Cuando los libros nos encuentran: historias de lecturas inesperadas
Bibliotecas
Lunes 20 de febrero de 2023
Mariana Skiadaressis, Nurit Kasztelan, Mónica Sifrim y Francisco Bitar comparten tres hallazgos: prejuicios volteados, tesoros laterales y lecturas que se convierten en nuevas ediciones.
Foto de Francisca Sánchez Terrero.
"Dicen que uno llega a los escritores que le gustan por casualidad". La autora de Lógica de los accidentes, Nurit Kasztelan, nos habla de un encuentro de lectura que se transformó en resultado editorial.
"No recuerdo si fue por el 2008 o 2009 que viajé a Chile invitada a un festival de poesía y terminé parando unos días en la casa de un poeta que vendía libros de algunas editoriales locales. Elegí uno de un autor en ese entonces desconocido para mí, de ediciones Tácitas, porque me había llamado la atención la portada amarilla, con un hexagrama del I Ching, y yo siempre estaba tratando de conocer poetas nuevos, sobre todo chilenos. Cuando aterricé en casa, algo me pasó con ese libro. Era Mudanza, de Alejandro Zambra, y me deslumbró: el ritmo, sobre todo el ritmo, el tono y la forma en que se encabalgaban los versos que te obligaban a leerlos de un tirón. Sentí una necesidad ridícula de mandarle un mail al autor para decirle lo que me había pasado al leerlo. Encontré una dirección de mail sin siquiera saber si era real mientras navegaba por internet para tratar de leer más textos suyos (en ese momento acá no se conseguían). Se lo mandé sin saber si el autor alguna vez lo iba a leer, peor aún, sin siquiera saber por qué lo escribía. No tenía idea de qué le iba a decir, como en sus versos del poema “me robaron las palabras”, pero le escribí igual. Nunca recibí respuesta, pero resultó que leyendo una columna en Ñ descubrí que teníamos un amigo en común, y así pude llegar al verdadero mail. Comenzó un intercambio epistolar virtual que terminó generando que No Leer fuera el primer libro que publicásemos con Sol Echevarría en nuestra editorial, Excursiones, en 2012", cuenta la poeta y librera, pronta a publicar su primera novela con Eterna Cadencia Editora.
Narrador, poeta y ensayista nacido en Santa Fe, Francisco Bitar acepta: "Claro que algunas lecturas me tomaron por sorpresa, revelándose para mí más importantes de lo que esperaba (aunque con más frecuencia me pasa con series y películas, donde soy más ignorante). Pero creo que esa lógica de lo inesperado, por la cual un libro me afecta donde no esperábamos nada de él, es propia de toda práctica de lectura por placer, ajena a las reservas de una finalidad: si una lectura está hecha de sus tropiezos (de los lugares adonde levanto la cabeza durante el instante del rapto) es porque en ella se suspende toda táctica, toda jerarquía, para devolverle al que lee algo al mismo tiempo extraño y propio, en lugares imprevistos".
"En general me pasa con Aira, cuyos libros compro para mi fondo personal, pero que, en una pausa de cualquier otra lectura, terminan imponiéndose", cuenta el autor de La preparación de la aventura amorosa.
"Manantial de Akwaeke Emezi es una novela que compré porque nunca había leído a una autora africana -era una deuda que tenía con la literatura-, y además la editó Chai Editora, que para mí es una editorial que funciona como catálogo de recomendaciones", cuenta Mariana Skiadaressis.
"Cuando comencé a leer, en las primeras páginas no entendí el planteo narrativo: las voces de dos personajes, que por momentos se convierten en uno, hablan entre sí. Además, estas voces describen un entorno espaciotemporal difícil de imaginar. De todos modos, seguí para ver de qué se trataba hasta que se me armó el rompecabezas: las voces que al inicio son protagonistas se desenvuelven dentro de la mente y el cuerpo de un tercer personaje al que de alguna manera manejan. Pero no lo hacen al estilo de la película ¿Quieres ser John Malkovich?, que es fantasiosa, sino que el avance de la acción tiene un registro realista. La clave es que lo que está narrado es lo que pasa en la psiquis de una persona con una enfermedad mental. Las voces, las múltiples personalidades y el delirio místico se articulan en personificaciones que controlan a la persona que habitan. Es como si se montara una obra de teatro dentro de la cabeza de alguien y lo que pasa fuera del cuerpo aparece apenas como un reflejo lejano de la batalla que ocurre dentro. No está ni cerca de un registro psiquiátrico ni patológico ni nada por el estilo, es literatura pura delineada con materiales novedosos –y cuando digo esto pienso en textos como el de Schreber y sus memorias. Hay que acomodar el modo de lectura al que estamos acostumbrados para entrarle a Manantial, justo en eso reside la mayor de sus virtudes: es una novela realista con una forma completamente inesperada", dice la autora de Mariana Skiadaressis nació en Buenos Aires en 1978. Su primera novela, La felicidad es un lugar común (Entropía), que por su parte está de estreno con Siempre las sombras (Editorial Nudista).
Foto de Daniel Bohm
"Cuesta aceptar y tolerar que las mujeres, incluso las que nos consideramos feministas, tengamos prejuicios de género. Más de una vez me sorprendí a mí misma pensando de alguna escritora “es la pareja de”. Y la autora en cuestión ya había probado de sobra su talento al margen de su estado civil o vínculo amoroso. Algo así me sucedió con Celia Gourinsky, a quien no había leído pero cuyo nombre me sonaba algo borrosamente, siempre ligado a su relación sentimental con Enrique Molina", cuenta la poeta, editora, periodista y docente Mónica Sifrim.
En 2022 Hilos Editora publicó En ocasión de la aparición de un cometa, la obra poética de Celia Gourinsky con edición a cargo de María Mascheroni: "Es una joya que incluye, además de sus libros, sus dibujos, poemas inéditos, cartas, fotos y algunos ensayos espléndidos sobre su obra. Pero su poesía, que yo desconocía por prejuicio, me deslumbró. Es libertad en estado puro, ilimitada. Es éxtasis y ensueño. Su personalidad creativa, nutrida por los secretos de la alquimia y el gnosticismo, la diferencia del resto de los poetas surrealistas argentinos a los que en general yo sí había leído", dice Sifrim.
"Más allá de Molina, más allá de sus célebres amistades (con Pizarnik, por ejemplo) y de su pertenencia como la benjamina a un grupo de colosos (Madariaga, Olga Orozco, Latorre) la obra de Gourinsky es arrebatadora y, al mismo tiempo, íntima. Sin concesiones. Sin pretensiones", subraya la autora de El mal menor.