Juan Rulfo: “El escritor es un mentiroso”
Proceso.com.mx
Lunes 11 de marzo de 2024
El autor de Pedro Páramo reflexiona sobre la escritura, la composición de sus personajes, los procesos de creación y el lugar de la verdad en la ficción en esta colección de citas magistrales.
En esta colección de citas magistrales venidas de diversas entrevistas que dio en vida, el autor de Pedro Páramo reflexiona sobre la escritura, la composición de sus personajes, los procesos de creación y el lugar de la verdad en la ficción:
“La literatura es mentira. La ficción es mentira. Pero uno es dios al escribir, a veces no lo somos en la vida real, porque si nos dedicamos a vivir una vida artificiosa a base de mentiras caemos realmente en la falsedad, en el engaño, ¿no? Entonces aquí se trata de hacer una cosa auténtica, que tenga autenticidad, pero claro es necesaria la mentira. La ficción es mentira. Y por eso decía yo que el escritor es un mentiroso”.
“Al escribir te aíslas y creas unos personajes que van a acompañarte”.
Entrevista con Eric Nepomuceno, Brasil, 1980
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“Simplemente me imagino un personaje y trato de ver a dónde este personaje, al seguir su curso, me va a llevar. No trato yo de encauzarlo, sino de seguirlo aunque sea por caminos oscuros. Yo empiezo primero imaginándome un personaje. Tengo la idea exacta de cómo es ese personaje. Y entonces lo sigo. Sé que no me va a llevar de una manera en secuencia, sino que a veces va a dar saltos. Lo cual es natural, pues la vida de un hombre nunca es continua. Sobre todo si se trata de hechos. Los hechos humanos no siempre se dan en secuencia. De modo que yo trato de evitar momentos muertos, en que no sucede nada. Doy el salto hasta el momento cuando al personaje le sucede algo, cuando se inicia una acción, y a él le toca accionar, recorrer los sucesos de su vida”.
Entrevista en Revista Siempre!, México, 1973
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“El proceso de creación que sigo no es tomando las cosas de la realidad, sino imaginándolas. Lo único que hay de real es la ubicación: ubicando al personaje ya le doy yo cierta realidad aparente. Y después tengo que inventarle también el modo de hablar, de expresarse”.
“Cualquier persona que tratara de encontrar esos paisajes, esos motivos que han dado origen a mis descripciones, no los encontraría. Hace poco se quería hacer un número de una revista literaria dedicado al Llano en llamas, entonces se quería fotografiar la zona, la región, pero nunca se encontró el paisaje. Se quería retratar los rostros de los personajes, porque los personajes no tienen rostro, quizás usted haya observado, y no, pues la gente es común y corriente, como en otras partes. No había nada especial”.
“Para mí el ideal no es reflejar la realidad tal como es, porque tal como es, sobre todo la realidad actual, la estamos viviendo, la estamos leyendo en la prensa, la estamos viendo por televisión, estamos viviendo todo nuestro mundo actualmente, día a día, entonces no podemos repetir lo que está diciéndose. El escritor tiene que crear otra realidad”.
Entrevista con Joaquín Soler Serrano, España, 1977
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“Quité muchísimo de la novela, tenía más de doscientas páginas. Hay la tendencia del novelista a hacer elucubraciones, a meter sus propias ideas, su propia filosofía, sus conceptos, a divagar. Llenar los espacios vacíos con divagaciones. Entonces yo quise quitar al autor y dejar a los personajes”.
“Yo utilicé primero un lenguaje muy retórico. Tratando de defenderme del adjetivismo, usaba mucho el adjetivo y empecé a odiar el adjetivo. Pensé que el sustantivo era la sustancia. Intentando evitar los adjetivos y la costumbre de divagar o de adornar los sustantivos con adjetivos me puse a escribir los cuentos, tratando de encontrar la forma correcta”.
Entrevista en Espejo de escritores, entrevistado por Silvia Lemus
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“Jamás he publicado autobiografía. No hay nada autobiográfico en lo que he escrito”.
“Casi todos los niños son malvados”.
“Yo creo en el silencio. La literatura tiene tiempos muertos, que le llaman. Esos tiempos muertos se pueden convertir en tiempos de silencios. En lugar de hacer divagaciones, de hacer ensayos, que es muy característico en la novela, yo he intentado eliminar esos aspectos, entonces he dejado que los personajes actúen por sí mismos. El autor trata totalmente de zafar de la obra”.
Entrevista a Juan Rulfo después del Premio Príncipe de Asturias, España, 1983