Filba Nacional 2012. Día 2
Sábado 24 de marzo de 2012
Un recorrido por la segunda jornada del Festival Nacional 2012.
Fotos: Renzo Luna Chima.
Con cinco actividades se desarrolló ayer la segunda jornada del festival literario Filba Nacional 2012, que se realiza en Bahía Blanca y continúa hasta mañana, domingo 25 de marzo. Luis Gusman, Aníbal Jarkowski y Martín Kohan, con la moderación de Juan Diego Incardona, se reunieron en el salón de actos de la Universidad Nacional del Sur donde participaron del encuentro “Políticas del agua”. La ciudad como triple frontera entre la pampa, la patagonia y el mar funcionó a modo de escenario-motivación del panel en el que los escritores debatieron sobre el lugar que ha ocupado mar y río en la literatura argentina, y el puerto como punto de fuga entre lo conocido —la nación y sus leyes— y lo desconocido —lo que se busca—.
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El playón de la UNS se llenó de poesía con la participación de Carolina Rack, Diego Vdovichenko (“el poeta soviético”, como lo presentara Marcelo Díaz), Mario Ortiz y Diana Bellessi. Leyeron delante de un público que colmó las escalinatas de la facultad: por lo menos unas doscientas cincuenta personas escuchaban las lecturas. Allí se armó la feria de libros de editoriales independientes, que tuvo varias horas de mucha actividad. Además, a medida que se hacía de noche, muchos estudiantes llegaban al lugar para participar de una vigilia por el 24 de marzo: al término de las lecturas hubo discursos, proyecciones y bandas locales que siguieron hasta después de las doce de la noche con el pedido de memoria, verdad y justicia.
En simultáneo a la lectura de poesía, Martín Kohan presentó la novela Bahía Blanca acompañado por Luis Sagasti en el Museo de Arte Contemporáneo. Fue la segunda presentación del día, ya que unas horas antes la editorial 17grises había organizado la presentación de varios libros, entre los que se estaban Periodismo de Sonia Budassi, En los márgenes de Ignacio Molina, ambos invitados al festival.
La novela de Kohan tuvo diferentes recepciones en la ciudad. Fue muy señalada la primera línea («Ninguna persona que conozca a dicho jamás nada bueno de Bahía Blanca») para destacar el alto grado de crítica y autocrítica bahiense. Sergio Raimondi, director del Instituto Cultural de la Municipalidad de Bahía Blanca —coorganizador del Filba Nacional junto a la Fundación Filba— utilizó esa frase en el discurso en el acto inaugural del jueves para explicar el porqué de la decisión de apoyar un festival literario en la ciudad: “que esta sea una manera de repensar la ciudad”, dijo.
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Uno de los encuentros más esperados del día fue la participación del artista plástico Daniel Santoro, quien mantuvo un diálogo público con el escritor Luis Sagasti en el Museo de Arte Contemporáneo. Uno de los ejes del Filba Nacional pone la mirada sobre el trabajo: las diferentes concepciones del trabajador en una ciudad que ha crecido con diferentes oleadas industriales (el puerto, el tren, la industria liviana del primer peronismo, el polo petroquímico). A sala llena —y desbordada— Santoro y Sagasti trazaron un recorrido por una serie de pinturas propias y de otros grandes artistas argentinos seleccionadas por Daniel Santoro para dar cuenta de las diferentes representaciones del trabajador y su universo.
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El Teatro Municipal fue el escenario de cierre del segundo día de Filba. A las 22, Angel Romero, con dirección de Natalia Martirena, llevó adelante la obra “Manteniéndose vivo”. Llevó adelante, decimos: “Manteniéndose vivo” es una obra de teatro documental que se hace en colectivo para veinte personas, recorriendo la ciudad.
En la última actividad, el escritor y profesor de filosofía Jorge Mux entrevistó al cantante y escritor Zambayonny (“poeta satírico”, en palabras de María Moreno), quien contó las canciones son fugas hasta para de sí mismo:
—La canción de la paja fue inesperada. Tenía pensada la lista de cosas que había dejado de hacer (“Deje de fumar, deje de tomar, deje de joder, deje de comer de más”) y pensaba que en un estribillo que podía decir algo así como que la vida era más aburrida, hasta que apareció el verso “no pude dejar la paja”. Eso hizo que mi familia me empezara a saludar con un poco más de distancia —dijo entre risas.
Más de trescientas personas aplaudieron y se rieron y cantaron con Zambayonny, hasta casi las doce de la noche. Muchas de ellas asistirán a las actividades del tercer día del Filba Nacional, que por el sábado se muda a Ingeniero White, a siete kilómetros de Bahía Blanca: a las cuatro de la tarde habrá una lectura conmemorativa por el día de la memoria en Ferrowhite, más tarde un panel sobre la figura de Héctor Libertella, luego más poesía con Diana Bellessi y Mario Ortiz en el Museo del Puerto, donde también habrá un diálogo entre Daniel Santoro y Luis Gusman, para terminar comiendo “empanadas historiográficas” (una intervención política gastronómica que recoge 200 años de historia argentina en tres “modelos” de empanadas).