Nueve preguntas a Delfina Korn
Cuestonario fijo
Martes 12 de julio de 2022
La autora de El yanqui (Mansalva) responde hoy nuestras preguntas de siempre: "Lo mejor es la libertad que fui descubriendo en la escritura".
1. ¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás?
Una cajita azul que tiene adentro un espejo, una esponjita y rubor, que era de mi abuela.
2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?
Se me vienen cuatro a la mente: Florentina de Eduardo Muslip, Autobiografía de mi madre de Jamaica Kincaid, Tu cruz en el cielo desierto de Carolina Sanín, todos los de Lydia Davis.
3. ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?
Lo mejor es la libertad que fui descubriendo en la escritura, lo que me divierto escribiendo e inventando historias. También me dio la compañía, tan cercana al corazón, de los autores que amo, que son mis mejores amigos. Lo peor: la neurosis que, como dice mi primo, acompaña a toda creación.
4. ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?
Regalé mucho Late un corazón de I Acevedo, porque me llevó a un estado de éxtasis y fascinación con la vida que deseaba compartir con otros.
5. ¿Como qué disco suena la música funcional de tu cabeza?
Vivo atormentada por melodías que no puedo recordar de qué canción son. Cuando, en una de esas, las logro recordar, me doy cuenta que no era ninguna casualidad que estuvieran sonando en mi boliche: que esas músicas decían lo que yo estaba sintiendo o necesitaba escuchar en ese momento.
6. ¿Cuál fue el color más hermoso que viste en tu vida y dónde aparecía?
Tornasolado verde esmeralda/lavanda rosáceo: en el cuello de una paloma en la plaza, hace media hora. Otra paloma parecía un perro dálmata que una bruja había convertido en paloma.
7. ¿Con qué escritor o escritora que ya no pisa el mundo de los vivos quisieras tomar un taller literario?
Con Katherine Mansfield.
8. Un libro que hayas prestado y no te devolvieron.
Los mejores días, de Magalí Etchebarne.
9. ¿Cómo ordenás tu biblioteca? ¿Nos mandás una foto?
Los libros están regados por toda la casa; desbordan, y no hay manera de pararlo. Aparecen escondidos en los pliegues de la colcha, me invaden. Yo los dejo hacer porque son mi vida.