Cuba en trece relatos cotidianos
Lunes 06 de abril de 2015
En los relatos de Aquello que estaba deseando ocurrir (Tusquets), Leonardo Padura construye una suerte de documental sobre Cuba y sus habitantes, en donde el amor es el verdadero motor de la historia.
Por Laura Cukierman.
Hay escritores que te ubican en tiempo y forma desde la primera línea. Leonardo Padura (La Habana, 1955) es uno de ellos. Alcanza con leer los primeros párrafos de su libro de cuentos Aquello estaba deseando ocurrir para entrar de manera inmediata y sin respiro en Cuba, en toda ella y con todas sus contradicciones. Y, como sucede con la isla, si uno se acerca un poco a ella quiere hacerlo más y más: Eso mismo genera los trece relatos que componen el libro editado por Tusquets.
Alguna vez, Leonardo Padura definió a Cuba como un purgatorio: “Ni el paraíso socialista ni el infierno revolucionario”, dijo. Ahí, precisamente, es donde viven los personajes del libro que reúne por primera vez sus relatos en un mismo volumen y cuyo título homenajea a J.D. Salinguer. Allí están los que vieron nacer la Revolución y sus recién llegados, también aquellos que no pudieron soportarla y se fueron para siempre, y también los que no pueden soportarla y seguirán ahí toda la vida. Infelices muchas veces pero encontrando grandes momentos de dicha. El periodista que regresa de Angola (tal como lo hiciera Padura cuando trabajaba para Juventud Rebelde) obsesionado con una mujer que solo vive en su imaginación y en un libro sobre Velázquez y que repite una y otra vez que “la vida es una mierda”, la pasión desmesurada de un joven por una veterana cantante de boleros que un día desaparece de su vida pero nunca más de su cuerpo, el tiempo que no pasa más para la pianista de un restaurante mientras interpreta "As time goes bye", el reencuentro en Madrid después de veinte años de dos viejos amigos separados por el exilio y Copelia, Bola de Nieve, el ron, el malecón, la gua gua, el cabaret, la libreta de racionamiento. Cuba entera.
En cada uno los cuentos escritos entre 1987 y 2009 el autor de El hombre que amaba los perros retrata, como lo hace en el resto de sus libros, el lado más interesante de la realidad cubana: el que no habla directamente de política ni sube ni baja bandera alguna, sino que vive atravesada por ella en la vida cotidiana de hombres y mujeres en donde siempre está presente la revolución y ellos, puestos a prueba de un destino que en la mayoría de los casos no pueden enfrentar: solo resignarse o esperar que el azar les juegue una partida más.
Una suerte de documental sobre la isla y sus habitantes que habla de la vida más intima de ellos, de la diaria, y donde el amor, como en todos lados, es el verdadero motor de la historia. Porque, sobre todo, este es un libro que habla del amor en sus diferentes formas; a veces cargado de erotismo, otras de nostalgia y melancolía y otras tantas de desencuentros e interrupciones y donde por supuesto y por desgracia para todos, aquello que estaba deseando ocurrir muchas veces finalmente no sucede.
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Notas relacionadas
- El autor del desencanto: Entrevista a Leonardo Padura, autor de El hombre que amaba a los perros (Tusquets) y de la serie de novelas policiales protagonizadas por el Teniente Mario Conde. “En cada novela voy tratando de empujar los techos de tolerancia de la sociedad cubana y creo que el último empujón se lo di con El hombre que amaba los perros”, dice.