Cinco libros nuevos y recomendados
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Miércoles 29 de noviembre de 2017
"Pasa algo muy especial con los cuentos de Quiroga y es que nunca se agota el interés que despiertan", y sus cuentos completos están en la librería en una nueva edición impedible.
Hay mucho más entre lo nuevo: por ejemplo, el desgarrador libro de Ivan Jablonka o las cartas de viaje de Clarice Lispector.
¿Todavía no sabés qué leer? Mirá lo que seleccionamos o vení a visitaros cuando quieras.
Cuentos Completos
Horacio Quiroga
Seix Barral
Pasa algo muy especial con los cuentos de Quiroga y es que nunca se agota el interés que despiertan. A diferencia de otros autores clásicos que se leen en determinado momento de la vida, Horacio Quiroga acompaña al lector en todas sus edades. No es necesario comenzar con los aterradores relatos con los que comencé yo para disfrutarlo. Cualquier chico puede hacerlo con sus maravillosos Cuentos de la selva para niños. Están también esos relatos ideales para la transición entre la infancia y la adolescencia como son «Anaconda» y «El regreso de Anaconda»; o las historias de vampiros y muertos vivos que atraviesan su obra, tan a gusto de los más jóvenes. El lector preocupado por la realidad puede cruzarse con cuentos como «Los mensú» o la mayoría de los relatos reunidos en Los desterrados. El relato social, el testimonio crudo y duro de un mundo injusto, es una de las constantes de estos Cuentos Completos.
A un siglo de su libro más popular, el ya recordado Cuentos de amor de locura y de muerte, Quiroga es un autor que no envejece, sino que madura como los buenos vinos. // Sergio Olguín
Laëtitia o el fin de los hombres
Ivan Jablonka
Anagrama
Laëtitia Perrais tenía dieciocho años cuando fue violada, asesinada y descuartizada la noche del 18 de enero de 2011. Dos días después, la policía detuvo al asesino, pero este se negó a confesar dónde había escondido el cadáver, que tardó semanas en aparecer. El crimen llegó a los periódicos y conmocionó a Francia. De ahí saltó a la política, y el entonces presidente Nicolas Sarkozy, en un gesto de oportunismo populista, apuntó hacia los jueces y las fisuras del sistema judicial, porque el asesino acumulaba un largo historial de detenciones previas.
Recomponiendo las piezas del puzle, este libro desgarrador aborda el macabro crimen, la reacción política, social y judicial, la personalidad del asesino y la investigación policial, pero sobre todo reconstruye la historia de la chica asesinada a través de sus mensajes en las redes sociales, del testimonio de su hermana gemela y del entorno en el que vivió. Y aparece la figura de alguien que llevaba mucho tiempo padeciendo la violencia masculina: hija de un padre que abusaba de su mujer, adoptada por una familia cuyo progenitor violó a varias chicas, incluida su hermana, Laëtitia ya era, mucho antes de saltar a los titulares de los periódicos, una víctima.
En parte crónica de sucesos, en parte novela de no ficción en la estela de A sangre fría y El adversario, en parte historia, sociología y denuncia política, este libro inquisitivo y perturbador recibió en 2016 el Premio Médicis y el Premio Le Monde.
La biblioteca de noche
Alberto Manguel
Siglo veintiuno
En los primeros años del siglo XXI, Alberto Manguel logró reunir todos sus libros en un antiguo granero remodelado, en el predio de su casa francesa, al sur del Loira. Allí, en la compañía de miles de volúmenes que habían estado dispersos durante décadas, Manguel escribió este viaje fascinante por bibliotecas del pasado y del presente, una exploración por la idea de preservación y retrato de época en los libros atesorados en un lugar y con un método.
En el tiempo y en el espacio, de Oriente a Occidente, de la Antigüedad al laberinto infinito de internet, Manguel recorre los distintos perfiles de una biblioteca: el ejercicio de memoria, el taller de ideas, el espejo del universo, el monumento arquitectónico, el instrumento de exhibición de poder, la arbitraria imposición de una forma de clasificar, las exclusiones y los olvidos. Con una prosa accesible, que se dirige tanto a lectores por pasión como a lectores por oficio –investigadores, bibliotecarios, archivistas–, Manguel habla de bibliotecas públicas y privadas, libros imaginarios y apócrifos, y hasta bibliotecas que nunca existieron, o que nunca sabremos si llegaron a existir.
La biblioteca de noche es también la experiencia del autor en su propia biblioteca, que puede ser la experiencia de muchos lectores, aun con estantes más modestos: si de día reina el orden, en la noche –cuenta Manguel– “un libro llama a otro inesperadamente, creando alianzas por encima de culturas y siglos diferentes”. Una invitación abierta a la lectura placentera.
En estado de viaje
Clarice Lispector
Fondo de cultura económica
En estado de viaje reúne por primera vez los escritos que Clarice Lispector, figura fundamental en la narrativa del siglo XX, dedicó a los lugares en los que transcurrió su vida como mujer de diplomático entre 1944 y 1959. Las innumerables cartas a sus hermanas y amigos desde las diferentes ciudades europeas, norteamericanas e incluso africanas, donde residió o donde estuvo en tránsito, corresponden a ese período cosmopolita, mientras que sus crónicas para la prensa periódica son publicadas tras su regreso definitivo a Brasil. En ellas, además de los deseos de escribir, se expresa la nostalgia por su país junto con las expectativas frente al futuro, y los desasosiegos de una vida familiar itinerante junto con sus personales modos de descubrir el mundo.
Llegada desde Ucrania a muy temprana edad, Clarice siempre se sintió intensamente brasileña, tal como lo manifiesta en las misivas al presidente Getúlio Vargas y según se infiere de las cartas que envía a sus hermanas. Y si África o Groenlandia, tanto como París, Lisboa o Atenas, son lugares de paso que despiertan la curiosidad de una joven Clarice, las ciudades italianas que conoce en su primera estadía europea la encuentran comprometida con las penurias de la Segunda Guerra Mundial. Después vendría Berna, en Suiza, ese espacio de calma y rutina familiar que la llevaría a la exasperación y el fastidio. Y más tarde, tras un intervalo en Río de Janeiro, estaría la localidad inglesa de Torquay, en la que tendría que lidiar con una vida y una lengua nuevas, y Washington, en Estados Unidos, donde tampoco podría establecer los vínculos intelectuales y afectivos que siempre anheló.
En el prólogo, Gonzalo Aguilar nos entrega una Clarice atravesada por la experiencia de una vida errante y acuciada por la pasión de escribir. Con su lectura de las cartas y las crónicas, Aguilar nos ayuda a revelar, en Clarice, “el misterio que la lejanía hizo aún más enigmático”: su intimidad.
Summa Technologiae
Stanislaw Lem
Godot
Hoy ya no es necesarios esperar nietos para que alguien se ría de tales profecías ingenuas, cada quien puede divertirse solo dejanto en un cajón durante unos años aquello que hoy se describe como cuadro fiel del mañana.
La tecnología que facilita la vida se convierte en la herramienta de su empobrecimiento, puesto que por lo medios masivos de información pasa de ser una obediente multiplicadora de bienes espirituales a una productora de baratijas culturales.
Ninguna religión puede hacer nada por la humanidad, dado que no es un saber empírico. Disminuye, por cierto, el "dolor de vivir" de los individuos, pero al mismo tiempo aumenta la suma de desgracias que aquejan a la totalidad, precisamente por su impotencia e inacción frente a los problemas del colectivo. Así pues, no es posible defenderla ni siquiera desde un punto de vista pragmático como una herramienta útil, porque es una herramienta mala, que es impotente ante los temas clave del mundo.