Nueve preguntas a Salomé Esper

1. ¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás? 

Nada mío es tan antiguo. 

2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?

Recuerdo efectos contundentes de lecturas: el asombro por lo maleable que podía ser el lenguaje cuando leí Anunciaciones, de Juan Gelman, el desborde sorpresivo y a la vez la construcción precisa en La mucama de Omicunlé de Rita Indiana, el golpe profundo, hermoso, y breve de Juarroz, el estado de total rendición como lectora de Levrero. Mi escritura (que sigo conociendo y picando con un palo a ver qué hace) no tiene mucho que ver con lo que me maravilla. Hay cuestiones que cuido y elijo, pero la búsqueda solo responde a esa escritura en particular. Aunque pudiera, por arte de magia, copiar un efecto, preferiría no hacerlo. 

3. ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?

Las infinitas posibilidades. Saber que hay cientos de libros que no leí y que me podrían gustar aunque quizás nunca llegue a cruzarlos, o no sepa leerlos. Lo mismo con la escritura: se puede todo, pero no todo se transforma en escritura. Es lo mejor y lo peor al mismo tiempo. 

4. ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?

Últimamente Vasto mundo, de Flora Márquez. Me gusta regalar algo que sea difícil de conocer en otro contexto. Este libro me encantó, tiene un humor y una sutileza muy singulares. Me parece un gran regalo y creo que la narrativa gráfica debería circular mucho más.   

5. ¿Cómo qué disco suena la música funcional de tu cabeza?

Yo quisiera que fuera un disco, y elegir algo hermoso y elegante, poder decir: "sin dudas, Chet Baker". En cambio son puras canciones de productos y mash ups de géneros conectados sin razón. Culpo a la prolongada exposición a la tele y a las publicidades de CD's con lo mejor de cada década.

6. ¿Cuál fue el color más hermoso que viste en tu vida y dónde aparecía?

El verde neón de un escarabajo que encontró mi hermana y que tenía guardado en su armario junto a los Chiribitil que no me prestaba. 

7. ¿Con qué escritor o escritora que ya no pisa el mundo de los vivos quisieras tomar un taller literario?

Siempre tuve miedo a los talleres literarios, me llegaban rumores de malos tratos para formar el carácter y los esquivé. Me perdí de lo bueno, claro. No tomaría un taller, pero me encantaría conocer los procesos, saber lo que quizás es hasta aburrido pero sostiene una escritura. 

8. Un libro que hayas prestado y no te devolvieron. 

No presto mucho. O estoy lejos de amigos a quienes podría prestar libros o prefiero regalar si intuyo que les puede gustar. 

9. ¿Cómo ordenas tu biblioteca? ¿Nos mandás una foto?

Por editorial, como toda persona de bien. Después se desacomoda todo con el uso y ese desorden también me gusta. 

Mis libros están desparramados entre México, Córdoba y Jujuy. No existe tal cosa como mi biblioteca, solo montoncitos por aquí y por allá que a veces viajan. La foto es del montoncito temporal en Córdoba (breve y desordenado). Fantaseo con tener una casa para que estén todos reunidos y sembrar una palta y no necesitar nada más.