ha producido una invasión de nuevos mitos y de otros conocidos y deformados. Y ahora resulta por demás visible la persistencia del tema de la frontera: la frontera con Bolivia, la frontera del individuo, la frontera de su multiplicación, la frontera de blancos y cabecitas (CapitalGran Buenos Aires), la frontera de la cobardía, la frontera del amor, la frontera de la muerte, etc. Además, si todo va bien, los restos mortales del “primer lector” serán enterrados en Rosario de la Frontera, un pueblo entrañablemente ligado a su infancia, llamado así porque en el siglo pasado fue frontera con los indios chaguancos del monte salteño. Curiosamente, en la novela aparece la Rosario avanzando al alba en medio del monte… Pero el autor confunde luego ese personaje con la Rosita, una a quien “el ayer le anda escribiendo con veneno una carta imborrable en su cabecita honda” (…) “una que no olvida, hormiguita. Una que llora pues. Una que alisa su recuerdo y llora por muy poca cosa”. En este caso, a la inversa de la multiplicación, se trataría de dos personajes que se hacen uno.
Interrogantes. ¿Desaparecerá la Turca falsa, como todo parece indicar, llevándose el recuerdo del Fulano, ya que el Fulano ha muerto, o quedará como contraste de alguien que si bien desaparecida por ahora parece entrar en la leyenda, es decir la Turca verdadera, que ahora está pujando fuerte por meterse de nuevo en la novela? ¿La novela enterrará lo que se suponía su trama principal y/o continuará o terminará con un chisporroteo estridente de mitos que se muerden la cola entre ellos? ¿O es un delirio objetivista y sincretista? La novela que se escribe sola es la única capaz de responder. ¡Paciencia y duro!
17/ag/85
*Esta divagación se escribió, como otras, al producirse otro impasse en la novela (obviamente Lata Peinada).
** Título original: "Inútil reflexión, o el perro no tiene por qué pagar el pato", firmada por Odracir Nayarález