Filba Nacional 2012. Día 4
Martes 27 de marzo de 2012
Un recorrido por la última jornada del Festival Nacional 2012.
Fotos: Renzo Luna Chima.
El primer Filba Nacional ya es historia. Las sucesivas ediciones dirán si también ha logrado quedar en la historia. El primer festival nacional de literatura se hizo en la ciudad de Bahía Blanca y fue realizado en conjunto por la Fundación Filba y el Instituto Cultural de la Municipalidad de esa ciudad. Fueron cuatro jornadas con una agenda intensa que comenzó con un taller de crónica a cargo de María Moreno, continuó con entrevistas y paneles que tendieron puentes a otras disciplinas (como el deporte, la música, la pintura y el cine) y terminó en la creación de ocho textos, escritos por ocho invitados, que dieron cuenta de las experiencias vividas durante estos días.
El domingo 25, durante la jornada de cierre, se proyectó el documental Hacerme feriante de Julián D’Angiolillo. La película registra vida y desventuras de los puesteros de La Salada, una feria informal de ropa y otros productos situada en Lomas de Zamora que mueve millones de dólares al mes y donde trabajan más de cinco mil personas. D’Angiolillo retrata la organización de la feria, la puesta en funcionamiento, la llegada de los compradores, la fabricación de productos y el funcionamiento como un viaje alucinante a una zona de la sociedad argentina que cambia aceleradamente.
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En “Derivas de la pesada”, un ensayo que apareció publicado en forma póstuma en el volumen Entre paréntesis, Roberto Bolaño definía que la literatura argentina posborgiana podía dividirse en tres corrientes bien definidas, ninguna de ellas del todo satisfactoria: la que abre Osvaldo Soriano, la que involuntariamente nace con Roberto Arlt (propuesto por Ricardo Piglia) y la que inaugura Osvaldo Lamborghini y luego continúa César Aira. ¿Se confirman o cuestionan estos cánones en la narrativa contemporánea? Con este disparador, los escritores Oliverio Coelho, Fernanda García Lao y Federico Falco, moderados por Patricio Zunini, participaron del panel “Tradiciones posborgianas”, cuestionaron la clasificación esquemática y buscaron encontrarse en tradiciones mestizas que rompen los moldes impuestos desde la distancia de Barcelona.
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Es para destacar el compromiso de los moderadores en cada mesa. A modo de ejemplo se puede señalar la claridad de Mario Ortiz en la mesa “Agua turbias” del sábado al situar la importancia de la lectura en ocasión del día de la memoria en Ferrowhite; el análisis profundo que Juan Diego Incardona hizo el viernes en la mesa “Políticas del agua” al recorrer las diferentes formas en que la literatura argentina se relaciona (o no) con el mar y el río; la lectura voraz de Maria Celia Vázquez al sábado en la lancha "Aguila Blanca" para presentar la mesa “La olla peronista” enmarcando el diálogo entre Luis Gusmán y Daniel Santoro con el poema Escolástica Peronista Ilustrada de Carlos Godoy.
En “Imaginarios del trabajo”, Aníbal Jarkowski, Ignacio Molina y Juan Diego Incardona hablaron de la manera en que construyen su obra en torno al tema de la convocatoria. Sonia Budassi moderó el panel y, antes de dar paso a los invitados, desgranó con precisión las diferentes novelas de cada uno, proponiendo nuevas relaciones entre ellas y recuperando frases dichas en otras actividades del festival para iluminar con otras luces lo expresado en esta mesa.
Antes de la última reposición de Manteniéndose vivo, teatro documental en colectivo, el Filba Nacional cerró con la “Bitácora del festival”. Durante cuatro jornadas en las que los invitados hablaron de literatura, fueron convocados también a hacer literatura. Ocho escritores recorrieron diferentes lugares de la ciudad para escribir un texto que diera cuenta de sus visitas: Fernanda García Lao y Oliverio Coelho dieron un paseo nocturno por el Polo Petroquímico, un lugar que parece entre fantasmagórico y extraterrestre; Zambayonny y Federico Falco visitaron el puerto; Pablo Katchadjian y Miguel Angel Molfino estuvieron en el cementerio; Ignacio Molina y Sonia Budassi, dos bahienses que hace años viven en Buenos Aires, revisaron la memoria emotiva con la que miran la ciudad de la infancia.
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En los próximos días, publicaremos las ocho bitácoras y las desgrabaciones de los distintos paneles.