Grandes aterrizajes
Piden pista
Jueves 07 de julio de 2016
La autora de Fenómenos de circo regresa a las estanterías después de sus micorrelatos con una novela nueva. Al lado suyo, otra mujer fuerte: la Premio Nobel 2015 con Los muchachos de zinc. Voces soviéticas de la guerra de Afganistán, publicada originalmente en la URSS generando grande acusaciones contra la autora. Los impunes, de Richard Price: otra novela bienvenida, "la novela criminal del año", según Stephen King. Elena Ferrante avanza en su serie de entregas con Las deudas del cuerpo y, para quienes quieren relatos, la nave a chorro de los de George Saunders.
Hija
Ana María Shua
Emecé, 256 páginas
Guido y Esmé son un matrimonio joven y tal vez idealista cuando una dictadura atroz se instala en la Argentina y empieza a diezmar a otros tan jóvenes como ellos. Aunque no son militantes, con la muerte de la hermana de Esmé como detonante, deciden partir al exilio.
Los espera un París que para ellos está lejos de ser una fiesta: como tantos otros latinoamericanos, ahora son sudacas. A fuerza de pequeños negocios, siempre en el límite de la legalidad, consiguen sobrevivir. Unos años después, la pareja regresa al país y comienza la búsqueda de un embarazo que no resulta fácil. Cuando finalmente logra concebir y parir a Natalia, Esmé siente que no hay en el mundo otra más bella, más inteligente, más maravillosa. Pero pronto aparecen algunas señales en el carácter de su hija que resultan confusas al principio, para volverse luego aterradoras.
Ana María Shua alterna la historia inquietante de una madre y su hija con el diario de construcción de esa historia. En ambos, realidad y ficción resultan dos caras de la misma prodigiosa moneda. Hija es, sin lugar a dudas, una de las mejores novelas de una de las mejores escritoras argentinas contemporáneas.
Los muchachos de zinc
Svetlana Alexievich
Debate, 336 páginas
Entre 1979 y 1989 un millón de tropas soviéticas combatieron en una guerra devastadora en Afganistán que provocó más de 50.000 bajas y acabó con la juventud y la humanidad de varias decenas de miles de soldados más. Los muertos soviéticos volvían a casa en ataúdes de zinc sellados mientras el estado no reconocía ni la mera existencia del conflicto.
Los muchachos de zinc generó una inmensa polémica y mucha indignación cuando fue publicada originalmente en la URSS: las críticas acusaron a su autora de haber escrito un «texto fantasioso lleno de injurias» y de ser parte de «un coro histérico de ataques malignos». En el libro, Svetlana Alexiévich presenta el testimonio cándido y emocionante de los oficiales y los soldados rasos, de las enfermeras y las prostitutas, las madres, los hijos y las hijas que describen la guerra y sus duraderos efectos. El resultado es una historia turbadora por su brutalidad y reveladora en su parecido a la experiencia estadounidense en Vietnam y más tarde en Irak y el mismo Afganistán.
Svetlana Alexievich expone la verdad de la guerra afgano-soviética: la belleza del país y los brutales abusos del ejército, las muertes y las mutilaciones, la profusión de productos occidentales, las vidas humilladas y destrozadas de los veteranos. Los muchachos de zinc ofrece una perspectiva única, desgarradora e inolvidable sobre la realidad de la guerra.
Los impunes
Richard Price
Random House, 416 páginas
A sus cuarenta años, Billy Graves ocupa el puesto de sargento de policía del turno de noche en Manhattan y ya solo aspira a hacer bien su trabajo y llevar una vida sosegada al lado de su familia. Han transcurrido dos décadas desde los violentos sucesos policiales de los noventa, cuando Billy era el benjamín de una división contra el crimen del Bronx, y a pesar de que con el paso de los años la mayoría de sus antiguos compañeros acabaron por abandonar el Cuerpo, no han dejado de verse porque todos comparten una marca indeleble del pasado: cada uno de ellos lleva a sus espaldas un caso a cuyo culpable no lograron conducir ante la justicia.
Durante una noche de guardia, Billy recibe el aviso de la muerte de un hombre en una estación de trenes del centro de la ciudad. Se trata de Jeffrey Bannion, uno de aquellos criminales que quedaron impunes.
Las deudas del cuerpo
Elena Ferrante
Lumen, 480 páginas
Erase una vez dos niñas, Elena y Lila, que nacieron en 1944 en un barrio pobre de la ciudad de Nápoles, y desde entonces su historia ha sido el hilo conductor de esta espléndida saga napolitana que ahora llega a su tercera entrega. Lila se casó muy joven con el hombre más adinerado el barrio y poco tardó en dejarlo. Ahora vive en un barrio miserable, entre cuatro paredes húmedas donde comparte lo poco que le proporciona un salario de obrera con su hijo y un amigo, pero su ingenio no ha mermado; solo se ha transformado en rabia. Es quizá este odio hacia sí misma lo que la llevará a capitanear las revueltas en la fábrica y a negarse a una convivencia pacífica y modesta con su compañero. Elena, en cambio, ha continuado con los estudios e incluso ha escrito una novela. Ahora vive entre Nápoles y Pisa, y se casa con un profesor de la universidad de Florencia.Así, a primera vista, nada une ya a las dos amigas, pero el barrio de Nápoles donde fueron niñas aun las reclama, las viejas costumbres las devuelven a un tiempo que ya se fue, y lo que han ido haciendo con su cuerpo se cobra su precio. De fondo, las luchas sociales en Italia, un país que en los años setenta del siglo pasado vivió un tiempo de plomo difícil de definir y también de olvidar.
Diez de diciembre
George Sainders
Rey Naranjo, 224 páginas
La prosa exuberante e innovadora de George Saunders crea personajes que están asediados por miedos, envidias, enfermedades y prejuicios, sin embargo, la maestría del autor radica en la capacidad de encontrar humanidad y empatía en las más variadas personalidades. Estos cuentos, sencillos en apariencia, se acercan a las grietas de la personalidad humana y dejan ver lo que hay dentro. Estas imágenes que descubre el autor son inspiradoras tanto como inquietantes. La escritura de Saunders ha sido elogiada por autores de la altura de David Foster Wallace, Thomas Pynchon, Zadie Smith o Jonathan Franzen, y fue alabado por el New York Times como “El mejor libro que vas a leer este año”.