Old new age: rescates del mundo antiguo para una vida casi feliz
Sabiduría clásica
Viernes 26 de mayo de 2023
Marco Aurelio, Séneca y Epicteto en ediciones a la altura de la época: manuales de sabiduría clásica que cruzaron los siglos para llegar a nuestros días.
La furia, el temor, la pasión, el desconsuelo: la vida en el primerísimo siglo de nuestra era tenía, en el fondo, los mismos dramas que la de estos tiempos.
En los noventa, pleno pico del género new age y la autoayuda, en los libros los consejos parecían venir plastificados y enlatados, simplificados al extremo, cruzados con dietas imposibles y programas de gimnasia en la televisión: el efecto final, una gran desconfianza. Sin embargo, no es cierto que hayamos dejado necesitar guías. ¿Pero cómo encontrarlas?
Una posibilidad es volver a las fuentes, y algunas editoriales saben aprovecharlas con ediciones cuidadas y catálogos en los que relanzan perlas antiguas. Kōan es un sello independiente, "especializado en autoconocimiento y desarrollo personal en un sentido amplio, que se ocupa de la complejidad de la vida humana desde teorías muy diversas de la filosofía, la psicología, la salud y la espiritualidad", dicen. Entre sus libros se cuentan obras de Aristóteles, Sexto Empírico, Cicerón, Bruce Lee o el Tao Te King en versión de Ursula K. Le Guin.
En esos libros podemos hacer las preguntas fundamentales para la búsqueda de una vida (casi) feliz. ¿Cómo eliminar, por ejemplo, la ira? Séneca, uno de los máximos representantes del estoicismo, recomienda: "Cuando sentimos los primeros síntomas, conviene actuar directamente y a ojos vista, pero cuando se ha vuelto indomable y se exaspera y aumenta con cualquier cosa, es mejor hacerlo en privado", explica. "El mejor remedio para la ira es la demora. Cuando sientas que se te despiera la cólera, no te obligues a perdronar, sino a ejercitar el buen juicio. Los primeros impulsos de la ira son muy intensos, pero, si la haces esperar, lo más seguro es que se calme", apunta el célebre pensador romano.

Problemas, problemas y más problemas. La vida es una sucesión interminable de asuntos que resolver. Epictecto nos advirte: "Todo problema tiene dos caras, una que lo hace soportable y otra insoportable. Si tu hermano es injusto contigo, no lo tomes por la cara de "es injusto" (pues esa es la cara que convierte el hecho en insoportable); sino más bien por la de "es mi hermano", "nos hemos criado juntos", y así lo tomarás por la cara que lo hace soportable", explica el filósofo que nació como esclavo.
El arte de ser libre es, como El arte de mantener la calma, una compilación a cargo de un lector de nuestra era: A. A. Long, profesor emérito de Estudios Clásicos. Mientras tanto, de Séneca se encargó James Romm, profesor, editor y traductor. Las adaptaciones son el mejor secreto de Kōan, que logra pequeños manuales de sabiduría, poderosas entregas que caben en un bolsillo y permiten gestionar el miedo, la ansiedad, el rencor o demás situaciones extremas de la vida.

Pero hay varias editoriales más que se toman estos trabajos de rescate, como Biblioteca Nueva en su colección de Clásicos del pensamiento, que dirige Jacobo Muñoz. Allí podemos encontrar, por ejemplo, este indispensable de Marco Aurelio, sus Meditaciones, los soliloquios y pensamientos morales de emperador.
"El pepino es amargo: déjalo. Hay zarzas en el camino: desvíate, y basta. No prosigas diciendo: ¿a qué fin se hicieron estas cosas en el mundo?": práctica y excepcional, estas meditaciones son también parte esencial de la filosofía estoica. "¿Por qué, pues, la adversidad ha de ser antes una desgracia que la paciencia en tolerarla una ventura?", se pregunta allí.
Repletas de consejos, estas reflexiones son simples pero de gran calado. "Camina siempre por el atajo; y el verdadero atajo es que vivas arreglado a la naturaleza, de manera que hagas y digas todas las cosas con la entereza posible, porque un tal propósito te librará de toda disimulación y ostentación vana".

"No fue Marco Aurelio, desde luego, un emperador ni un hombre corriente", advierte Javier Recas Bayón, a cargo de la edición reducida de lo que originalmente se escribió en doce tomos y en griego.
"Todas las cosas propias del cuerpo son a manera de un río, que siempre corre; las del alma vienen a ser un sueño y un poco de humo; la vida, una guerra perpetua y la corta detención de un peregrino; la fama de la posteridad, un olvido. ¿Qué cosa, pues, hay que nos pueda llevar al salvamento? Una sola, y ésta es la filosofía", se despide el emperador que nos escribe desde el final de su propia existencia.