La jornada del artista
Por Erik Satie
Miércoles 08 de mayo de 2019
"Un artista debe regular su vida", escribe el mutifacético y revolucuonario Satie en el rescate de Ediciones La Pollera que ahora aterriza en Argentina gracias a Big Sur: Sobre música, músicos y otras memorias. Aquí, un pequeño extracto a modo de invitación para conseguirse esta joya.
Por Erik Satie. Traducción de Fernando Correa Navarro.
Un artista debe regular su vida.
He aquí el horario preciso de mis actividades diarias:
Me levanto: a las 7:18; inspirado: de 10:23 a 11:47. Desayuno a las 12:11 y levanto la mesa a las 12:14.
Saludable paseo a caballo, en el fondo de mi parque: de 13:19 a 14:53. Otra inspiración: de 15:12 a 16:07.
Ocupaciones diversas (esgrima, reflexiones, inactividad, visitas, contemplación, habilidades, natación, etc...): de 16:21 a 18:47.
La cena servida a las 19:16 y terminada a las 19:20. Proceden las lecturas sinfónicas, en voz alta: de 20:09 a 21:59.
Me voy a la cama regularmente a las 22:37. Semanalmente, despierto sobresaltado a las 3:19 (los martes).
Solamente como alimentos blancos: huevo, azúcar, huesos rallados; grasa de animal muerto; ternera, coco, pollo cocido a baño maría; mohos de fruta, arroz, nabos; budín de alcanfor, paté, queso (blanco), ensalada de verduras y ciertos pescados (sin la piel).
Hiervo mi vino, que bebo frío con jugo de Fuchsia.
Tengo buen apetito; y no hablo jamás mientras como, por miedo a atorarme.
Respiro con cuidado (poco a la vez). Bailo muy raramente. Al caminar, aprieto mis costillas y miro fijamente detrás de mí.
De aspecto muy serio, rio, sin hacerlo de adrede. Me excuso siempre y con afabilidad.
Duermo con un ojo abierto; mi sueño es muy pesado. Mi cama es circular, con un agujero en la almohada.
Todas las veces, un criado me toma la temperatura y me alcanza otra.
Desde hace mucho tiempo, estoy suscrito a un periódico de moda. Visto un bonete blanco, medias blancas y un chaleco blanco.
Mi médico siempre me ha dicho que fume. Explaya sus consejos:
—Fume, mi amigo: sino, algún otro fumará en su lugar.
