"Mi novela finalmente"
Rapacioli subraya a Montero
Viernes 20 de mayo de 2016
El periodista y poeta, autor del libro Dispersión, elige sus citas favoritas de la primera novela de Alberto Montero, Los incapaces (Entropía).
Selección de Juan Rapacioli.
“...Y dicho sea al pasar -escribo-, muestra y demuestra, de la manera más cruda, la incompetencia de los Analistas, y la ineficacia del Tratamiento Analítico, la ineficacia de lo analítico en general, en todo lo referente a la Enfermedad Anímica, y una ineficacia e incompetencia, no sé -escribo- si metodológica, pero, sin dudas, sí, de procedimiento, producto de un intervencionismo monstruoso, de un intelectualismo esterilizante, siempre intrusivo, y de un fanatismo oficioso y arbitrario, en todo los Analistas por lo común, pero muy especialmente en el Dr. McIntosh en lo que a mí concierne, porque, como en general todos los Analistas, insisto, ese horrible McIntosh jamás dejó de esgrimir, de proferir, por años, de la manera más desconsiderada, de la manera más brutal e irresponsable, en mi contra siempre, sus, indefectiblemente subjetivas, y encogidas, elucubraciones pseudointerpretantes, acerca de mis asociaciones, acerca de mi asociar, y acerca, entonces, de mis producciones discursivas, es decir -escribo-, acerca de la supuesta causa y fuente de mi enfermedad anímica, existencial en general…”
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“...Siempre una familia de negarlo todo, invariable y apremiantemente, de negarlo todo, una familia precavida respecto a sus propias primeras impresiones, y, de suyo, a sus propios sentimientos, y emociones, una familia de poner en cuestión, de dudar, de los propios sentimientos, y de las propias emociones, y, se cae de maduro, por eso mismo, una familia de lo más evasiva, mi familia de origen…”
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“...La gente de Kellner no es mejor, porque este pueblo, el pueblo en su totalidad, no es mejor, y no es mejor, me digo -escribo-, porque su Estado, lo que le da soporte y sentido a mi leal saber y entender, y, por eso mismo presiona y delimita, siempre con, y por, sus Gobiernos, sucesivamente autoritarios y, sucesivamente populistas, sin que importe, nunca jamás, en lo más mínimo, ni coloratura ideológica, ni inclinación política, ni adscripción económica, sólo siempre populistas, y sólo siempre autoritarios, y, entonces, sólo siempre opresivos, y, entonces, sólo siempre opresivos, y de lo más represivos por supuesto, insisto, del signo que sean, no es más, porque nunca fue más, que un Estado brutal, un Estado ominoso y patético, una implacable máquina de sojuzgar, y de avasallar, y, entonces, de descerebrar…”
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“...Y la inquietud con la que estoy escribiendo, y al fin, la inquietud con la que voy a destrozar, sin ninguna consideración, lo escrito, es decir -escribo-, la inquietud de pasar lo escrito por mi Maquinaria Analítica de Desintegración…”
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“...Lo único que podría darle a mi vida un sentido, lo único que permitiría el inicio de una novela, el comienzo, la brecha por donde una novela, mi novela finalmente, conseguiría asomarse, y conseguiría, escribirse, y conseguiría darse por terminada, y conseguiría, entonces, cobrar superficie y publicarse con éxito, es decir -escribo-, el tomar las decisiones ya impostergables, impostergablemente, como la única manera de hacer algo por mí, en mi beneficio, algo por mi vida, decidir, asociar, indagar, exprimir, revelar, y asentar por escrito, del modo más consecuente y despiadado, como lo estoy haciendo con esta, mi Los Incapaces…”
Todas las citas fueron tomadas de Los incapaces, de Alberto Montero, Editorial Entropía, 2016. El libro se presentará el martes 31 de mayo en Librería Norte a las 19.