El ex gran señor polaco
Jueves 27 de agosto de 2015
El 16 de diciembre de 1958, Roberto Bazlen le escribía a Luciano Foà, de la editorial Einaudi un informe de lectura en el que recomendaba efusivamente la publicación de Ferdydurke de Witold Gombrowicz. Los juicios de Bazlen sobre la literatura europea, sorprendentes por su agudeza, brevedad y humor, fueron reunidos en el volumen Informes de lectura / Cartas a Montale (La Bestia Equilátera).
Texto: Roberto Bazlen.
Dos palabras sobre Ferdydurke, a toda velocidad. Ya sabes de qué se trata, no tengo que contarte la historia, solo quieres mi opinión.
¡¡¡Diría que sí, absolutamente!!!
Me divertí como loco; es uno de los aliados más honestos que podemos tener en la verdadera revolución contra el amor, el arte, los principios inmortales y todas las tonterías de siempre.
En las primeras páginas tuve que superar una cierta sospecha: el humorismo estudiantil, provinciano, prefabricado. Pero hay también algo hipercomplejo aun en la ingenuidad, de inasible en lo obvio, de refinadísimo en lo mecánico que verdaderamente me cautivó. Cómo me arrastró el brío y (con algunas reservas menores) la lógica interna del relato.
Gombrowicz es (aunque con premisas muy distintas) de la raza de Jarry.
Los primeros dos tercios fluyen que da gusto. Luego parece perder impulso, o más bien lo pierde de verdad (y se percibe un poco no la mala conciencia, sino el malestar de Gombrowicz el Gran Liquidador, burlón y ex gran señor polaco, frente al Gombrowicz iluminista y “justo”), pero se recupera bastante rápido, deja a amos y criados matándose a garrotazos entre ellos, unos más lastimados que otros, y entonces empieza la gran historia de amor final que es la declaración del fracaso definitivo de todas las monjas y monjes portugueses de este mundo. (Alguna vez dije que solo conozco dos historias de amor en la literatura de este siglo: la de Ulrich y su hermana, de Musil; y la de Marie du Port y el jefe, de Simenon. Me parece —pero esperemos a que termine esta primera fase de encandilamiento— que también incluiré a la deliberadamente antiabelardoheloisiana de Ferdydurke e Isabel). Es un libro verdaderamente respetable y verdaderamente sano.