Cinco novedades para pasar el invierno
Recomendados entre los recién llegados
Martes 26 de junio de 2018
Fiordo, Caja Negra, Hekht, Errata naturae y Mansalva son los responsables de hacer llegar a la mesa de novedades todos estos libros, pero ¡hay más! Pasá por la librería y elegí tu compañero para fines de semana de sillón.
La primera novela de Sara Gallardo, Enero, acaba de ser reeditada por Fiordo -que ya había devuelto a liberías Pantalones azules-. En ella se narra la historia de Nefer, una chica de campo que sufre un abuso y queda embarazada, desesperada por cargar con un secreto que desprecia y la ocupa "como un hongo". Según explicó su hija en el homenaje que se le hiciera en la última Feria del libro, Enero era, al igual que Eisejuaz, de sus novelas más queridas.
No es lo único que les ofrecemos en esta bandeja notable: Caja Negra regresa con Hito Steyerl, por ejemplo, y hay mucho más.
¡Pasen y vean!
Mi sangre
Elise Thiebaut
Hekht
Pequeña historia de las reglas, de aquellas que las tienen y de que aquellos que las hacen.
Chica de campo
Edna O'Brien
Errata naturae
Toda la lucidez y la audacia de Edna O’Brien están presentes en sus deslumbrantes memorias. Esta «chica de campo» —nacida en 1930 en las profundidades de la Irlanda rural— dibuja ante nosotros el retrato de una mujer libre, de una creadora ferozmente apegada a su independencia. La primera novela de Edna O’Brien, Las chicas de campo, se publicó en 1960 y escandalizó tanto a la gente de su pueblo que el libro fue quemado en público en la plaza mayor. Hay en estas páginas mucho de acción y de reflexión, y una personalidad singularísima: conventos de monjas, fugas, divorcios, maternidad… incluso locas fiestas en el Londres de los años sesenta y encuentros con gigantes de Hollywood. Y también, de manera central, amor. Mucho amor: feliz en alguna ocasión y, sobre todo, no correspondido. Chica de campo nos lleva de los prados irlandeses a Jackie Onassis, de los brazos de Robert Mitchum a Hillary Clinton, de sus paseos por un Nueva York nevado a sus extraños encuentros en París con Samuel Beckett o Marguerite Duras, pasando por un sinfín de personajes míticos. Una narración embriagadora, mucho más apasionante que cualquier novela.
Enero
Sara Gallardo
Fiordo
«Es una novela de amor, no color rosa sino color tierra. El protagonista real es el amor adolescente, fracasado y absurdo. La desesperación de una criatura, su doble desamparo como mujer y como desposeída, están narrados con tal hondura que esta novela tiene un destino de conmover y apasionar». María Elena Walsh
«La tremenda soledad del secreto de Nefer nos atrapa desde las primeras páginas del libro». Pedro Mairal
«La locuacidad de la narrativa de Sara Gallardo podría
definirse como una que, enunciando desde los lugares más descentrados, más descolocados, surge de lo aludido, lo elidido, lo no dicho, incluso del silencio. Una locuacidad extraña: casi un oxímoron». María Sonia Cristoff
Arte duty free
Hito Steyerl
Caja Negra
Un extenso linaje crítico nos advierte que una imagen es siempre el resultado de una manipulación, y que por eso no puede nunca ser inocente. La crítica del espectáculo de Debord, las meditaciones de Didi-Huberman sobre cómo nos afectan las imágenes que observamos, y las investigaciones de Farocki sobre las cámaras de uso militar nos recuerdan que el ojo es un campo de batalla, y que el destino de nuestra autonomía se cifra en la capacidad que tengamos para penetrar el sentido de las continuas radiaciones visuales a las que estamos sometidos.
En este conjunto de textos, la videoartista y ensayista Hito Steyerl actualiza estas reflexiones en un contexto en el que la infraestructura de la Web y la telefonía móvil multiplicaron la ubicuidad de las pantallas, y la proliferación de imágenes pareciera haber transformado nuestra vida cotidiana en un efecto de postproducción, un modelado 3D o una composición de After Effects. A lo largo de estos artículos, los bots y trolls que actúan en redes sociales, los renders de video que proyectan la futura valorización inmobiliaria de ciudades bombardeadas, las cámaras GoPro de los soldados yihadistas y un variado arsenal de herramientas digitales son algunos de los índices de una guerra civil disputada a través de imágenes.
Con una lucidez alimentada de paranoia, Steyerl intenta dilucidar los complejos mecanismos a través de los cuales la pulsión destructiva del capital se inscribe en la superficie de las imágenes y le da forma a una nueva institucionalidad artística. Si los museos cosmopolitas y las bienales en países emergentes encarnaban los sueños del capitalismo globalizado, los espacios artísticos convertidos en centros de refugiados y los bunkers offshore que alojan obras de arte como reserva de valor financiero a espaldas del público acaso sean figuras institucionales más adecuadas para un tiempo en el que las promesas liberales se fracturaron arrojándonos a un oscuro escenario de conflictividad global.
Manifiesto Scum
Valerie Solanas
Mansalva
SCUM por momentos se transforma en una oda al individualismo no capitalista. ¿Cómo lo hace? ¿Cómo critica con tanta firmeza al movimiento hippie de esos años acusándolo de ser una mala lectura de la libertad sexual y una manera de que los varones se acuesten con todas sin dar nada a cambio? ¿Quién es esta chica? ¡Qué tentación hurgar en su vida! Saber con quién se acostaba, a quién amaba. ¿Fue violada? ¿Por quién? ¿Su padre, su tío, su amigo? ¿Dónde vivía? ¿Con quién? ¿Quién le pagaba la habitación en el famosísimo Hotel Chelsea? Nada de eso encontrará usted en este libro. Ni un dato de su nacimiento ni de su muerte, ni de su orientación sexual. ¿En serio? ¿No era lesbiana? ¿Bisexual? Nada de nada, público lector. Leemos este manifiesto como las ideas de una escritora feminista radical y no como los escritos de un animal herido por la sociedad como la han catalogado en otros prólogos de ediciones españolas. ¿Qué es eso de andar buscando en la biografía personal las herramientas para entender sus textos? SCUM nos da la respuesta. El macho ama sus secretos pero no tiene reparos en inmiscuirse en la vida de una mujer, despojándola de todo derecho a la intimidad. Pero como extremo que es el SCUM va más allá denunciando que hasta el hecho de la conformación de la familia somete a las mujeres a no tener ninguna intimidad posible y a su vez les ofrece la idea de la protección de la misma. Leyéndola, ya lo verán, no les parecerá tan loco ni extremo cuando los medios de comunicación muestren fotos o videos de teléfonos personales y se hagan una fiesta de la intimidad sexual de las mujeres.
Gabriela Borelli Azara