Eterna por partida doble en las novedades
Se llenó la bandeja
Jueves 30 de setiembre de 2021
Katz Editores, Editorial Entropía, Eterna Cadencia Editora y Mardulce son los sellos que nos traen las novedades de este mes que recién comienza.
Ya es momento de renovar tu biblioteca y estas novedades están esperando que les hagas un lugarcito.
Llegó Keegan, una de las voces más potentes de la literatura irlandesa contemporánea, con Cosas pequeñas como esas y Schierloh, con La escritura aumentada, un libro ineludible, ambos de la mano de Eterna Cadencia Editora. También acaba de arribar la gran Willa Cather, con La belleza de aquellos años, Ansilta Grizas presentando Un temporal y Eva Illouz reflexionando sobre nuestra manera de vincularnos en El fin del Amor.
¿De qué va cada uno? Aquí te contamos en detalle:
El fin del Amor: Una Sociología de las Relaciones Negativas
Eva Illouz
Katz editores
La cultura occidental ha representado con insistencia los modos en que el amor irrumpe milagrosamente en nuestras vidas, desde la febril espera de un correo o de una llamada telefónica hasta la emoción que nos atraviesa de solo pensar en esa otra persona. Sin embargo, no sucede lo mismo con esos momentos en los que el amor se termina o ni siquiera llega a comenzar. ¿Cómo es posible que una cultura que tiene tanto para decir sobre el amor se quede prácticamente muda respecto del fenómeno, no menos misterioso, del desamor? En El fin del amor, Eva Illouz indaga las condiciones sociales y culturales detrás de lo que ha llegado a ser una característica común de las relaciones sexuales y románticas contemporáneas: el acto de abandonarlas. De distintas maneras -ya sea por falta de compromiso, por separación o divorcio-, las relaciones están marcadas hoy por la libertad de retirarse, o de ni siquiera entrar en ellas. En estas prácticas, como muestra la autora, juega un rol clave el capitalismo tardío, que nos entrena para desechar los vínculos sociales y pasar rápidamente a la siguiente transacción; a su vez, la disolución de los lazos personales -bajo la forma de lo que Illouz denomina aquí "relaciones negativas"- tiene un impacto enorme en la cultura, la sociedad y la economía. En este libro profundo y original, Illouz se pregunta cuál es el precio de esa libertad de no elegir, y a quién le toca pagarlo.
Cosas pequeñas como esas
Claire Keegan
Eterna Cadencia Editora
Qué quietud había ahí arriba, pero ¿por qué nunca estaba en paz? El día aún no despuntaba, y Furlong miró hacia el río oscuro y brillante cuya superficie reflejaba partes equivalentes del pueblo iluminado. Eran tantas las cosas que se veían mejor, cuando no estaban tan cerca. No pudo decir cuál prefería; si la vista del pueblo o su reflejo en el agua.
Invierno de 1985 en un pequeño pueblo irlandés. Bill Furlong es un hombre amable y un trabajador infatigable, vende carbón y madera. Su única preocupación es que a su esposa y a sus cinco hijas no les falte nada. Lleva una vida tranquila y rutinaria, hasta que un día, mientras entrega un pedido en el convento del pueblo, se involucra en una situación que le devuelve otra imagen de su pasado, dejándolo en medio de una encrucijada definitiva: por un lado, seguir su instinto de autopreservación y mirar hacia abajo, por el otro, actuar con coraje y hacer lo correcto, sin importar las consecuencias.
Claire Keegan, una de las voces más potentes de la literatura irlandesa contemporánea, se detiene con perspicacia en esas pequeñas cosas que hacen la diferencia y construye una novela de una delicadeza conmovedora.
La escritura aumentada
Eric Schierloh
Eterna Cadencia Editora
En este territorio de la edición artesanal, tanto el libro como las artes y los oficios del libro todavía conservan una ética. Reinstalar la fascinación por lo cotidiano, por las cosas del mundo, nos permite algo que hoy resulta lejano: ser los dueños de nuestros medios de producción y creación. Eric Schierloh sostiene que la escritura es una práctica diferente a la de la literatura en el contexto de la industria editorial actual, y está más cerca, en cambio, de la llamada edición artesanal, es decir, de la producción y manufactura de sus soportes materiales. Esta concepción ampliada de la escritura conduce, inevitablemente, a repensar el sistema industrial de publicación, los roles de escritorxs y de autorxs, la dimensión problemática del trabajo con las palabras, su diseminación digital, el acceso a la cultura y, por fin, el libro como dispositivo, instrumento y posibilidad de autogestión editorial. La escritura aumentada, como testimonio de una acción en torno a la edición y publicación de libros hechos a mano, se vuelve un libro ineludible: por un lado, al momento de repensar las prácticas inherentes al campo de la edición; luego, como revisión del concepto de escritura; y, finalmente, para imaginar nuevos futuros posibles.
Un temporal
Ansilta Grizas
Editorial Entropia
En una de las fotos de tapa de este libro vemos a un hombre de perfil, sentado a una mesa bien dispuesta, con mantel y arreglo floral. Nada extraordinario si no fuera porque esa mesa no está en una sala sino en medio de un bosque del que –sin embargo– lo separa una pared. ¿Una pared en medio de un bosque? Pues sí… Y entonces, ese hombre ahí, ¿es adentro o afuera que está?
Ese hombre a la intemperie sufre una enfermedad degenerativa y es el protagonista de esta novela. Ansilta, su hija, es quien nos lleva a ver, es la que intenta nombrar. Ella es quien trata de contar –mientras sus propios hijos crecen– el modo en que su padre, que aún no ha desaparecido físicamente, la ha dejado huérfana antes de tiempo.
“Pero acá estamos y el dique ya se rompió y el agua ya nos tapó y apagó el fuego prendido y se llevó las mesas redondas y las canciones y te dejó ahí, nos dejó aquí, dejándonos llevar por el agua con un hilo de voz y aguantando”, dice Ansilta cuando lo que se apaga es la memoria de su padre. Y por eso escribe: para conjurar recuerdos, como si temiese que en los olvidos de su padre pudiera desvanecerse ella también. Escribe y al hacerlo traspasa, nos conduce de manera conmovedora a través de esa experiencia que es el dolor. Escribe como si las palabras pudiesen contener el mundo. Y, acaso, a veces lo hagan. (Romina Paula)
La belleza de aquellos años
Willa Cather
Mardulce
Admirada hasta el fanatismo por Vivian Gornick -quien prologó alguno de sus libros y la definió como “de una profundidad excelsa”- , por Truman Capote -el texto que le dedicó es maravilloso-, por Wallace Stevens –“su arte reside en intentar ocultar su sofisticación. No hay nadie mejor que ella”- y por muchos y muchos más, Willa Cather no es sin embargo una escritora de culto. O mejor dicho, sí, pero no es solo eso. Es también una escritora muy leída, de amplia circulación, de permanente actualidad. En una frase: es una de las escritoras clave de la narrativa norteamericana del siglo XX. En La belleza de aquellos años nos reencontramos con vidas ordinarias entre la soledad y la melancolía, entre el detalle sutil y la ciudad áspera. Por momentos los relatos fluyen con la misma hondura que un cuadro de Edward Hopper. Mudanzas, existencias de “palabras simples y bolsillos vacíos”, la respiración contenida ante “las estrellas congeladas del invierno”: el mundo de Willa Cather convierte en poético a la vida cotidiana.