La condición humana bajo la mirada de Doris Lessing
Ensayos inéditos de la Premio Nobel
Jueves 04 de octubre de 2018
Nacida Doris May Tyler, era hija de un padre militar al que habían trasladado a la vieja Persia y tuvo una infancia y juventud en el sur de África, donde vio al apartheid frente a frente y entendió al racismo como el verdadero enemigo de la humanidad: en Las cárceles que elegimos (Lumen), la Premio Nobel de Literatura elabora un verdadero manifiesto.
Por Lala Toutonian.
Las cárceles que elegimos son la ideología que abrazamos: eso pareciera querer transmitir Doris Lessing en este gran título publicado por Lumen, compuesto por ensayos inéditos hasta ahora. Nacida en la vieja Persia en 1919 y muerta en su cómoda Inglaterra en 2013, Premio Nobel de Literatura y mujer de armas (plumas) tomar, repasa en este libro las convicciones políticas del siglo pasado y apela al cuestionamiento para enfrentarlas.
Cualquier parecido con la realidad actual es verdadero y abrumador. Esta serie de conferencias dictadas en 1985 por la autora dan cuenta de su enojo hacia las dictaduras, aunque no impotencia: Lessing está persuadida de que el hombre puede y debe lograr un pensamiento crítico despojado de intervenciones ajenas para liberarse. Un verdadero manifiesto anticomunista, sobre todo hacia el final, en el capítulo titulado “Actitudes mentales no analizadas que el comunismo dejó a su paso”, basado en una lectura suya de 1992 donde la impotencia y la ironía se traducen en cada una de sus palabras. Aquí apela al lenguaje y a la diatriba que se apodera la política degradando objetividades y dialécticas por igual hasta volverlas contradictorias.
Sustenta su parecer con el reflejo de la misma vida que ella ha sufrido: nacida Doris May Tyler, era hija de un padre militar al que habían trasladado a tierras lejanas. Tuvo una infancia y juventud en el sur de África (Rodesia en esos tiempos, hoy Zimbabue) donde vio al apartheid frente a frente y entendió al racismo como el verdadero enemigo de la humanidad. Después de su primer matrimonio y antes del segundo (con un judío alemán exiliado por el nazismo, de quien adopta el apellido Lessing), abraza al comunismo como bandera. Instalada finalmente en Inglaterra, abandonará al partido tras considerar criminales ciertos actos del comunismo en plena era soviética como bien deja en claro en su Retreat to Innocence.
A lo largo de los seis ensayos, Lessing apela a una sola batalla: la del pensamiento individual. Crítico, decisivo, acusador, interpelador, cuestionador. A las políticas de Estado, al comunismo, al capitalismo, a la misma democracia, al patriotismo, al chauvinismo. Todos factores que conducen a debilitar al hombre, a rebajarlo a instancias subhumanas. Siempre enojada con la izquierda y sus ideales románticos luego devenidos en instancias dictatoriales, ¡lo mismo que intentaba combatir! “Nuestra mano izquierda no sabe -no quiere saber- lo que hace la derecha”, escribe. Repasa con juicio distintas etapas históricas donde el accionar de la humanidad ha hecho estragos (en rigor de verdad, todas), y todo en un tono muy sanguíneo, tanto por lo sangriento de la historia como por la intencionalidad narrativa que late dentro suyo.
La autora de El cuaderno dorado apela aquí a la buena literatura, a la poética y a la filosofía como armas de formación de la condición humana. Y a la risa: “La risa es algo muy poderoso y solo la persona civilizada, liberada, libre puede reírse de sí misma”. La retórica, la eterna, la de la no-respuesta, la de alimentar inquietudes, esa es la que Lessing demanda que atendamos.
Un pequeño manual de menos de ciento cuarenta páginas que, sin embargo, alecciona como una cátedra entera de estética.