7 secretos de escritura de Octavia Butler
Afrofuturismo
Lunes 13 de diciembre de 2021
"Escribir es difícil. Es algo que haces sola sin que nadie te anime y sin la certeza de que te vayan a publicar o a pagar algún día, por no hablar de si serías capaz de terminar la obra que has empezado": entrá en el mundo de la gran dama de la ciencia ficción.
"La verdad es que odio escribir relatos", leemos no bien abrimos Hija de sangre, la extrordinaria antología que Editorial Consonni está haciendo circular, con traducción de Arrate Hidalgo. Allí se agrupan siete relatos y dos ensayos de la autora nacida en Pasadena, California, en 1947, y fallecida en 2006. "Butler fue un modelo de coraje artístico. Quizás estaba aislada, quizás, pero su obra realmente me mantuvo acompañado, evitó que me sintiera solo", dijo Junot Díaz.
Visionaria y profética, llamada "la gran dama de la ciencia ficción", ella prefería ser reconocida como escritora a secas y fue pionera del afrofuturismo. Recibió premios como el Hugo y el Premio Nébula en más de una ocasión, y en 1995 se convirtió en la primera escritora de ciencia ficción en recibir el título "Genius" de la Fundación MacArthur.
Hacía poco que Editorial Overol, de Chile, había pueso a rodar su versión de Parábola del sembrador, una de sus novelas clave. También Capitan Swing la ha traducido, por ejemplo su libro Parábola. Ahora nos llegan estos cuentos, que vienen acompañados por brevísimas postdatas de la autora en las que cuenta cómo los escribió y qué decisiones tomó cada vez. De ese gesto maravilloso de generosidad, tomamos algunas líneas a continuación.
"Con los relatos me ocurría que intentaba dejar de escribirlos como algunas personas dejan los cigarrillos: una y otra vez. No me quietaba de la cabeza las ideas para mis historias, pero tampoco conseguía hacerlas funcionar como relatos. Tras muchos esfuerzos, hice que algunas funcionasen en forma de novela. Que es lo que deberían haber sido desde el principio".
"Creo que lo que otras personas ven en mi trabajo es para ellas tan importante o más que lo que yo vuelco en él".
"Cuando tengo que enfrentarme a algo que me perturba tanto (...), escribo sobre ello. Escribir sobre mis problemas es mi manera de ponerlos en orden".
"Tomé una idea conocida por todos -presente en muchas religiones y filosofías- y la llevé a un extremo fatal".
"Escribir es difícil. Es algo que haces sola sin que nadie te anime y sin la certeza de que te vayan a publicar o a pagar algún día, por no hablar de si serías capaz de terminar la obra que has empezado. No es fácil perseverar en tales circunstancias. (...) Al final empecé a decir que mi talento -o hábito- más importante era la perseverancia. Sin ella, habría abandonado la escritura mucho antes de que terminase mi primera novela. Es increíble lo que podemos hacer si sencillamente nos negamos a rendirnos".
"La obsesión puede ser una herramienta útil si es positiva. Utilizarla es como apuntar bien en el tiro con arco. (...) La obsesión positiva es peligrosa. Hace que no puedas parar por nada del mundo".
El último secreto proviene de una entrevista que dio en sus últimos años de vida:
—¿Te pensás como una escritora de ciencia ficción?
—No. En mi tarjeta de presentación dice "Escritora".
—¿Cuál es el problema con ser una escritora de ciencia ficción?
—Bueno, a pesar de la libertad que te da para analizar casi cualquier tema que se te ocurra, te confina, en el sentido de que mucha gente piensa que ciencia ficción es Star Wars y que tenés que tener 14 años para disfrutarla, y si sos más viejo que eso, bueno, deberías estar leyendo "literatura".