Cinco nuevas novelas
Los libreros recomiendan
Viernes 01 de abril de 2016
La guitarra azul, John Banville
(Novela, Alfaguara, 288 págs.)
El gran John Banville, Príncipe de Asturias de las Letras, en su continua búsqueda de la perfección, se desafía a sí mismo y a los lectores: su novela más esperada. Abandonado por su musa, Oliver Orme ha dejado de pintar. Quizá ya no sea un pintor, pero siempre será un ladrón. No roba por dinero, sino por el placer casi erótico de quitarle algo a otro. Posesiones como la irresistible Polly, la mujer de su gran amigo Marcus. Cuando este robo sale a la luz, con consecuencias irreparables para Marcus, Polly, Orme y su mujer Gloria, el culpable se refugia temporalmente en el hogar de su infancia. Un viaje que le obligará a enfrentarse a sí mismo en busca de la redención. Mordaz, ingeniosa, emotiva y demoledora, La guitarra azul disecciona la naturaleza de los celos y las relaciones humanas.
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Clases de baile para mayores, Bohumil Hrabal
(Novela, Nórdica, 120 págs.)
El anciano libertino protagonista de esta novela cuenta la historia de su vida a una bella señorita. Así nos enteramos de sus conquistas amorosas, escándalos, tanto privados como públicos, aventuras militares y de cómo era la vida en los días del Imperio austrohúngaro. Hrabal, uno de los grandes escritores checos del siglo XX, señala en su prólogo: «Mi tío Pepin fue un héroe, tanto en la vida como en Clases de baile para mayores; él fue mi musa, provisto de una botella y un embudo». Esta sorprendente novela, alarde de ebriedad, desgarradora confesión del alma, es un relato metafísico de la naturaleza del amor y el tiempo, y demuestra por qué Hrabal se ha ganado la admiración de escritores como Milan Kundera, John Banville o Philip Roth.
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La máquina de proyectar sueños, Cecilia Szperling
(Novela, Interzona, 176 págs.)
«“Tengo diez años”. Contrariando la vulgata progre de recordar para no repetir, La máquina de proyectar sueños hace lo que no hay que hacer: recuerda en presente –para desgracia de su narradora–, condenada a revivirlo todo con la nitidez de una alucinación, y para nuestro deleite de lectores, testigos en vivo del slideshow de una vida de niña lunar, lunática, que empieza en el terror de la noche y termina –o vuelve a empezar– en la literatura.» Alan Pauls
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Historia oral de la cerveza, Francisco Bitar
(Novela, Editorial Municipal de Rosario, 84 págs.)
Los borrachos. ¡Pobrecitos los borrachos! Otro chico del taller dijo que se imaginaba perfectamente una ciudad rebosante de porrones. Una ciudad que, vista desde el aire, con todas sus luces apagadas, igual podría brillar en la oscuridad. [Leer la reseña de Patricio Zunini]
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La maestra rural, Luciano Lamberti
(Novela, Penguin, 288 págs.)
La primera novela de uno de los escritores contemporáneos más originales y prometedores: un relato inquietante que despliega las voces de un pueblo para construir una trama -paranoica o sobrenatural- sobre el poder del misterio y la posibilidad de leer la historia argentina como una rama de la literatura fantástica. Luciano Lamberti indaga en los testimonios de los conocidos de Angélica Gólik, una poeta de pueblo casi ignota. Es el punto de partida para una narración coral que se disgrega y abarca muchos años y lugares, con consecuencias terribles para la humanidad. Una fábula sobre la procedencia de la verdadera poesía, sobre el delgado hielo de nuestra cordura, sobre el poder del misterio y la posibilidad de leer la historia argentina reciente como una rama de la literatura fantástica. La maestra rural es una novela policial sin crimen ni detective, un relato de suspenso que contempla realidades paralelas, hipótesis conspirativas, discursos desquiciados y finas dosis de humor, una narración excéntrica en la que cada lector deberá erigirse en investigador. Una novela que está llamada a convertirse en un objeto de culto.
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